Flavia Company:
La escritora editó en Argentina su novela “Que nadie te salve la vida”. Vida nómade y el compromiso con la creación literaria.
la escritora editó en Argentina su novela “Que nadie te salve la vida”. Vida nómade y el compromiso con la creación literaria.
El curriculum de Flavia Company dice que se licenció en Filología Hispánica, que es pianista, traductora, periodista, profesora universitaria, conferencista, yogui y escritora. Todo eso es verdad, pero no suficiente. Como también que es argentina y vivió desde los 9 años en Barcelona. Sí, pero no. Sería más atinado hablar de una buscadora empedernida y borrar la nacionalidad para calificarla como nómade. En síntesis, es una mochilera de la vida, que en un mismo movimiento va hacia afuera –hace dos años que viaja alrededor del mundo- y hacia adentro, como tirándose en tirabuzón al vacío de su propia interioridad.
NOTICIAS: Está en Buenos Aires presentando “Que nadie te salve la vida” (Editorial El Ateneo), una novela que escribió y publicó en España en 2012. ¿Qué le pasa al reencontrarse con un material que ya tiene 8 años?
Flavia Company: No tengo ningún libro que no volvería a firmar con la misma vigencia. Mi concepción literaria tiene que ver con la sensación de estar armando un solo libro.
NOTICIAS: Reconoce que el mundo literario le acota el proceso creativo y que prefiere prescindir de él y apostar a la búsqueda más que a las etiquetas.
Company: Claro, porque me parece que las etiquetas tienen que ver con nuestros prejuicios, no con nuestras preferencias; no podemos preferir si no conocemos. Es interesante pensar el viaje, que es una metáfora habitual de vida, y darse cuenta de que hay muchos que van a un país y quieren conocer “lo que hay que conocer” mientras que hay
Hay literatura decorativa como hay pintura decorativa o música ambiental, la creación literaria es otra cosa. Tiene que ver con algo más genuino, no con un negocio.
otros que conocen lo que encuentran en el camino.
NOTICIAS: Cuánto de miedo hay en los prejuicios, ¿cierto?
Company: Efectivamente, los prejuicios no dejan de ser miedos, porque todo aquello que no te resulta conocido, no te reafirma y la reafirmación, en definitiva, tiene que ver con la presencia del ego, de eso que creés que sos y hace que lo procures defender afirmando que es el único modo de estar, porque todo lo que te niega parece que te mata.
NOTICIAS: ¿Cuándo soltó el ego y la necesidad de reafirmación?
Company: Mi carrera es tan coherente y tan consecuente con esa sensación que mi próximo libro, que sale en España en agosto, saldrá firmado por Haru, que es el personaje de mi libro bisagra (“Haru”, editorial Catedral, 2016). Y a partir de ahí, voy a firmar con el nombre de Andrea Mayo, que es otro personaje mío. Y yo voy a desaparecer.
NOTICIAS: Siempre dice que su objetivo en la literatura es desaparecer.
Company: Sí, y tengo que decir que lo conseguí (risas). Porque que Haru pueda escribir un libro, no es una ocurrencia, tiene sentido. Y que, después de eso, pueda firmar con el nombre de otro personaje mío, es la cuadratura del círculo desde el punto de vista literario donde una escritora quiere crear realidad. Cuando creás tanta realidad, vos pasás a ser ficción.
NOTICIAS: ¿Por qué dice que “Haru” le salvó la vida?
Company: Cuando terminé de escribirlo, me puse a llorar desconsoladamente porque la sensación que tuve era desconocida, como morirse. Lloré, lloré y lloré y me di cuenta de que todos los años que hacía que escribía y que leía, tenían sentido. Ahí dije “Esto es”. Muchas veces me da la sensación de tocar ese extremo, esa frontera entre la ficción y la realidad, esa maravilla que es la creación, pero con “Haru” fue una certeza, la certeza de comprender algo que todavía no conté. Supe y ahora tengo que encontrar las palabras para lo que supe. Mi próxima novela cuenta parte de eso y creo que ahí está casi terminado de explicar este milagro que somos.
NOTICIAS: Usted es yogui y se apoya mucho en la meditación. Además, suele definirse como “extraña”. ¿Qué nivel de soledad siente al tener una mirada tan particular y convivir con el mundo?
Company: (sonríe) Ahora me pones a llorar… claro, la soledad es total, no desde el punto de vista físico, porque tengo grandes amistades y he tenido grandes amores. Pero es verdad, hay un punto en que es como la exploración de un loco. Hay momentos en que el cielo está muy oscuro y las estrellas que te guían desaparecen y ya no sabés si estás yendo o si te inventaste las estrellas o si las conoces lo suficiente, a veces es duro de mantener. Hay que cerrar los ojos y meditar o hacer yoga.
NOTICIAS: Reconoce que es muy difícil dedicar la ilusión y la energía diaria a algo que no le da de comer. ¿Se tuvo que inventar otros modos de ganarse la vida?
Company: Sí, fue durísimo, es, pero fue más. Me quedé sin sostén materno paternal muy pronto.
NOTICIAS: Su madre murió a sus 25 años, la misma edad que tiene Berta, uno de los personajes de “Que nadie…”, cuando recibe una carta que atraviesa el libro.
Company: Exactamente. Ves, esa novela me interesa más ahora que antes porque ahora puedo leer muchas cosas que no comprendí.
NOTICIAS: Del mismo modo ha dicho que entendió la conexión con Haru al leer el libro y no al escribirlo.
Company: Totalmente, es que hay una parte que es completamente incomprensible si realmente nos entregamos a la creación y no al cálculo ni al propósito. Hablo de la literatura como arte, no de la literatura como oficio, trabajo o profesión, como arte. (sube el tono) Porque hay literatura decorativa como hay pintura decorativa o música ambiental, la creación literaria es otra cosa. Tiene que ver con algo más animal, más genuino, no con un propósito, no con un negocio.
NOTICIAS: Usted elige confrontar con esa industria y dice que no le preocupa si hay muchos o pocos lectores porque lo que tiene que ocurrir, ocurrirá.
Company: Es así. Entonces boceta una imagen: la cima de una montaña virgen de pisadas en la que se eleva un árbol. Nunca nadie lo vio pero él existe, más allá de las miradas, tiene un sentido de ser. Ese árbol es su inspiración cada vez que estira ramas y entierra raíces. La soledad vuelve a ser telón de fondo.
NOTICIAS: Si todo es fabricación mientras usted quiere ir por la creación, ¿cómo hace para sustentar su vida?
Company: Mi sensación es que viví 48 horas al día, hice miles de artículos de diario, de clases, de talleres, muchísimas conferencias, un montón de traducciones, amén de los libros. Y eso fue para comer y pagar los mínimos consumos que uno tiene.
NO TICIAS: Hace dos años decidió empezar a vivir viajando. ¿Qué dejó en Barcelona?
Company: Una vida, pero me han ocurrido milagros que fueron de los momentos más hermosos en mi vida.
En un pueblo muy chiquito de la costa de Perú, se embarcó con tres pescadores que le habían comentado que había multinacionales haciendo pesca ilegal y que eso provocaba el aumento de lobos marinos que terminaban siendo una amenaza para su propia labor. Iba a contar la historia en una crónica que escribiría para un diario. Era una madrugada tan luminosa que jura que las estrellas caían en cubierta. Tiraron la red y se acostaron a descansar, a ella la inundó una sensación profunda de compartir destino con esos desconocidos. Lo sintió como un regalo por no haber tenido miedo ni prejuicios, por dejar, como dice, que la vida fuera vida. Después de que el sol rompió la noche, hubo que recoger la pesca pero, al levantar la red, aparecieron decenas de lobos marinos hambrientos. Ella, que ama a los animales, se encontró defendiéndose a los piedrazos. La red quedó toda rota y no salvaron ni una merluza. Al volver al puerto, uno de los hombres la miró y le dijo: “Y sin embargo mañana vamos a volver con la misma ilusión”. La poesía a veces se hace de carne y hueso.
NOTICIAS: Con esta vida más liviana y entregada a la experiencia, ¿qué tiene miedo de perder?
Company: No tengo miedo ni de perder la vida. Pienso que es la única manera de vivir de verdad. Para no tener miedo de la vida, no tenés que tener miedo de la muerte.
A sus 9 años, sus padres se la llevaron a España. Argentina arrancaba los tumultuosos ´70, habían intentado entrar a su casa, así que se exiliaron en Barcelona. A la niña le prometieron volver dos años después. Ella lloró cada día y tachó en un almanaque lo que faltaba. Cuando se cumplió el tiempo, le dijeron que se quedarían allí y que pensaron que se olvidaría de la promesa. “Nunca entendí la mentira”, lamenta. A la distancia, ese puntazo en medio del estómago y de la confianza, le abrió un destino: la palabra mentirosa se convirtió en herramienta para hacer ficción.
Hay otro detalle: la que salió de Ezeiza fue una pianista prodigio que, a los 20 años, estaba preparando su primer concierto para el auditorio del Liceo de Barcelona. Estudiaba entre 10 y 12 horas diarias. Mientras tanto, fue a una revista literaria a pedir trabajo como redactora y le dejó al director una novela que había escrito a los 17. Siguió dándole al piano hasta que no pudo mover las muñecas. Una tendinitis feroz la llevó al hospital y el médico sentenció lo que ella todavía no había podido permitirse: no haría ningún concierto. “Fue un drama pero sentí alivio, tenía pánico escénico, no quería tocar, nunca había querido ser una intérprete, yo quería hacer dirección de orquesta y composición”. Justo allí recibió el llamado del editor: no le daría trabajo, le publicaría la novela. Había nacido la escritora.
NOTICIAS: Como pianista, tenía pánico escénico y ahora quiere desaparecer de la literatura. Cierra el círculo de que vean lo que hace pero sin mirarla a usted.
Company: Claro, es otra vez el árbol en la cima que no necesita justificar su existencia porque ninguna vida necesita justificarse.
No tengo miedo ni de perder la vida. Pienso que es la ú única manera de vivir de verdad. Para no tener miedo de la vida, no tenés que tener miedo de la muerte.