El conventillo carnívoro
El Gran Paraíso. Garibaldi 1428, La Boca. 4302-1752. Parrilla. Lunes a domingos 10:00 a 18:30. Reservas. Tarjetas de crédito. Precio promedio: $ 700.
Entre 1880 y 1910 entraron al puerto de Buenos Aires cuatro millones de extranjeros, principalmente españoles e italianos pero también polacos, turcos, rusos, y siga contando. La falta de espacio y de recursos llevó a varias familias a instalarse en la misma casa, cada una en un cuarto que resultaba pequeño para todos sus integrantes, tan pequeño como las celda de un convento, de allí que estas casas de inquilinato recibieran el nombre de conventillos. El sector común era el patio central, también el lugar donde cocinaban y, según lo que comían, se podía reconocer la procedencia de sus habitantes.
Hoy a La Boca llegan hordas de turistas que bajan de los cruceros y la visita a Caminito, con sus conventillos glamourizados para la ocasión, es un destino inevitable. Justo a la vuelta está El Gran Paraíso, un conventillo devenido parrilla for export pero intervenido solo lo necesario. El patio central, con sus mesas de manteles a cuadros blancos y rojos, típicos de trattoria tana –históricamente sus ocupantes, tal como en toda La Boca, eran genoveses– tiene un aire genuino, que conecta con su origen y tradición.
La parrilla está en la entrada y a la vista, un anzuelo infalible para los turistas. De allí salen choripanes enormes, que se sirven en budineras con vegetales y papas fritas; provoletas en varias versiones (original la que viene con con manzana al malbec y rúcula) además de todas las achuras que requiera una parrillada completa. Tienen, además, cortes de luxe como el Hookipa (la mejor parte de la paleta); el Gran Paraíso (ojo de bife con hueso pelado o côte de boeuf); y el Tomahawk (así se llamaban las hachas que usaban los indios sioux, y esa es la forma de este bife de ternera con el hueso de costilla). Hay picadas abundantes, buenas ensaladas y postres golosos como la mousse de banana split. Lo interesante es que los precios de adaptan al bolsillo local.
En un edificio adyacente, sobre pilotes (en épocas de inmigración La Boca se inundaba) hay un pequeño museo que replica la vida de los conventillos. A su lado está la terraza/ mirador, con vista a Caminito. El patio tiene objetos y carteles divertidos, pintados en tradicional fileteado porteño.