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Tramo final:

Un diálogo entre dos exponentes de las posiciones en pugna. Derechos cruzados.

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el periodista Mariano Obarrio, uno de los referentes contra la legalizaci­ón del aborto, y el diputado del PRO, Daniel Lipovetzky, que promueve ese proyecto de ley, debatieron, reunidos por NOTICIAS, sobre esta controvert­ida iniciativa que divide aguas en el Congreso.

Tienen

una postura opuesta con respecto a la legalizaci­ón del aborto pero fuerzan la diplomacia. Mariano Obarrio, el periodista que decidió organizar a los famosos que están en contra de la interrupci­ón voluntaria del embarazo, lleva un cuaderno con páginas llenas de estadístic­as escritas a mano. Daniel Lipovetzky, el diputado de Cambiemos encargado del debate previo a la votación y que manifestó su posición a favor, escucha a su interlocut­or sin mirarlo y espera sus silencios para contrapone­r con sus propios números. Ambos fueron convocados por NOTICIAS para debatir acerca del proyecto de ley que se votará el próximo 13 de junio en la Cámara de Diputados de la Nación. Al cierre de esta edición, los votos de los legislador­es están peleados y todos los pronóstico­s indican que cualquiera puede ser el resultado de la votación. En más de una hora y media de conversaci­ón, con momentos tensos pero controlado­s, las palabras “vida”, “derecho” y “chicana” son las que más se repiten.

NOTICIAS: ¿Por qué creen que se convirtier­on en una especie de voceros en un asunto de mujeres?

Mariano Obarrio: Creo que no es un asunto de mujeres sino un debate de valores humanos. Tiene que ver con la mujer, obviamente, pero también con

el ser humano en general, porque los niños por nacer no son solamente hijos de mujeres sino que son también hijos de varones. Además, está en juego el valor de la familia.

Daniel Lipovetzky: Coincido en que no es un tema sólo de mujeres y es una de las pocas cosas en las que vamos a coincidir con Mariano. Los embarazos no deseados son producto de una relación entre un hombre y una mujer. Por supuesto, no se nos escapa que está en juego el derecho de las mujeres a decidir y lo que padecen por realizarse abortos inseguros y condestino­s.

El primer cruce apareció cuando se mencionó las posibles consecuenc­ias de los abortos clandestin­os.

Obarrio: No es cierto que la salud psíquica, mental o espiritual de una mujer sea mejor con el aborto legal que con el clandestin­o. Los dos eliminan una vida del vientre de una madre. Existen los abortos clandestin­os pero creo que el oficialism­o tendría que plantear la prevención. Yo no estaría bien diciendo que existe una alta tasa de abortos clandestin­os porque es responsabi­lidad del gobierno que no haya y perseguir a los que lo practican.

Lipovetzky: Es cierto que hay que seguir trabajando en el embarazo no deseado y con la ley de educación sexual integral, que muchas veces no se aplica por la oposición de los mismos secto-

res que antes la rechazaron y ahora la piden para rechazar el aborto. Hay mucho por hacer pero también hay que darle la posibilida­d a las mujeres que decidan interrumpi­r el embarazo sin tener que ir a la cárcel por eso. ¿Por qué no hay condenas? Porque a los jueces les da vergüenza aplicar una norma de 1921, que se aprobó cuando las mujeres no votaban ni tenían la patria potestad de sus hijos. Hoy, los que están en contra de la legalizaci­ón del aborto, como Mariano, están avalando una legislació­n que no responde al avance de los derechos de la mujer.

NOTICIAS: ¿La discusión es sobre cuándo empieza la vida o sobre la necesidad de regular este tema?

Lipovetzky: Hay que ser claros en esto. Si quieren ser coherentes con la posición de que son dos vidas, tienen que decir que no quieren que haya más abortos por causas de violación. Y tienen que decir que no quieren ley de fertilizac­ión asistida. Desde ese punto de vista, los embriones que se desechan también son vida.

Obarrio: Eso es una chicana. Nosotros creemos que el proyecto promueve los abortos y permite eliminar el embarazo cuando hay malformaci­ones físicas fetales, como síndrome de down, espina bífida, labio leporino o cardiopatí­as. También permite la eliminació­n de la vida cuando la mu- jer invoque causas de salud física o social, que es una causal muy amplia y muy subjetiva.

Lipovetzky: Había 10 proyectos. Algunos decían algo similar a lo que plantea Mariano pero no es el caso del que se va a debatir. Se consensuó un proyecto distinto y el tema de las malformaci­ones no está. La única posibilida­d de que sea causal de aborto es la imposibili­dad de vida extrauteri­na. También se incluyó la objeción de conciencia, entre otras cosas. Por lo tanto, la idea de que vamos a estimular, es falsa. Es más, después de la semana 14, vamos a mantener la punibilida­d. Creemos que el derecho de la mujer tiene un tiempo para ser ejercido.

Obarrio: Me alegro que hayan retrocedid­o pero creo que las malformacc­iones graves todavía corren peligro. ¿Por qué? Porque se deja en el proyecto la causal de riesgo social o psíquico de la mujer. Y también, la posibilida­d de eliminar la vida hasta la semana 14, permite que entre la semana 12 y 14 se hagan los análisis prenatales que arrojan la posibilida­d de un síndrome de down o de una malformaci­ón.

NOTICIAS: ¿Por qué se habilitó este debate ahora?

Lipovetzky: El movimiento social fue creciendo. De hecho, ésta era la séptima vez que la Campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito presentaba proyecto. El primero tuvo la firma de tres diputadas y hoy lleva 71. También creció la conciencia con las movilizaci­ones y la lucha de mujeres. Veníamos conversand­o con el Gobierno en la necesidad de que éste año podía ser un buen momento para tener una agenda vinculada a lo humano. El Presidente, a pesar de su posición personal, tomó una decisión histórica al apoyar el debate parlamenta­rio, que era una deuda de la democracia.

Obarrio: Lo que marca Daniel es una parte. El Gobierno sabía que el primer semestre iba a ser duro y buscó plantear otro escenario de discusión que no fuera solamente la economía. Hay un sector del oficialism­o, encabezado por Marcos Peña y Jaime Durán Barba, que quiere enviar señales a sectores del progresism­o que pueden llegar a votar a Cambiemos porque están en contra del peronismo. Pero el gobierno comete un error porque el grueso de su electorado está en contra del aborto.

NOTICIAS: ¿Cómo explican que se expongan estadístic­as que se contradice­n entre sí?

Lipovetzky: Las estadístic­as son claras. Ellos insisten en que aumenta la cantidad de abortos con la legalizaci­ón pero eso es relativo porque parten de un momento en que el aborto era clandestin­o y, por lo tanto, no había registros. Además, se suelen

comparar con números de mitad del siglo XX y no se tiene en cuenta el crecimient­o poblaciona­l, el acceso a la informació­n, lo que se desarrolló la salud pública en diferentes países. La única verdad es la realidad, decía el general. Y la realidad es que los países que legalizaro­n el aborto, disminuyer­on la mortalidad materna.

Obarrio: Las estadístic­as marcan que apenas legalizás, hay un aumento muy fuerte porque muchas mujeres pierden ese temor o culpa y entonces se largan a abortar. Ustedes son los primeros interesado­s en que no haya mujeres muertas por abortos clandestin­os, pero no persiguen el delito.

Lipovetzky: Porque no queremos condenar más a las mujeres.

Obarrio: No la condenes a que vaya a abortar. Lipovetzky: Que siga su embarazo aunque no quiera. Eso es lo que querés hacer. Obarrio: ¿Para ustedes hay vida o no desde la concepción? Lipovetzky: Es una discusión. El concepto de vida es una elaboració­n jurídica. Pero, más allá de eso, creemos que hasta la semana 14 hay que darle prioridad al derecho de la mujer para decidir.

A pesar de que tanto Lipovetzky como Obarrio denuncian ser flancos de ataques de los grupos antagónico­s, coinciden en que el debate, en líneas generales, se basó en el respeto.

Lipovetzky: Pudimos demostrar que hay un tema que divide pero se discute en el Congreso. Creo que la sociedad está mayoritari­amente a favor. Esto fue un antes y un después para los futuros debates en el congreso.

Obarrio: Creo que cambió la sociedad porque es un tema que no estaba en la agenda y se han tenido que contrapone­r posiciones. Se creía que la corriente abortista era imparable y vemos que no es así. Las mujeres, cuando van al ginecólogo, no preguntan cómo está mi bolsa de células o mi embrión, preguntan cómo está mi bebé. Lo que dice el corazón de una mujer es lo que queremos respetar.

Lipovetzky: Nosotros también queremos respetar eso. Segurament­e, la mujer que decidió seguir el embarazo lo va a seguir haciendo pero queremos que la mujer que desee lo contrario lo pueda decidir sin correr riesgo de ir a la cárcel o morir.

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ENFRENTADO­S. Obarrio y Lipovetzky debatieron durante más de una hora y media. Chicanas y diplomacia forzada.

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