La vuelta de Flor K:
Desde Cuba, volvió a postear en redes sociales y abandonó el perfil bajo que tenía desde hace un año. Agradecimiento a Cristina.
el regreso de la hija de Cristina a las redes sociales. Intimidad de cómo evoluciona su enfermedad y el pedido del juez para actualizar su información médica.
Con posteos diarios en su cuenta de Instagram, Florencia Kirchner comenzó a levantar su perfil público y decidió mostrar fotos propias luego de estar viviendo un año en La Habana, Cuba, en total silencio y aislada de la vida pública. Llegó a la isla para participar en un festival de cine y tuvo que quedarse por una complicación en su salud: trastorno de estrés postraumático y un linfedema ligero de miembros inferiores.
La primera imagen que se conoció de Florencia del último año fue una foto que subió su madre Cristina Kirchner, el día antes de viajar de regreso a Buenos Aires después de haberla visitado unos días. De inmediato se especuló con que podría estar en condiciones de regresar a la Argentina, pero según pudo saber NOTICIAS, Florencia aún no fue dada de alta a pesar de que registró una mejoría. En el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 5, tras ver las fotos en Instagram y su repercusión en los medios, decidieron pedir un informe actualizado del estado de salud de la hija de la vicepresidenta, aunque esto no cambia su condición en el expediente, según confiaron a NOTICIAS fuentes de la causa. Sobre Florencia Kirchner no pesa un pedido de captura ni la exigencia de estar en el país ya que está representada en el expediente a través de su abogado Carlos Beraldi. Incluso, hoy debe comparecer cada 15 días ante la Embajada Argentina en Cuba.
El último informe médico que se envió al Tribunal desde el Cemiq, el centro médico cubano donde se atiende, data de septiembre de 2019. Allí no había demasiadas precisiones sobre el diagnóstico, pero ahora, con el regreso de Florencia a las redes sociales, permite descubrir cómo transitó ella estos meses en La Habana. En un posteo del 12 de febrero, la hija de Cristina Kirchner contó que estaba leyendo un ensayo de la escritora Virginia Woolf llamado “De la enfermedad” y transcribió citas con las que se identificó. “La transformación interior y exterior que desencadena en
nosotros la enfermedad, el distanciamiento de los sanos. La pobreza del idioma para expresar el dolor físico. Las palabras dejan de fluir cuando el enfermo intenta describir el dolor”, reprodujo. Y luego agregó otro tramo del texto con un final más poético: “En cuanto nos vemos obligados a guardar cama o a reposar entre almohadones en un sillón y alzamos los pies unos centímetros sobre el suelo el otro, dejamos de ser soldados del ejército de los erguidos; nos convertimos en desertores. Ellos marchan a la batalla. Nosotros flotamos con las ramitas en la corriente; revueltos con las hojas muertas en el prado, irresponsables e indiferentes y quizá por primera vez en años capaces de mirar a nuestro alrededor, alzar la mirada y ver, por ejemplo, el cielo”.
El cuadro clínico que presentaba Florencia, además de un problema físico en sus piernas y una notable pérdida de peso, incluía ataques de pánico y depresión.
También compartió posteos con lecturas vinculadas a cuestiones de salud mental. El 13 de febrero, publicó una foto del libro "Los montes de la loca" de Marisa Wagner y, con lenguaje inclusivo, escribió esto: “Lean a Marisa Wagner. No importa si están interesadxs en la poesía o no, porque meterse en sus versos es dejar de darle vuelta la cara a la salud mental, es romper con los imaginarios preconcebidos por la máquina reina que moldea y etiqueta para las cabezas de los demás, esa, que discrimina y excluye. Psicóloga, poeta, militante, estuvo internada en neuropsiquiátricos y nos habla desde adentro, de la vida entre paredes”.
A medida que avanzaron los días, se animó a deslizar un poco más sobre su vida y su salud en Cuba y aprovechó el cumpleaños de su madre para hacer esa catarsis y agradecerle, mediante un emotivo texto (Ver recuadro).
El miércoles 18 se sumó a la convocatoria para la marcha en la que al día siguiente se pidió por la legalización del aborto. Posteó una foto con una hoja verde, explicó que no tenía su pañuelo y recomendó un poema de la activista estadounidense June Jordan.
La cuenta de Instagram de Florencia está cerrada a los comentarios. Todavía es muy pronto para abrirse a los haters de las redes sociales.