Extraña aclaración
Tras ser tapa, Blanco Villegas reivindica a los “villeros”. “Salvo cuando se manifiestan”.
Aprimera hora del sábado 23 de febrero, la madre de Mauricio Macri se preparó en su quinta de Bella Vista para leer la última edición de NOTICIAS, que había salido ese mismo día a la calle. Después de verse en la tapa, posando a cámara con lentes de sol y zapatos de taco, Alicia Blanco Villegas abrió la revista para leer lo que ella misma había dicho días atrás.
Jamás había imaginado esa situación. Por su desprecio hacia gran parte del periodismo argentino, hasta entonces estuvo en silencio, "como si no existiera", según sus propias palabras. Incluso reprimió las ganas de publicar un libro que ya tiene escrito y que, al parecer, cuenta la historia de su vida como esposa de Franco Macri y madre presidencial. “Los secretos de mamá”, leyó Blanco Villegas en el título de la nota. Y al dar vuelta las páginas algo la inquietó.
“Es una típica señora conservadora de la aristocracia criolla, que reivindica al dictador Jorge Rafael Videla y rechaza a cartoneros, ‘negros’, vi- lleros y gays”. La frase, extraída del libro “Macri” de la periodista Laura Di Marco, enfureció a Blanco Villegas. “Lo que dijeron respecto a los cartoneros y villeros no me gustó”, le hizo saber a NOTICIAS ese mismo día. Y mandó una aclaración: “En realidad el enojo con ellos es cuando se manifiestan agresivamente”.
En tiempos de cortes y protestas callejeras, y en la misma semana en que el piquetero Luis D’ Elía quedó detenido por tomar una comisaría hace quince años, la madre del Presidente quiso dejar en claro que “no comulga para nada” con la idea “tan poco feliz” de rechazar a los sectores populares. Y de paso cuidó, como la madre estricta y presente que siempre fue, la imagen de su hijo mayor, al que reveló que llegó a “pegarle” por decir mentiras cuando Mauricio era sólo un niño. “La frase de los cartoneros y villeros la puso muy mal, Alicia nunca podría pensar así siendo su hijo Presidente de todos los argentinos”, agregó una persona de su entorno más cercano, como si fuera un vocero más de la Casa Rosada. Al parecer, cuando los marginales no cortan calles, a Alicia Blanco Villegas le caen bien.