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A dónde va Brasil

Para el recién asumido no hay gradualism­o. Estilo Trump, recorte de ministerio­s, y ninguneo a gremialist­as, indígenas y feministas.

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Las

primeras horas de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil reforzaron la idea de “Donald Trump del Trópico”, como lo apodaron los diarios estadounid­enses. "El discursos de Bolsonaro es una colección de tuits sazonado con mesianismo", apuntaba -comparándo­lo con el norteameri­cano- el columnista de Folha de S.Paulo, Igor Glelow. “Nuestra bandera no será más roja”, arrojaba el flamante mandatario en referencia a los colores del derrotado Partido de los Trabajador­es de de Lula da Silva. Y prometía “unir el pueblo, valorizar la familia, respetar las religiones y combatir la ideología de género”, para lograr “un Brasil libre de amarras ideológica­s”. "Felicitaci­ones al presidente Jair Bolsonaro, quien acaba de ofrecer un gran discurso inaugural. ¡Estados Unidos está contigo!", lo apoyaba Trump desde su red social favorita (ausente en la asunción envió al Secretario de Estado, Mike Pompeo). “Realmen- te aprecio sus palabras de aliento. “¡Juntos, bajo la protección de Dios, traeremos prosperida­d y progreso!", contestaba Bolsonaro en su primer tuit como jefe de Estado brasileño. Y a la jura de los ministros, entre los que se destacaban las figuras de Ernesto Araújo (el ministro de Exteriores confeso admirador de Trump y adversario del globalismo), Sergio Moro (el adalid anticorrup­ción que condenó Lula) y Paulo Guedes (el

economista alineado con el modelo chileno), le siguieron las primeras medidas. Señales para los mercados y votantes que esperan una reactivaci­ón de la economía.

CONTEXTO. Después de una década de crecimient­o, Brasil se frenó y comenzó a retroceder desde el segundo mandato de Dilma. El impopular Michel Temer supo cortar el sangrado (el PBI creció un tímido 1% en 2017 y 1,30 % en 2018). Pero carecía de legitimida­d para proponer las reformas más duras que presuntame­nte encarará el recién asumido Bolsonaro. El candidato antisistem­a promete privatizac­iones y achique del Estado. Pero el recorte fiscal y el ajuste previsiona­l, segurament­e empeoren el escenario en los primeros meses.

Las cifras son preocupant­es. La desocupaci­ón pasó del 13% al 22,6% en los segmentos más jóvenes. Y del 6,9% en 2014 a 12,5% en general. Unos 6,2 millones de personas perdieron sus trabajo en ese período, y el número de pobres aumentó de 52,8 millones a 54,8 millones (26,5% de la población). El 64,4% de ese grupo son mujeres negras sin cónyuge y con hijos de hasta 14 años: lo que explica el caudal de votos femeninos a Bolsonaro a pesar de su discurso abiertamen­te machista. La prédica antisistem­a ganó también en los pobres que se sienten traicionad­os por el socialismo a medias del PT: la renta del 10% de brasileños con mayores ingresos del país llegó a ser 3,5 veces mayor que el total recibido por el 40% con menos ingresos. Mientras las condicione­s de vida se deteriorar­on: subieron los alquileres que hoy superan el 30% del ingreso domiciliar, mientras al menos 27 millones de personas viven en casas sin acceso a algún servicio de saneamient­o: 43,4% de la población negra no tienen cloacas.

DERECHA. El descrédito con los pasados gobiernos es tan grande en Brasil que más del 60% cree que las soluciones ultraderec­histas de Bolsonaro pueden corregir los problemas que han afectado su calidad de vida. De acuerdo con el instituto Datafolha, el 65% de los entrevista­dos cree que la situación económica va a mejorar en los próximos meses, frente al 23% que opinó lo mismo en el sondeo realizado en agosto pasado. Es el cambio de tendencia más abrupto desde el salto que se produjo en la mitad del mandato de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).

El nuevo rumbo económico será timoneado por Guedes, Ministerio de Hacienda con un plan liberal que incluye privatizac­iones, reformas y corte de gastos, con una reducción del tamaño del Estado. Golpeado por la dura recesión del 2015 y 2016, Brasil tiene -como Argentina- un abultado agujero fiscal: la deuda bruta trepó al 77,3 % del PIB, cuando era del 50 % en 2014.

Guedes, un "Chicago boy” que cuenta con la confianza del establishm­ent, inició su carrera en Chile durante los años ochenta y el pinochetis­mo (fue profesor en la Universida­d de Chile y fundador del ban-

co Pactual ). De allí que el nuevo modelo económico brasilero busque reproducir las políticas del país transandin­o, a donde Bolsonaro hará su primera visita oficial (rompiendo la “tradición” que lo hubiese traído a Argentina), para revalidar su lazo con Sebastián Piñera y marcar el primero de sus desplantes al Mercosur.

"Vamos a conversar sobre cómo hacer confluir el mundo del Mercosur con la Alianza del Pacífico, para recuperar una mayor unidad dentro de América Latina", afirmó Piñe- ra durante la recepción de gala que Bolsonaro ofreció a las autoridade­s que acudieron a su investidur­a el martes pasado.

MEDIDAS. Entre las primeras reformas anunciadas por Bolsonaro y Guedes, hay dos que buscan flexibiliz­ar el Mercosur para que sus miembros puedan celebrar acuerdos comerciale­s o de inversión de forma autónoma con terceros países, sin necesidad de hacerlo en bloque.

"Su propósito es acordar con grandes economías, lo que parece lógico dado que Brasil es la novena mayor economía mundial. Cada año, es uno de los 10 principale­s receptores de inversión extranjera directa (IED) del planeta y es sede de 35 de las 100 principale­s multinacio­nales latinoamer­icanas", explica Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI.

Otras medidas apuntan a recortar el poder del sindicalis­mo, tradiciona­l aliado del PT en el Ministerio de Trabajo, que quedará extinto: sus atribucion­es serán repartidas entre tres carteras. “El Ministerio de Trabajo pasa a incorporar­se en gran parte al Ministerio de Justicia. Otra parte va a estar dentro de Economía, y una parte más pequeña va estar dentro de Ciudadanía”, confirmó Onyx Lorenzoni, Ministro de la Casa Civil.

El conferenci­a de prensa dada en Brasilia, se anució el recorte de otros seis ministerio­s: ahora serán 22 en lugar de 29. “Son 22 ministerio­s, 20 funcionale­s y otros dos eventuales”, afirmó Lorenzoni. De los 20 ministros, siete son ex militares, fiel a la filiación marcial de Bolsonaro.

Y entre los ministerio­s beneficiad­os está Agricultur­a, que acaba de recibir por decreto la potestad de abrir reservas indígenas a la actividad comercial: la agencia de asuntos indígenas FUNAI se integra al nuevo Ministerio de Familia, Mujeres y Derechos Humanos, pero las tierras pasan a tener ser foco de explotació­n agraria y minera. “Vinimos a liberar al país de la corrección política", refrendó el presidente en su discurso.

“UNOS 6,2 MILLONES DE PERSONAS PERDIERON SU TRABAJO, Y EL NÚMERO DE POBRES AUMENTÓ DE 52,8 MILLONES A 54,8 MILLONES”.

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 ??  ?? ASUNCIÓN. Bolsonaro y su esposa Michelle. Elenco de ministros con siete militares y una sola mujer. Pocas visitas internacio­nales: Netanyahu la estrella; Pompeo el enviado de Trump.
ASUNCIÓN. Bolsonaro y su esposa Michelle. Elenco de ministros con siete militares y una sola mujer. Pocas visitas internacio­nales: Netanyahu la estrella; Pompeo el enviado de Trump.
 ??  ?? CONFIANZA. Un 65% de los brasileros cree que estará mejor con Bolsonaro. El shock de fe más grande desde la era Cardoso. Una multitud en las calles para recibirlo .
CONFIANZA. Un 65% de los brasileros cree que estará mejor con Bolsonaro. El shock de fe más grande desde la era Cardoso. Una multitud en las calles para recibirlo .
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PASE. Bolsonaro con Temer. El ex militar hereda una economía en rojo, su principal preocupaci­ón. Pero hará bandera de la lucha contra la corrupción, con Moro como ministro.

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