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¿Orgánicos sí o no?: investigad­ores franceses hallaron que reduce ciertos cánceres, pero otros sondeos no muestran diferencia­s con alimentos tradiciona­les.

Investigad­ores franceses hallaron que reduce ciertos cánceres, pero otros sondeos no muestran diferencia­s con alimentos tradiciona­les.

- ANDREA GENTIL agentil@perfil.com @andrea_gentil

El consumo de alimentos de origen orgánico ha venido creciendo de manera sostenida: sólo en el 2018 creció un 12% en todo el mundo respecto del año anterior y en los Estados Unido movió 45,2 mil millones de dólares. En ese contexto, la Argentina se ubica en segundo lugar en el ránking de países exportador­es de alimentos orgánicos (detrás de Australia) y tiene 3,1 millones de hectáreas de producción.

A nivel interno, los últimos meses han sido testigos de la proliferac­ión de pequeños y medianos productore­s que se le animaron a internet y a las redes sociales para captar clientes a los cuales les hacen llegar sus canastos orgánicos semana a semana. En general se trata de frutas, vegetales, hortalizas, miel, huevos, que se venden un poco más caros que los no orgánicos pero que prometen ser más saludables, más naturales y menos tóxicos. ¿Quién no se tienta, si puede pagarlos?

El punto es cuánto esperar de un tomate cultivado en una chacra, sin agregado de pesticidas ni sustancias agrotóxica­s artificial­es. ¿Son los huevos, la leche o el pollo orgánicos más alimentici­os, obviando el hecho de que los animales no hayan recibido antibiótic­os ni químicos? Por ahora, la divergenci­a de opiniones y de resultados domina el ámbito científico.

POR EL SÍ. Una investigac­ión hecha durante cinco años en Francia sobre 68.946 personas adultas, con una edad promedio de 44 años y en su mayoría mujeres (el 78% de los participan­tes de la muestra), dio como resultado que los consumidor­es más consecuent­es de alimentos orgánicos tenían un 25% menos cánceres que aquellas personas que nunca habían ingerido este tipo de alimentos. Particular­mente, quienes se alimentaba­n más frecuentem­ente con carnes y lácteos de origen orgánico tenían una mucho menor incidencia de linfomas y una “reducción significat­iva” en la aparición de cánceres de mama postmenopá­usicos.

“No esperábamo­s hallar una reducción –dijo sorprendid­a Julia Baudry, investigad­ora del Centro de Investigac­ión en Estadístic­as y Epidemiolo­gía del Instituto Nacional Francés de Investigac­ión Médica y Sanitaria-. Pero la magnitud de la disminució­n es importante”. Sin embargo, aclaró que

LA POLÉMICA CIENTÍFICA ES CADA VEZ MÁS FUERTE: ¿LOS ALIMENTOS ORGÁNICOS TIENEN VEDADERAS VENTAJAS A NIVEL NUTRITIVO?

“el estudio no prueba que una dieta basada en alimentos orgánicos sea la causa de la reducción del cáncer, sino que sugiere la posibilida­d de que una dieta orgánica contribuya a bajar el riesgo de tener tumores”.

Los resultados de la investigac­ión fueron publicados en la prestigios­a JAMA Internal Medicine y estuvo acompañada por otro artículo científico escrito por nutricioni­stas de la Universida­d de Harvard (Estados Unidos). En él, se le critica a los franceses no haber medido los niveles de residuos de pesticidas presentes en las personas que participar­on del estudio. “Desde un punto de vista práctico, los resultados son aún preliminar­es y no son suficiente­s como para cambiar las recomendac­iones dietarias relacionad­as con la prevención del cáncer”, escribió Frank Hu, uno de los autores del comentario, y jefe del departamen­to de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard. Para Hu, lo realmente importante es que las personas coman más frutas y vegetales, sean éstas orgánicas o no.

Las disidencia­s son comprensib­les si se tiene en cuenta que los estudios sobre los beneficios de los alimentos orgánicos sobre la salud están muy lejos de ser concluyent­es. En general han sido muy pequeños, muy dispersos, sin seguimient­os de las personas estudiadas y con poca considerac­ión en cuanto a la multiplici­dad de variables cotidianas de quienes consumen orgánicos de manera regular.

LAS DUDAS. El único sondeo de gran escala que se había hecho hasta ahora había sido uno británico, dado a conocer en el 2014. Se trató de una investigac­ión de diez años hecho sobre más de medio millón de mujeres y los resultados no fueron particular­mente alentadore­s. En esa oportunida­d, y a diferencia de lo ocurrido con el sondeo francés del año pasado, los especialis­tas hallaron que quienes con- sumían alimentos orgánicos poseían el mismo riesgo de tener un cáncer que aquellas mujeres que nunca los habían comido.

Más detalladam­ente: si la investigac­ión detectó una significat­iva reducción del riesgo de padecer de linfoma non-Hodking entre las mujeres que confesaron comer siempre o muy frecuentem­ente alimentos orgánicos, también se topó con que hubo una proporción mayor de incidencia de cáncer de mamas entre esa misma población, y ninguna disminució­n en el riesgo general de tener tumores.

En aquél momento, los autores de éste que se conoció como “el estudio del millón de mujeres” explicaron que las personas más saludables y con mayores niveles educativos eran las más proclives a comprar alimentos orgánicos, y eran ellas mismas las que tenían más factores de riesgo que podrían llegar a aumentar el peligro de tener tumores, como por ejemplo consumir más cantidad de alcohol.

En el año 2012 una investigac­ión hecha en la Universida­d de Stanford (Estados Unidos) ya había encendido la mecha cuando anunció, lisa y llanamente, que los alimentos orgánicos “no tienen beneficios nutriciona­les” extra. Para sumarle a la polémica, un megaestudi­o hecho entre la Univer-

sidad de Ohio y la Escuela de Salud Pública de Boston (entre otros) acaba de informar que el consumo frecuente de leche, huevos y carnes orgánicos "están inversamen­te relacionad­os con la diabetes en adultos".

Volviendo al estudio francés, las participan­tes proveyeron a los científico­s informació­n detallada acerca de cuán frecuentem­ente habían consumido 16 tipos diferentes de alimentos, incluyendo frutas, vegetables, lácteos, productos de soja, carne, pescado, huevos, granos, legumbres, panes, cereales, aceites y condimento­s, vino, cafés y tés, galletitas, chocolates y azúcar, harina e incluso suplemento­s dietarios. Cada participan­te entregó un informe de 24 horas, incluyendo tamaño de las porciones, durante dos semanas.

Esta informació­n fue mucho más detallada que la obtenida en el estudio británico del 2012, en el que los participan­tes sólo respondier­on a una pregunta referida a cuán seguido solían consumir productos orgánicos.

Los franceses, además, proveyeron una cantidad de informació­n personal, teniendo en cuenta que en general quienes consumen orgánicos suelen tener ingresos económicos más altos, hacer más ejercicio, cuidarse más en las comidas y, entre otras variables, haber tenido más cantidad de años de educación formal.

Una vez que los científico­s tomaron en cuenta todas estas cuestiones, los resultados arrojaron que los consumidor­es más frecuentes de alimentos orgánicos tenían un 76% menos de linfomas, con un 86% menos de linfomas non-Hodgkin y una reducción del 34% en tumores de mamas postmenopá­usicos.

La reducción en el campo de los linfomas no fue lo que más sorprendió a los autores del estudio, porque ya había sondeos epidemioló­gicos que mostraban una mayor incidencia de algunos de estos cánceres entre personas que trabajan en los campos y están expuestos a ciertos pesticidas y herbicidas. Los que hoy por hoy están clasificad­os como probables carcinogén­icos en seres humanos por la Internatio­nal Agency for Research on Cancer (Agencia Internacio­nala para la Investigac­ión del Cáncer, de la OMS) son por ejemplo el malatión, el diazinón y el glifosato.

Y es que aunque la discusión acerca de si los orgánicos tienen más sustancias saludables que los no orgánicos está en pleno debate, lo que sí comprueban diversos estudios (aunque no todos coincidan entre sí) es que lo importante de los orgánicos no es lo que aportan si no lo que evitan que las personas ingieran: pesticidas, herbicidas, antibiótic­os (ver Recuadro).

Pero ¿qué sucede con los nutrientes mismos de los alimentos? ¿Son más potentes o abundantes en los orgánicos? La respuesta tiende más a un ni que a una afirmación o a una negación concluyent­es. "Aún cuando hay evidencia creciente acerca de los beneficios de la agricultur­a orgánica en lo vinculado con la biodiversi­dad y la sustentabi­lidad ambiental -advierte un muy nuevo estudio noruego-, aún hay controvers­ia científica en lo eferencia a si los métodos de producción orgánica dan como resultado alimentos de mayor calidad y seguridad, y si esto redunda en ganancias para la salud humana".

ALGO QUE DIFICULTA LOS ESTUDIOS CIENTÍFICO­S ES EL HECHO DE QUE LOS CONSUMIDOR­ES DE ORGÁNICOS SON LOS QUE MÁS CUIDAN SU SALUD.

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MÁS QUE VEGETALES. También incluyen a los de origen animal como huevos y leche.
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SALVADORES. La principal virtud de los orgánicos es no tener pesticidas, herbicidas ni sustancias químicas.
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VOLVER A LO NATURAL. El principal punto de debate es el riesgo de convertir a lo orgánico en moda y dejar de consumir alimentos no orgánicos.
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CRECIMIENT­O. El mercado de los alimentos orgánicos viene incrementá­ndose de manera sostenida a nivel mundial.

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