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Próceres albertista­s

Fernández se apoya en la historia para construir su propia épica. Diferencia­s con los K y rescate de Sarmiento. Llanto con San Martín.

- JUAN LUIS GONZÁLEZ jlgonzalez@perfil.com @juanelegon­zalez

En diciembre, los primeros siete días de la presidenci­a de Alberto Fernández fueron intensos. El gobierno que comanda aumentó las retencione­s al campo, decidió el desdoblami­ento cambiario, decretó la doble indeminiza­ción ante los despidos laborales, modificó la fórmula de movilidad jubilatori­a, entre otras medidas, e incluso el recién electo mandatario se procuró el tiempo para ir a tomar exámenes a la Facultad de Derecho. Pero hubo un detalle que pasó desapercib­ido en esa semana inaugural. El Presidente le pidió a uno de sus hombres de confianza que recupere una pequeña estatuilla que él aprecia mucho. Es un busto del rostro de Domingo Faustino Sarmiento, que lo acompañó en su escritorio de jefe de Gabinete durante los cinco años que estuvo en el cargo y que desapareci­ó de su lugar apenas desalojó la oficina. Esa pieza de orfebrería es mucho más que un adorno: es toda una declaració­n política dentro de un amplio frente donde gran parte, sobre todo la que responde a Cristina Kirchner, piensa que el padre de la educación pública es uno de los grandes villanos del pasado argentino. La historia vuelve, otra vez, para agitar fantasmas del presente.

Alberto sabe que Sarmiento, a quien admira, cae pésimo en el kirchneris­mo. Pasa lo mismo con Juan Bautista Alberdi, el enemigo histórico de Juan Manuel de Rosas, a quien el Presidente suele incluir en sus di

cursos y reflexione­s. Es por eso que Alberto vuelve a hacer gala de la cintura con la que intenta mantener el equilibro en su gobierno: en el cierre de esta edición, viajó hasta Rosario para un acto homenaje, anunciado a toda pompa, a Manuel Belgrano, un prócer al cual su administra­ción está poniendo en el centro de la escena y al que CFK había elegido como “su favorito”. “Es que Belgrano es un símbolo de unidad”, explican a NOTICIAS, Ricardo Forster y Alejandro Grimson, dos académicos que son asesores del Presidente, y nombran esa palabra mágica que el Gobierno busca y necesita.

HISTORIA PARA TODOS Y TODAS. “Con la historia Alberto va a hacer lo mismo que hace con la política”, dice un hombre que lo conoce desde hace mucho y que este año compartió una larga reunión con él en la Casa Rosada. La traducción sería: Fernández va a armar con el pasado un complejo rompecabez­as, similar al que usa para zafar de los encrucijad­as políticas de las internas actuales. A los radicales les va a hablar de Raúl Alfonsín, como hizo en su discurso de asunción; con el ala desarrolli­sta va a sacar a relucir sus conocimien­tos sobre Arturo Frondizi; frente a los liberales se va a defender con Sarmiento o Alberdi y con el peronismo clásico entrará de la mano de Belgrano o San Martín. Una especie de “elige tu propia aventura” pero con las memorias argentinas.

Al kirchneris­mo duro también lo sabe seducir: Fernández le regaló a Axel Kicillof un cuadro de Rosas, un presente que terminó con polémica. “¿Estamos de acuerdo con que esto termina mal, no?”, comentó la foto Fernando Iglesias, dejando en claro que cuando se debate a los próceres lo que está de fondo es una pelea por el control del presente. El diputado macrista no fue el único en protestar: la imagen del gobernador bonaerense colgando el retrato fue viral, el apodo “el Restaurado­r” fue tendencia en las redes todo el sábado 22, e incluso cientos de usuarios acusaron a Kicillof de falsear la imagen, controvers­ia que tuvo que ser desmentida por la secretaria de Medios de la Provincia en persona.

BRONCE. La historia empieza a posicionar­se como un lugar clave desde donde construir una épica para el Presidente. No es original en ese sentido: ya lo hicieron muchos mandatario­s peronistas antes que él, y en especial CFK, que le dio un papel muy importante a la relectura del pasado según su convenienc­ia y de la que, dicen los que la tratan, tiene una lucha para "entrar a la historia".

Antes de cumplir sus primeros tres meses en el cargo, Fernández ya tuvo actos importante­s en ese sentido: además del rescate de la estatua de Sarmiento que reveló el periodista Jorge Fernández Díaz, el Presidente estableció mediante un decreto que el 2020, a 200 años de su muerte, sea “el año de Belgrano”, impulsó el regreso de los próceres a los billetes, y también se emocionó hasta las lágrimas cuando el historiado­r Felipe Pigna y el artista Ramiro Ghigliazza le llevaron un cuadro gigante de San Martín, en los últimos días del 2019, que hoy adorna su despacho.

No son sólo gestos. En los próximos quince días estará lista una comisión “interminis­terial”, en la que trabajaran las carteras de Cultura, Educación y Defensa, más los asesores presidenci­ales, desde donde se planearán propuestas y actividade­s alrededor del “año de Belgrano” y de otros aniversari­os importante­s, como el 25 de Mayo y los 35 años del Juicio a las Juntas, una fecha que será importante para el Presidente y los suyos.

Esa actividad contrasta con las demoras que todavía se sienten en el área de Cultura que comanda Tristán Bauer, donde todavía no están nombradas las nuevas autoridade­s de la mayoría de los museos, del Cabildo, ni de los institutos históricos de Rosas ni de Eva Perón. Bauer, además, ya anunció el regreso de “Zamba”, el programa infantil del canal “Paka Paka” donde se trataban temas históricos y desde donde se recreaba a Sarmiento como un personaje malvado. Fernández tendrá que saber acomodar ambos relatos.

“BELGRANO FUE UN HOMBRE INMENSO, IMPRESIONA­NTE COMO POCOS", DIJO FERNÁNDEZ EN UN ACTO HOMENAJE EN ROSARIO.

 ??  ?? ACTO. Fernández en Rosario, el jueves 27. A principios de año, el Presidente sacó un decreto nombrando al 2020 "el año de Belgrano".
ACTO. Fernández en Rosario, el jueves 27. A principios de año, el Presidente sacó un decreto nombrando al 2020 "el año de Belgrano".
 ??  ?? HÉROE. CFK decía que Belgrano era su "prócer favorito" e incluso se animó a más: "Hubiera sido su amante", dijo.
HÉROE. CFK decía que Belgrano era su "prócer favorito" e incluso se animó a más: "Hubiera sido su amante", dijo.
 ??  ?? PRESENTE. Alberto le regaló a Kicillof un cuadro de Rosas y hubo polémica. El Presidente da señales a los próceres del kirchneris­mo pero elige a los propios.
PRESENTE. Alberto le regaló a Kicillof un cuadro de Rosas y hubo polémica. El Presidente da señales a los próceres del kirchneris­mo pero elige a los propios.

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