Discusión que nunca se jubila
Solidaridad o ajuste? Esa es la cuestión”. Podría así, parafraseándo a Shakespeare, arrancar el soliloquio del Presidente, molesto esta semana con los medios que vendieron como un ahorro para el Estado los aumentos anunciados a jubilados el viernes 14: según un informe del CEPA serían 5 mil millones de pesos menos de gasto para el Gobierno. El aumento por decreto y de suma fija, benefició por corto margen a quienes ganan la mínima. Pero perjudicó al resto de los jubilados, uno de los segmentos de la población más golpeados por la crisis económica. Para ellos, Alberto Fernández había prometido durante la campaña, una recomposición del 20%. En cambio hubo bono de suma fija. El relato del Gobierno, contando esos montos y el aumento que llegará en marzo -en reemplazo de la ley de movilidad-, se anota un porcentaje cercano al de la promesa electoral para la base de la pirámide. Aunque en los papeles le corra de atrás a la inflación y no llegue a sacar de la angustia a los jubilados. Hasta Roberto Navarro, abanderado del periodismo kirchnerista, cuestionó al Presidente por “redistribuir la miseria”, con medidas que poco impactan en los que menos tienen y perjudican a los sectores medios. "En un país devastado, prácticamente en default y un sistema previsional vaciado, hay que empezar por los de abajo”, insistió Alejandro Vanoli, titular del ANSES, en línea con el discurso solidario. “Ciertos medios afirman que ha habido un ajuste sobre los jubilados cuando en realidad eso no pasó”, sumó Alberto Fernández. Entre la solidaridad y el ajuste, se espera lo justo, el cumplimiento de la ley: el Gobierno trabaja en una nueva norma que deje de tener la referencia de inflación que puso Macri, para ser un promedio de la actualización de salarios y la evolución de la recaudación. Medida que quizás venga de la mano de una polemizable reforma previsional.