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Las discípulas de Marie Kondo:

Quiénes son las argentinas que aplican el método de armonía hogareña diseñado por la japonesa que hoy es furor en todo el mundo.

- NICOLE MARTIN @ nicolemart­in_27

las argentinas Estefania Fryd, Natalia Seara y Laura Escobar hicieron el seminario de la gurú del orden, Marie Kondo, en Estados Unidos. El boom que es tendencia en Netflix y acumula más de 210.000 fotos de armarios impecables en Instagram, vende cursos por más de 2.000 dólares cada uno. Los famosos que usan el método que revolucion­a placares.

Acumulació­n de ropa, invasión de zapatos, cosas que se apilan para enterrar otras. Escritorio­s que se convierten en placares y camas en percheros. El desorden ensucia la rutina y la mente. Por eso, la prolijidad se puso de moda.

Marie Kondo es la japonesa que creó una filosofía del orden y es boom en redes sociales. A partir de su best seller en 2014, “La magia del orden” y el estreno de la serie que protagoniz­a en Netflix, su método bautizado KonMari atrapó a fieles de todo el mundo. Hoy en día, la etiqueta #KonMari acumula más de 210.000 fotos de armarios impecables en Instagram y se venden cursos por más de dos mil dólares cada uno para aprender la técnica que revolucion­a la casa y la forma de vivir. Sus discípulas ya están en Argentina: Estefania Fryd (32), Natalia Seara (40) y Laura Escobar (47) hicieron el seminario en Estados Unidos y cuentan que es un trabajo terapéutic­o, porque quienes dan vuelta su placard también están revolviend­o en su interior.

La primera consultora argentina en certificar­se oficialmen­te fue Este- fania Fryd, quien es apasionada por la estética y el equilibrio. A partir del seminario que hizo en San Francisco, su carrera pegó un salto y llegó a ordenar los placares de famosos como el modisto Santiago Artemis y los periodista­s Ángel De Brito, Any Ventura y Andrea Taboada, entre otros. Confiesa a NOTICIAS que los famosos se ríen de las cosas personales que encuentran enterradas en el desorden su casa, y que no la limitan en nada porque tienen la apertura a ordenar sus espacios y su vida. En su caso, no toma clientes que no quieren realizar el proceso, sino que necesita que la persona tenga la intención de hacer este trabajo. Ese es un rasgo distintivo del método: las consultora­s realizan la tarea a la par del cliente. “Me dedico a regalar tiempo”, dice Fryd, dado que la técnica se realiza una sola vez en profundida­d y es fácil de mantener. Lo que la diferencia del resto de las consultora­s, cuenta, es que sabe adaptar el procedimie­nto a la cultura local. En Japón, la mayoría de los departamen­tos son de tan sólo 25 metros cuadrados, por lo que ella ajustó el sistema a categorías más porteñas. En Occidente, se usan más separadore­s para los estantes y aunque el método japonés no distingue por habitacion­es, ella sí separa por ambientes.

Quienes se inspiran en la doctrina de la gurú del orden, y tienen la cintura económica para hacerlo, asisten a los seminarios en Estados Unidos o en Londres para certificar­se en el método KonMari. Para ser discípulas oficiales tienen que leer sus libros, enviar fotos de su casa antes y después de aplicar la disciplina, comprar el seminario en Nueva York o en Londres, realizar y abonar varios exámenes en línea, hacer una entrevista telefónica y, por último, pagar los USD 500 de la certificac­ión, sumado a presentar una cantidad de sesiones realizadas entre cada evaluación. Como en las categorías del método, se dividen a las consultora­s por jerarquías, según la cantidad de trabajos que hayan realizado. Sólo dos mujeres estadounid­enses alcanzaron el nivel Master, de 500 sesiones, y cobran entre 60 y 150 dólares la hora. Para ordenar una casa, dependiend­o el tamaño, se necesitan por lo menos cinco días, lo que implica unos 4.000 dólares por

el trabajo completo.

En todo el mundo, hay más de doscientas consultora­s certificad­as y trescienta­s “en entrenamie­nto”. Para comunicars­e entre ellas, utilizan un grupo de Facebook de organizado­ras de todo el mundo, y hacen grupos de WhatsApp por afinidad.

Natalia Seara (40) es una de las consultora­s “en entrenamie­nto”, y trabaja en Neuquén para alcanzar la cantidad de sesiones de la certificac­ión oficial. Admite, entre risas, que ordenar no estaba en su ADN, y que le costaba mantener la organizaci­ón, hasta terminar viviendo en un caos que necesitó un cambio. Así conoció los libros de Kondo y tardó siete meses en terminar el tratamient­o de su casa. Dice que uno de los puntos más controvers­iales del método es que implica vaciar todos los espacios de guardado. El objetivo es tener a la vista todas las cosas. Revela que, muchas veces, es lo más fuerte del trabajo. Seara explica que es necesaria la presencia del cliente en todo momento, que pase por el caos que significa ordenar la casa, porque es la única manera de generar conciencia. “Lo primero que nos dijeron en el curso es que si el trabajo está bien hecho, es una vez y nunca más, la idea es que la persona no vuelva a llamarnos”, afirma y cuenta, feliz, que desde que se estrenó la serie en Netflix, se hizo más conocida y tiene sesiones hasta mitad de año. En 2018, fue convocada por un grupo de esposas de empleados petroleros para darles una charla sobre el método y el estilo de vida que propone Marie Kondo. Capacitó a treinta mujeres de diferentes lugares del mundo en orden general y, especialme­nte, en clasificac­ión de la ropa y armado de valijas.

El trabajo de las consultora­s es

arduo y de muchas horas. Estefania Fryd menciona que cuenta con una o dos asistentes y que la jornada dura ocho horas. No deja tarea para hacer, sino que acompaña todo el proceso del cliente. La creadora del método KonMari, en cambio, tiene sesiones de seis horas, y deja trabajo para que todos los integrante­s de la casa. “El argentino no hace la tarea, entonces yo hago todo el trabajo presencial­mente”, opina Fryd. Ella cobra 4.200 pesos por ordenar el placard de una sola persona o 5.70 5.700 pesos por el de una pa pareja, sumado al costo de d los contenedor­es. De todo el procedimie­nto, cedimien la ropa es lo que lleva llev más tiempo: entre ocho o y nueve horas, dependiend­o depen de la cantidad de placares. pl Una cocina, alrededor alrede de cinco horas. Los ba baños, dos horas. Fryd cuenta c que, a diferencia de lo que se puede esperar, esp no hay muchos acumulador­es a en Argentina, A pero sí s algunos ca- sos destacable­s. Le pasó de ordenar un placard donde había una montaña de ropa por detrás, al punto de encontrar un aire acondicion­ado que la clienta no sabía que estaba ahí. Otra de las consultora­s menciona el caso de una mujer que no quería volver a su casa por el caos de ropa que tenía: desde que se había separado era compradora compulsiva. Cuando vaciaron el placard, fue tan impactante la cantidad de prendas que vio que significó un cambio radical y terapéutic­o para su vida.

Las fieles de la japonesa, que estudian y difunden esta filosofía, provienen de otras profesione­s. Estefania Fryd, por ejemplo, es comunicado­ra y politóloga. Natalia Seara es ingeniera ambiental. Laura Escobar (47) es licenciada en comercio exterior y, actualment­e, consultora en entrenamie­nto de Marie Kondo. Reconoce que el proceso de ordenar también provoca cambios en la vida. “Hay personas que se separan, que cambian de trabajo o de hábitos por el hecho de organizar su casa”, dice y cuenta que, cuando leyó el libro por primera

vez, no pudo aplicar el método en su totalidad. Así no sirve, según el KonMari, sino que tiene que ser hecho de un tirón y conservar solamente lo que produzca felicidad. “Si lo haces de punta a punta, no se desordena nunca más ni tampoco se convierte en obsesión, porque al facilitar el almacenami­ento, en quince minutos todo puede volver a su lugar”, aclara. Marie Kondo escribe en sus libros que los objetos son informació­n, y que entorpecen la concentrac­ión. Escobar afirma que lo que descubrió Kondo es que el desorden es un problema universal.

A CAMBIO DE PUBLICIDAD. A los famosos se les hace el servicio en canje de publicidad por redes. Así fue el caso de Santiago Artemis (26), que contrató a Estefania Fryd para ordenar toda su ropa. En diálogo con NOTICIAS, el excéntrico diseñador cuenta cómo el trabajo le dio “más clase” a su placard. “Me ayudó a diferencia­r las tipologías de la ropa y a usar colorimetr­ía, ordenar por categorías y por la paleta cromática”, afirma el modisto que vistió a estrellas internacio­nales como Katy Perry y Britney Spears, y a las argentinas Griselda Siciliani, Pampita o Lali Espósito, entre otras. Admite que le costó lograr la prolijidad de su consultora, pero que mantiene el orden. El joven diseñador es coleccioni­sta de múltiples tendencias, por lo cual, el trabajo incluyó sus ocho percheros de pie doble barral, una decena de estantes y toda la ropa repartida de su vestidor. Artemis confiesa, divertido, que sólo pudieron hacer un estante el primer día. El proceso total duró casi veinticuat­ro horas completas, en tres jornadas, en las que Fryd tuvo que agilizar y evitar hacerle la famosa pregunta de Kondo “¿Este objeto te hace feliz?” con todas las prendas.

“Soy la primera defensora de Marie Kondo”, declara Any Ventura, panelista en “Bendita TV”. También fue clienta de Fryd, quien ordenó su placard en un día. Comenta a NOTICIAS que le fue muy fácil y que recomienda el método a todo el mundo. La periodista hizo un informe para “Bendita” con los principale­s tips que aprendió del servicio e incluso le regaló a Beto Casella un libro de la japonesa. “La experienci­a me inspiró a contagiarl­o, les ordené los placares a mis hijas y a mi mamá”, dice Ventura, entusiasma­da con la idea.

Para ella, lo más difícil de mantener son los zapatos, porque tiene algunos en su casa y varios pares en el canal. “Lo que tiene es que en la tele los usás una sola vez y ya está, y así se van acumulando porque pensás que pueden volver a servir”, explica. Después del proceso, regaló y donó a una parroquia mucha ropa, y comenta que cada vez trata de tener menos. Remarca que le pareció muy fácil. Las ordenadora­s coinciden: aseguran que es alcanzable para cualquier persona. Ellas saben que el método de Marie Kondo es furor en el mundo y que en la Argentina cuesta mantener el orden.

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La primera consultora oficial del método KonMari del país es productora de televisión, politóloga y periodista.
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Consultora en entrenamie­nto de Marie Kondo. Estudió con ella. Es licenciada en Ingeniería Ambiental. Consultora en entrenamie­nto de Marie Kondo y licenciada en Comercio Exterior. Siguió al pie de la letra sus instruccio­nes.
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FOTOS: CEDOC. El diseñador contrató a una consultora para ordenar su placard y tardó tres días. Soy la primera defensora de Marie Kondo. La experienci­a me inspiró y les ordené los placares a mi mamá y a mis hijas. Regalé varios ejemplares de La magia del orden', lo recomiendo”.
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