Hantavirus, terror y después
El Sí Síndrome d P Pulmonar l por Han- H tavirus (SPH) no es una novedad en la Argentina. La enfermedad transmitida por los roedores es endémica en cinco regiones del país y registró brotes importantes tiempo atrás: en 1995, en El Bolsón, y en Bariloche al año siguiente. Pero la alarma que genera en la comunidad médica la sucesión de casos detectados en la localidad chubutense de Epuyén –con 28 enfermos, 10 de los cuales fallecieron- radica en que por primera vez se evidencia el contagio interhumano. Sin vacunas disponibles, ni drogas capaces de eliminar el virus, esta novedad situó a los pobladores de ese paraíso natural en un escenario propio de las viejas pestes. NOTICIAS recorrió la zona y vivió ese temor en primera persona. Entre el desconcierto inicial y la bronca por los efectos devastadores en la economía regional que significará la desaparición de turistas (al menos este verano), relatan sus angustias, no exentas de negación.
La detección de nuevos casos de hantavirus en otras provincias (Entre Ríos, Jujuy, Salta y Buenos Aires) no debería sugerir una difusión descontrolada del mal porque, según explican los infectólogos, el contagio entre personas sólo estaría asociado a la cepa Andes que circula en la Patagonia. Y los nuevos casos no fueron exportados desde allí al resto del país. La alerta sanitaria está planteada y aunque aún no haya indicios de que estemos frente a una epidemia, el drama de Epuyén sugiere la necesidad de no bajar la guardia preventiva. Y acompañar con auxilio estatal a una comunidad que teme perpetuarse como pueblo fantasma.