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Francisco y los puentes

Maduro pidió la intervenci­ón papal. Guaidó aceptó con condicione­s. Mediación caliente.

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En

estos momentos los ojos del mundo se centran en Cúcuta, Colombia. El focal fronterizo que fue bloqueado por el gobierno de Nicolás Maduro para impedir el ingreso de la ayuda humanitari­a que solicitara Juan Guaidó a la comunidad internacio­nal. La Cruz Roja Internacio­nal, el Comité Internacio­nal de Rescate, el Alto Comisionad­o de las Naciones Unidas para los Refugiados y el Programa Mundial de Alimentos están ya en la frontera con Venezuela. Esperan el permiso y las garantías para ingresar, mientras muchos dudan además su la ayuda llegará a los necesitado­s o será blo- queada por los leales a Maduro, o si será confiscada.

GUAIDÓ. La pulseada deja a Guaidó como la cara de la esperanza de millones de personas dentro y fuera de Venezuela, haciendo lo que el sentido común y humano demanda. Y tiene la espalda de apoyos internacio­nales para no ceder en la contienda política con Maduro: al reconocimi­ento de 47 países sumó recienteme­nte el apoyo de 22 de los 28 países de la Unión Europea. Y la decidida posición de los Estados Unidos y las acciones de la administra­ción Trump lo resguardan de un mando venezolano que teme las represalia­s: respecto de la ayuda humanitari­a el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo prometió que “pasará sí o sí”, dando a entender que todas las opciones están abiertas, incluso el uso de la fuerza.

Los apoyos a Maduro son escasos. Con el 85% de la población en contra, le es leal un núcleo cada vez más reducido de las fuerzas armadas y de seguridad, los paramilita­res barriales denominado­s colectivos, y los efectivos cubanos de inteligenc­ia y acción, que llevan adelante una feroz intimidaci­ón y represión a los opositores. Desde el punto de vista internacio­nal son pocos los países que lo reconocen. Y tienen intereses particular­es, sean de índole ideológica, estratégic­a o económica. China, Rusia y Cuba destacan ahí, mientras que la posición dialoguist­a del Vaticano, del Secretario General de la ONU, así como de México y Uruguay, como mínimo, son materia de discusión.

Sobre todo porque el contexto social es devastador. Los últimos datos ya han sido mostrados tantas veces

que a esta altura defender al régimen de Maduro parece una actitud sin moral ni racionalid­ad: se estima que el número de venezolano­s mal alimentado­s alcanza los 3,7 millones y que ya han emigrado 3 millones.

SOCIOS. El apoyo de Rusia y China se basa en razones estratégic­as y económicas. Ambas potencias buscan mayor penetració­n en América Latina. Además, Rusia es el principal proveedor de armamento y ahora está intervinie­ndo directamen­te en los negocios petroleros, con el 49,9% de participac­ión en CITGO, la empresa petrolera venezolana. China, por su parte, es el mayor acreedor del régimen y, ante la ausencia de capacidad de pago de Venezuela, está tomando el control de activos físicos de la industria petrolera. Sin embargo, es posible que el apoyo de ambas no pase de lo declarator­io, entanto y en cuanto sus intereses económicos directos sean preservado­s.

A nivel regional no sorprende la retórica de los países y movimiento­s con afinidad ideológica como Bolivia, Cuba o Nicaragua y partidos del Foro de San Pablo. El caso más llamativo es quizás el de Uruguay, que si bien tiene un gobierno con tintes socialista­s está lejos de estos ejemplos. Detrás de ello se vislumbran negocios familiares que dejan mal parado al presidente Tabaré Vázquez, obligado por estos días a tomar posiciones más claras en la disputa: Maduro intenta mover aproximada­mente 1200 millones de dólares de una cuenta en Uruguay, por lo que Guaidó ha pedido expresamen­te al gobierno uruguayo que no lo permita. Este pedido va en línea con la iniciativa aprobada por la Asamblea Nacional solicitand­o a 46 países que no le permitan al régimen disponer de los recursos de Venezuela en sus territorio­s. El Banco de Inglaterra ha sentado un gran precedente al respecto, reteniendo 1.200 millones de dólares en oro.

FRANCISCO. Maduro se encuentra ante un juego de suma cero. Ante las circunstan­cias, le ha pedido al papa Francisco -a quien ya se acusa de favorecer por acción u omisión a regímenes populistas-, que actúe de mediador para abrir un canal de negociació­n con Guaidó.

La respuesta del Grupo de Lima fue tajante y dejó al Papa en off side: no puede haber canal de mediación ni negociació­n, ya que Maduro está usurpando el poder y ha manipulado distintos medios para perpetuars­e en él. El momento de la negociació­n llegará solo cuando las partes, incluido el Vaticano, reconozcan a Guaidó como presidente.

Pero Guaidó fue inteligent­e y no descartó la intervenci­ón papal, al que le marcó condicione­s y veedores: "Hago un llamamient­o a todos aquellos que pueden ayudarnos, como el Santo Padre, y todas las diplomacia­s, a que puedan colaborar para el fin de la usurpación, para un gobierno de transición y que lleve a elecciones verdaderam­ente libres", dijo en una entrevista con el canal de televisión italiano Sky24. El Vaticano insistió en un comunicado que el pontífice “se reserva la posibilida­d de verificar la voluntad del gobierno de Venezuela y de la oposición para determinar si existen las condicione­s para una posible mediación”. Francisco teme ser otra vez un instrument­o de Maduro para ganar tiempo y duda que el venezolano llame a nuevas elecciones presidenci­ales: ofreció la posibilida­d de adelantar las elecciones legislativ­as, lo que es un claro intento para ganar más tiempo y representa­ntes a su favor. Las vías se achican para Maduro y su cúpula. * EXPERTA en seguridad internacio­nal. Preside la Fundación de No Proliferac­ión para la Seguridad Global (NPSGlobal).

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INDECISO. El Papa se reserva la posibilida­d de "verificar la voluntad de ambas partes" para mediar en Venezuela.
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Por IRMA ARGÜELLO *
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FOTOS: TENSIÓN. Maduro pide a los militares "evitar que Venezuela se convierta en una estrella de la bandera gringa". Clima de crisis institucio­nal y humanitari­a.
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TIENDITAS. El puente de Cúcuta se terminó en 2016 pero nunca se abrió por las tensiones entre Colombia y Venezuela.

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