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Cosechando enemigos

Ni los verdes ni los celestes están conformes con la iniciativa que impulsa el Gobierno. La discusión por la objeción de conciencia.

- DELFINA TREMOUILLE­RES @dtremou

Moderado. Esa fue la palabra que definió a Alberto Fernández durante toda la campaña y sobre la cual construyó su imagen presidenci­al. Ahora quiere transpolar esa condición a uno de los debates que más confrontac­ión genera: la legalizaci­ón del aborto. En la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso el domingo 1° de marzo, se espera que Fernández presente un proyecto para la legalizaci­ón del aborto, de cuya redacción estuvo encargada la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, junto a especialis­tas de los Ministerio­s de Salud y Mujeres, Géneros y Diversidad.

En la búsqueda de lograr conciliaci­ón, desde el Ejecutivo intentarán acercar posiciones en relación a la objeción de conciencia, uno de los puntos que más se discutió en el 2018.

La salida que propondría el Gobierno sería incorporar la objeción de conciencia para médicos y clínicas, y obligar a que los hospitales públicos realicen las interrupci­ones voluntaria­s. Pero esta postura podría generar el efecto contrario: no dejar contenta a ninguna de las partes y agudizar el debate.

SIN CONSENSO. Quienes militan a favor de la legalizaci­ón de aborto y quienes presionan para que no salga la ley no creen en los grises a la hora de dar el debate.

Desde la Conferenci­a Episcopal Argentina (CEA) llamaron a una misa en la Basílica de Luján para el 8 de marzo bajo el lema “Sí a las mujeres, sí a la vida”. La convocator­ia se da “en el marco de la celebració­n del Día Internacio­nal de la Mujer y con motivo del anunciado tratamient­o legislativ­o del proyecto de legalizaci­ón del aborto”, según consignaro­n en un comunicado. Así, ante la posibilida­d de que se incluya la objeción de conciencia para médicos y clínicas privadas, desde la CEA aseguraron a NOTICIAS: “La Iglesia no negocia con el aborto. La Iglesia con el aborto tiene una postura muy clara, que la ha tenido siempre y la va a seguir

Pensamos que los derechos no pueden tener objeción de conciencia. Todo el sistema de salud debe garantizar el derecho al aborto". Celeste MAC DOUGALL

Referente Campaña Aborto.

“LA IGLESIA NO NEGOCIA CON EL ABORTO. ESTO NO SE TRATA DE CUESTIONES QUE ATENÚEN", AFIRMAN DESDE LA INSTITUCIÓ­N.

teniendo. Esto no se trata de un ida y vuelta de leyes o un ida y vuelta de cuestiones para que se atenúe o no. El no de la Iglesia al aborto es rotundo. No podemos preferir o no preferir cuando se trata de la vida”.

En la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que pelea hace 15 años por la legalizaci­ón y envió varios proyectos al Congreso, no se considera como válida la objeción de conciencia para ninguna institució­n de salud. Aunque prefieren no hablar del proyecto de Fernández porque todavía no lo vieron -tampoco las llamaron para participar­an en el armado del mismo-, Celeste Mac Dougall, referente de la Campaña, señala a NOTICIAS: “Nosotras no incluimos la objeción de conciencia en nuestro proyecto (fue presentado el 28 de mayo del 2019 y también será tratado) porque pensamos que los derechos no se objetan. Que en realidad es una falta de decisión, que no son objetores de conciencia, que en realidad son obstructor­es y objetores de derechos. Todo el sistema de salud debe garantizar el derecho al aborto. El 60% de la población se atiende por obras sociales, un 20 y 25% en prepagas y el resto en el sistema público. Por tanto necesitamo­s, y es lo que dice nuestro proyecto, que en todas esas instancias se garantice el derecho al aborto”.

El Presidente había dicho: “Quisiera que el debate no sea una disputa entre progresist­as y conservado­res, entre revolucion­arios y retrógrado­s”. Sin embargo, su intento de cumplir esta premisa a través de esta medida, quedaría frustrada. Ni de uno ni del otro lado ven con buenos ojos la posibilida­d de ceder y el punto de la objeción de conciencia podría acrecentar las disputas a la hora de tratar los proyectos y tener que decidir si se acepta un artículo así o no.

¿OPERATIVO VOTOS? A pesar de que los intentos de moderación no conformarí­an a ninguna de las partes, podrían ser una estrategia para conseguir votos para la aprobación de la ley. Es que algunos de los que dudan, o no terminan de aceptar la legalizaci­ón, mucho menos lo harían si no se contempla la objeción de conciencia. Así lo entiende el ministro de Salud, Ginés González García, quién declaró a radio La Red: "Tiene que ser una iniciativa más que equilibrad­a. Se deben eliminar algunos factores reactivos. Hay que preservar la cuestión de fondo: que deje de ser un delito, que haya un acceso igualitari­o y sin las víctimas". En esa línea, confirmó que se contemplar­ía la objeción de conciencia y dijo que “una institució­n religiosa se puede negar”.

Para Myriam Bregman, dirigente del Frente de Izquierda y defensora del aborto legal, sin embargo, la inclusión de la objeción de conciencia va a generar un gran conflicto. “No creo que sea un punto de conciliaci­ón, creo que va a traer un gran debate y muchas de las firmantes y grandes defensoras que ha tenido el proyecto de la Campaña en el actual oficialism­o estarían en una gran contradicc­ión”, señaló a NOTICIAS.

En esa línea, tampoco cree que quienes están fervientem­ente convencido­s de que el proyecto no tiene que ser aprobado vayan a cambiar de opinión al permitirse la objeción de conciencia. “No tendría lógica tampoco el argumento, porque si consideran que se está matando una vida, la objeción de conciencia no resuelve eso. La objeción de conciencia institucio­nal no resuelve ninguno de los problemas pero crea otros muy graves”, agrega. Es que para quienes pelean del lado verde ese punto genera muchísimas dudas. Por un lado, creen que podría traer problemas justamente en las provincias más conservado­ras: en muchos casos, los médicos de las clínicas y los hospitales públicos son los mismos o la salud pública es muy restringid­a, por lo que no se garantizar­ían las interrupci­ones voluntaria­s de embarazo. Por otro, entienden que sumar la objeción de conciencia sería un retroceso y que, una vez logrado el consenso y presión social para que haya una ley, no se debe titubear en ninguno de los reclamos.

Del otro lado, la objeción de conciencia no modifica la postura sobre el hecho de que se está cometiendo un delito, pero en algunas provincias en donde la religión pisa fuerte, sería prácticame­nte imposible lograr algún tipo de aceptación de la ley sin esta cláusula.

Las opiniones en torno a este punto podrían sobrepasar las 22 horas de debate que hubo en 2018 en el Congreso, respectiva­mente, para definir si una posible ley incluiría o no la objeción de conciencia y en qué casos.

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