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Los robots que cocinan

Llegaron a la Argentina entre 2017 y 2018 y ganaron mercado pese a la devaluació­n.

- JONATHAN RAED @JRaed

Para la mayoría de los argentinos, tener en casa un robot de cocina capaz de preparar las recetas más complejas con apenas apretar algunos botones puede sonar a delirio futurista de alguna película de ciencia ficción. Sin embargo, en Europa y EE.UU. es moneda corriente y hay un par de empresas que decidieron traer el aparato al mercado argentino. Pese a la megadevalu­ación, las compañías instaladas en el mercado local coinciden en que las ventas han superado las expectativ­as y destacan que la clave es que las personas vean funcionar al aparato en vivo y prueben las comidas.

“En EE.UU. y Europa el concepto de robot de cocina ya está instalado hace tiempo. La idea es traerlo a Argentina, donde es algo muy innovador. El primer desafío tiene que ver con instalar el producto en la sociedad”, dice la vocera de Easy Ways, empresa chilena que nació hace seis años, se expandió a México hace tres y llegó a la Argentina a inicios de 2018. El diseño de Easy Ways es australian­o y el ensamble se hace en China, pero lo relacionad­o a repuestos y garantías se hace todo en la Argentina.

MADE IN GERMANY. El primer robot de cocina y líder del mercado a nivel mundial es Thermomix, desarrolla­do en Alemania en 1961 por la empresa Vorwek. Thermomix llegó al país a mediados de 2017, se instaló con un local en Recoleta y ahora tiene uno nuevo en Palermo. “Para el primer año, pensábamos vender 400 unidades y para el segundo, 600. Pero en un año y medio ya llevamos vendidas 1.700”, destaca Bea Macaya, gerenta general de la marca para la Argentina.

Desde que Thermomix llegó al país, el dólar subió más del 130%, lo cual pudo haber sido el fin de la experienci­a para un producto que se vende en torno a US$ 1.800. Esto no fue así, sino todo lo contrario. “De cada dos demostraci­ones que hacemos, vendemos un robot”, asegura Macaya.

Los robots no se encuentran en las grandes tiendas de electrodom­ésticos. Hay que buscarlos en los locales de estas marcas. Esto no es un capricho, sino una estrategia de venta. “Ponemos mucho foco en que la persona viva la experienci­a, que lo vean funcionand­o en vivo, que lo puedan programar y degustar las comidas. Son 12 electrodom­ésticos en uno y eso parece raro, pero esa es justamente la idea de la demostraci­ón; que las personas puedan ver bien de qué se trata”, afirma la vocera de Easy Ways, que tiene también un local en Recoleta.

La idea de las marcas es acordar una demostraci­ón en un local. La misma dura una hora y media y allí se presenta al robot y se lo pone a cocinar. Un pan, un postre, un risotto. Todo sale en breves instantes.

“Ponemos mucho foco en que la persona viva la experienci­a, que lo vea funcionand­o en vivo, que pueda degustar las comidas.”

La sevillana Bárbara Cantillana está a cargo de las demostraci­ones en Thermomix. “En España es muy común como regalo de bodas. Es el típico regalo que te hacen entre amigos o familiares. La verdad es que te cambia la vida. Te deja mucho más tiempo libre para hacer otras cosas. No sólo te ahorra tiempo para cocinar, sino también para limpiar”, relata mientras vierte los ingredient­es en la máquina.

El uso del robot es muy sencillo. Cuenta con un chip que tiene miles de recetas y es cuestión de seguir el paso a paso que propone el aparato. Poner los ingredient­es que indica la pantalla y presionar “siguiente”. No mucho más.

Desde Easy Ways destacan: “El mercado al que apuntamos es amplio porque el robot es de utilidad tanto para una persona que no sabe cocinar nada, como para un profesiona­l gastronómi­co”. La gerenta general de Thermomix reflexiona en el mismo sentido: “Para un chef, es un ayudante de cocina que nunca se equivoca”. VENTA COMO COSMÉTICOS. Ambas empresas cuentan con poco perso- nal; básicament­e, en marketing y administra­ción. Las ventas descansan en “representa­ntes”, que pueden ser cualquier hijo de vecino. El esquema es similar al de algunas marcas muy conocidas de cosméticos, pero más profesiona­lizo. En la empresa, realizan intensos cursos de capacitaci­ón que los preparan para vender el aparato.

Incluso, en Thermomix apuntan a que los propios clientes se conviertan en vendedores. “Vos podés financiar tu propio robot. Tenés seis meses para vender seis robots. Por cada uno que vendés, lográs un descuento que se va acumulando”, cuenta Macaya.

Esa es también una manera de combatir los golpes de la devaluació­n. Otra es la financiaci­ón en cuotas por medio de un pago con tarjeta de crédito.

Para Easy Ways, “la estrategia fue llegar al país con un precio muy competitiv­o para poder ampliar los mercados, excelente calidad, con tecnología de punta y un precio accesible para el mercado”. Las dos marcas destacan también el sentido de “comunidad”. Cuentan que hay grupos de Facebook y blogs donde las personas intercambi­an experienci­as, ideas y recetas. De la misma forma, ambas subrayan que la relación marca-cliente se afianza en la posventa. “Una vez que el cliente compra el robot de cocina, sabe que tiene a disposició­n un representa­nte para cualquier duda o consulta. Estamos en contacto permanente. La idea es generar una comunidad”, comenta una de ellas.

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 ??  ?? COMPETIDOR­ES. El robot de cocina Easy Ways es australian­o, aunque ensamblado en China. El Thermomix, cuya gerenta general en la Argentina es Bea Macaya, fue creado en Alemania.
COMPETIDOR­ES. El robot de cocina Easy Ways es australian­o, aunque ensamblado en China. El Thermomix, cuya gerenta general en la Argentina es Bea Macaya, fue creado en Alemania.

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