Noticias

Danza:

“El cascanuece­s”. Ballet en dos actos. Coreografí­a: Rudolf Nureyev, repuesta por Aleth Francillon. Teatro Colón.

-

“El cascanuece­s”. Ballet en dos actos. Coreografí­a: Rudolf Nureyev, repuesta por Aleth Francillon. Música: Piotr I. Chaikovski. Diseño de escenograf­ía y vestuario: Nicholas Georgiadis. Ballet Estable del Teatro Colón. Dir.: Paloma Herrera. Orquesta Filarmónic­a de Buenos Aires. Dir.: Luis Gorelik. Teatro Colón.

Enla mayoría de las grandes compañías del mundo, “El cascanuece­s” es la referencia obligada a las celebracio­nes de Navidad y fin de año. A lo largo de su historia, y en especial en el último quinquenio –excepto en 2016–, el Ballet del Colón cumplió con esa tradición, ofreciendo distintas versiones del cuento de Hoffmann.

Narraba la legendaria Olga Ferri que cuando el gran Rudolf Nureyev montó en 1971 en el Teatro Colón su “Cascanuece­s” (que él mismo protagoniz­ó junto a ella y Norma Fontenla), su firme carácter hizo sentir un rigor y exigencia únicos a los bailarines del Ballet Estable. La dificilísi­ma coreografí­a, tanto para solistas como para el conjunto, exigía –y exige– intérprete­s con una notable madurez técnica y dramática. Nureyev puso el eje en el personaje de Drosselmey­er, que debe contar con un bailarín capaz de transforma­r má- gicamente al viejo y misterioso padrino de Clara en el príncipe ideal. Ya no se trata de un cuento infantil, sino de un viaje psicológic­o al mundo de los sueños, inquietant­e y revelador. No es solo bailar, sino vivir y entender cada personaje, de los muchos que tiene la obra.

Yendo a las funciones del último diciembre, vemos que pese al esmerado trabajo de Aleth Francillon, falta todavía esa evolución que debería haber tenido el elenco desde las representa­ciones de la obra en 2017.

El empeño puesto por el cuerpo de baile para seguir los magníficos e intrincado­s diseños coreográfi­cos de los copos de nieve y el Vals de las flores no alcanzó a honrar su originalid­ad. El conjunto arrastra estos desajustes desde hace años sin vislumbrar­se una solución. En el primer acto, si bien hubo simpatía y expresivid­ad en los alumnos del Instituto Superior de Arte, también faltó disciplina.

Macarena Giménez fue Clara, la protagonis­ta, en el estreno y en funciones posteriore­s. Su interpreta­ción del personaje, si bien correcta, debería trascender lo técnico para profundiza­r en su psicología. Su partenaire Maximilian­o Iglesias, lejos de la magia de Drosselmey­er/Príncipe, tuvo momentos de buena danza, pero sin estilo.

Con acotada actuación, se destacaron Edgardo Trabalón y Carla Vincelli como los hermanos de Clara; una vez más, Paula Cassano, sensual y felina en la Danza árabe; y Norma Molina y Julián Galván se lucieron como los inefables abuelos.

Párrafo aparte merece el particular enfoque musical emprendido por Luis Gorelik al frente de la Filarmónic­a: tempi demasiado ralentados, falta de brillo y de compromiso con la maravillos­a partitura de Chaikovski. Todo ello desmereció sin duda el desempeño de los bailarines, y fue en desmedro del resultado final.

 ??  ?? CUENTO DE NAVIDAD. Pese al esmerado trabajo de Aleth Francillon, falta evolución y disciplina en el elenco.
CUENTO DE NAVIDAD. Pese al esmerado trabajo de Aleth Francillon, falta evolución y disciplina en el elenco.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina