Rara avis
Una infidencia de la cocina periodística en las redacciones de la Argentina: es muy difícil encontrar intelectuales con mirada propia, valiente, desprejuiciada, honesta, incisiva y elegante, todo junto y a la vez. Pero hay temas que los necesitan, y los lectores de NOTICIAS son tan exigentes como implacables con las plumas que se cargan notas de tapa al hombro, como invitados especiales de la revista. Por eso, en los “brainstormings” desatados en las reuniones de sumario, reaparece, insistente, el nombre mágico para resolver lo inasible: Beatriz Sarlo.
No es nada común el perfil ensayístico de una figura que combina rigor académico, instinto pedagógico y picardía mediática. Sarlo permanece como esa rara avis de la crónica y el análisis periodístico, que viene de otro lado -de la crítica literaria y cultural en general-, acaso lejano, sobrevuela un tópico de la agenda masiva y arrasa con todos los clichés y fake news que lo intoxicaban, dejándolo limpio, lo más transparente posible para la comprensión de lo que entendemos como la opinión pública.
Las cuestiones polémicas le sientan bien, porque en lugar de tomar cómodamente partido por alguno de los bandos preexistentes, Sarlo corre los arcos y redibuja la cancha, para obligarnos a pensar de nuevo. Y a ser, antes que nada, autocríticos.
Esta semana, NOTICIAS vuelve a poner el foco -con una tapa que cierra el ciclo abierto por una similar publicada en 2014 sobre el ocaso del kirchnerismo- en un fenómeno casi tabú por lo embarazoso: el “panquequeo”, esa indigesta receta nacional para acomodarse al poder de turno. El tema es complicado, urgente y profundo. Era para Sarlo.