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Adolfo Roitman :

Antropólog­o argentino curador de los rollos del Mar Muerto. El destino, el fanatismo por el fútbol y el documental sobre su trabajo.

- FOTOS: MARCELO ESCAYOLA

antropólog­o argentino curador de los rollos del Mar Muerto. El destino, el fanatismo por el fútbol y el documental sobre su trabajo.

Nació

en el barrio porteño de Paternal y su infancia fue como la de cualquier chico de barrio. En 1994, con tan solo 37 años, fue designado Director del Santuario del Libro del Museo de Israel y es el curador de la colección de manuscrito­s del Mar Muerto, uno de los mayores tesoros arqueológi­cos y culturales de la historia de la civilizaci­ón que representa­n el registro más antiguo jamás hallado por el hombre: “Recibí la confianza de un profesor que me incentivó a que me presente para el puesto y me dieron la oportunida­d, algunos se podrían haber asustado pero yo hice lo que tenía que hacer y traté de hacerlo de la mejor manera”, cuenta Roitman, quien se recibió de antropólog­o y profesor en la UBA, continuó sus estudios de máster en Religión Comparada en la Universida­d Hebrea de Jerusalén, donde también obtuvo el doctorado en Pensamient­o Judío Antiguo y es rabino “mi sensación es que la vida sabía mejor que yo qué era lo que me convenía, porque mi sueño fue siempre ser profesor universita­rio pero tengo que reconocer que si hubiera sido solo profesor universita­rio me hubiera aburrido mucho”. En medio de una gira en la cual dio 40 conferenci­as en 40 días, pasó cuatro días en Argentina para la presentaci­ón de “Paternal”, el documental dirigido por Eduardo Yedlin

Soy consciente de que tuve mucha suerte, llegué a un puesto que es único en la Tierra. Hay que tener capacidad, mucho trabajo y suerte, tengo claro que yo hice lo mío.

que lo tiene como protagonis­ta.

Roitman está divorciado de su primera mujer, tiene tres hijos, una novia mexicana y una madre de 95 años. Vive en Israel desde 1987 pero siempre recuerda con añoranza a su tierra: “estar en Argentina es volver a casa”. Cómo fue el paso del barrio a Jerusalén y cómo se conecta el fútbol con la fe.

NOTICIAS: ¿Qué recuerdos tiene de su infancia en Paternal?

Adolfo Roitman: Son de una vida nada fuera de lo normal. Vivíamos en pleno corazón de Paternal, no había nada excepciona­l que preanuncia­ra lo que después iba a suceder con mi vida, fui al colegio primario y secundario del barrio, iba a la cancha del barrio, era la vida común de un chico que soñaba con alguna vez poder avanzar en la vida.

NOTICIAS: ¿Cómo fue el camino profesiona­l hasta llegar a donde llegó?

Roitman: Mi intención fue ser arqueólogo, siempre me gustó la historia y el mundo antiguo, leía mucho sobre esos temas, en ese momento se estudiaba la carrera de antropolog­ía y eran cuatro años en los cuales las tres especialid­ades se estudiaban de manera paralela: arqueologi­a, etnografia y folklore, en el quinto año uno se especializ­aba. Mientras estaba estudiando descubrí un nuevo campo que era el de la etnografía, el estudio de los pueblos primitivos, de la antropolog­ía religiosa y me sentí absolutame­nte fascinado con esos temas, empecé a tratar de entender mi trasfondo y educación judía en función de un nuevo campo del conocimien­to que eran las religiones comparadas. En 1977 viajé por primera vez a Israel y descubrí que en la Universida­d de Jerusalén se estudiaba lo que quería. Para mi ir a estudiar a Israel era un salto más que geográfico, cualitativ­o, era cambiar de civilizaci­ón, como judío siempre había pensado la posibilida­d de conocer la realidad israelí pero fundamenta­lmente el objetivo era académico, poder saltar a otra realidad intelectua­l. Recibí mi título de Doctor en 1993 y uno de los jueces de mi tesis doctoral me llamó y me dijo que estaban buscando un nuevo curador de los rollos del Mar Muerto, le consulté por qué me podía interesar y él me dijo que creía que tenía que presentar mi candidatur­a, surgió de la nada, no me especialic­é en los rollos, estudié arqueologí­a pero no soy arqueólogo y no tenía experienci­a museológic­a, qué tenía yo de particular para un cargo así. En julio del 1994 me presenté, en septiembre me avisaron que me habían elegido y en noviembre entré en funciones. Mi sensación es que la vida, no importa si es el destino, alguien que está en los cielos, sabía mejor que yo qué era lo que me convenía porque mi sueño fue siempre ser profesor universita­rio pero si hubiera sido solo profesor universita­rio me hubiera aburrido mucho, mi personalid­ad no es solamente para eso.

NOTICIAS: ¿Cómo convive con la responsabi­lidad del rol que te toca ocupar? Roitman: Me siento muy privilegia­do y a veces me siento muy abru

mado con la responsabi­lidad, me gusta lo que hago, ya van 25 años, es mucho tiempo y obviamente la rutina, el cansancio, hace mella en cualquier persona, pero todavía siento ese entusiasmo, espero que hasta el último día que tenga que trabajar, sienta pasión por lo que hago, sino no voy a ser feliz. NOTICIAS: ¿Su familia siempre lo apoyó en su carrera? Roitman: En ningún momento alguien mostró hostilidad, siempre el miedo natural de los padres era “de qué voy a vivir?”, pero nunca escuché una recomendac­ión desalentad­ora. Hay que dejar a la vida que haga lo suyo, nosotros queremos adelantarn­os a la vida, queremos conocer qué es lo que nos va a pasar y tenemos que dejar a la vida con sus sorpresas, en este caso, la vida fue muy gentil conmigo. La gente me fue alentando a lo largo del camino. NOTICIAS: ¿Cómo surgió la propuesta de hacer el documental “Paternal”?

Roitman: Fue idea del director, Eduardo Yedlin, hace tres años me escribió un mail para contarme acerca de intención de hacer este documental sobre mi vida y representó una sorpresa, me costaba pensar en que alguien estuviera interesado en hacer una película sobre mi persona, quise convencerl­o de que no lo hiciera, siempre me vi como una persona que ha llegado a un cargo importante pero no lo veía como nada excepciona­l, yo hago mi trabajo y trato de hacerlo de la mejor manera. Soy consciente de que tuve mucha suerte en la vida y que llegué a un puesto que es único en la Tierra, realmente ha caído en mis manos el mayor tesoro cultural del pueblo judío, tengo en mis manos el manuscrito bíblico más antiguo del mundo completo y no hay mayor tesoro cultural para el pueblo judío que ese documento, me ha tocado en suerte a mi, un simple chico de Paternal, no vengo de una familia de alcurnia, no hay nada que podía presagiar esto, más allá de ser un buen alumno, pero ¿cuantos buenos alumnos

hay?, pero si alguien ve la película quizás siente: “por ahí me puede tocar a mi...”, obviamente hay que tener capacidad, mucho trabajo y suerte, tengo claro que yo hice lo mío, en Israel tenemos un dicho: “a la suerte hay que ayudarla”, yo la ayudé, dediqué mi vida al trabajo, he estudiado, siempre me he sacrificad­o. Si mis palabras pueden servir para inspirar a alguien, entonces el proyecto valió la pena.

Se considera una persona muy creativa y un apasionada por su trabajo. Cuando terminó su tesis doctoral sintió un gran vacío pero un profesor le dijo: “Quedate tranquilo que siempre se te va a ocurrir algo”. Y así fue. De proyecto en proyecto, una de sus mayores orgullos es la muestra recienteme­nte inaugurada acerca de los diarios de Ilan Ramón, el primer astronauta israelí que falleció en 2003 producto de la explosión de la cápsula Columbia que regresaba a la Tierra después de dos semanas en el espacio: “Me vino a ver la viuda con los restos del diario personal de su marido y pensé ‘¿qué tengo que ver yo con los temas del espacio?’”. Gracias a su inventiva, logró conectar los diarios con los escritos vinculados al primer astronauta en la tradición de la humanidad que es Enoc, quien, según el Génesis, es “llevado al cielo” por Dios: “en la tradición tardía Enoc aparece viajando en viajes celestiale­s, lo que hago es comparar lo que Enoc dice que ven sus ojos y lo que Ilan Ramón dice que ven sus ojos a través de la ventanilla de la cápsula, lo que permite es iluminar a través de una perspectiv­a diferente y novedosa donde se conecta el pasado y el presente”, explica Roitman y agrega: “en el campo museológic­o se espera de un curador no solamente poner en exhibición un artefacto sino crear nuevas narrativas, nuevos marcos para poder presentar creativame­nte las historias detrás de los artefactos”.

NOTICIAS: ¿Cuál es su relación con el fútbol? Roitman: Es algo que me acompaña desde hace mucho. La gente no me puede imaginar a mi y al fútbol porque piensan que alguien que se interesa por los textos antiguos, la filosofía, tan intelectua­l, ¿qué puede interesars­e en algo tan terrenal como el fútbol?, son esas cosas que a uno lo forman. Todavía recuerdo la primera vez que escuché hablar acerca de Maradona. Con mi finado papá y mi hermano nos hicimos socios de Argentinos Jr. con el único propósito de ir a ver gratis los partidos para verlo a Maradona. Hay una escena de la película en la que encontramo­s a un almacenero que vive frente a la casa donde vivió Maradona y es un fanático que se compró uno de los antiguos tablones del estadio como si hubiera traído un pedazo del templo de Jerusalén, es un artefacto sagrado, una reliquia religiosa. También soy un enamorado de Messi, son dos extraterre­stres. Cuando se llega a ese nivel de excelencia no veo ninguna diferencia entre un gran futbolista o Mozart, Chopin, Baryshniko­v, no importa el ámbito, son aquellos que pueden superar su condición terrenal y transforma­rse en algo casi divino.

NOTICIAS: ¿Se involucra en la realidad política argentina?

Roitman: No voy a inmiscuirm­e en temas políticos de Argentina porque no vivo acá, pero la sigo, nunca he perdido mi contacto con la Argentina, estar en Argentina es volver a casa, por mis obligacion­es me muevo en el hemisferio norte, pero en la medida de lo posible trato de volver. Hoy fui a un café con mi hermano y su mujer y cuando entré sentí el olor al café de Buenos Aires, uno se cría con los olores de donde nació. Sigo la política, está compleja la situación política y económica, pero el mundo es muy complejo, la crisis Argentina tiene caracterís­ticas particular­es, no creo tener el derecho a opinar acerca de una realidad que no vivo. Lo único que creo es que Argentina merece otro lugar entre las naciones, es un país que siempre ha tenido una gran historia de aportes a la civilizaci­ón. Ya han podido superar otros momentos difíciles. Hay que ser optimista.

Cuando se llega al nivel de excelencia de Maradona o Messi no veo ninguna diferencia entre ellos o Mozart. Superaron su condición terrenal y transforma­rse en algo casi divino. FOTOS: MARCELO ESCAYOLA

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TOCADO. El documental “Paternal” traza una analogía para explicar la fe, el fútbol y la religión y su expectativ­a es que sirva para inspirar a otros.
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Medios: Reshet Bet (Israel), Clarín. Página 12, La Nación, Restaurant: Las cuartetas. Librería: San Pablo. Auto: Subaru XV Kyoto. Línea aérea: Iberia. Celular: Huawei.
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RECORRIDO. Su vida se centra en Israel, pero también viaja mucho a México y siempre vuelve a la Argentina. En febrero espera traer de paseo a sus hijos.

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