Emergencia mata política
Axel
Kicillof atendió a la prensa tras la apertura de una fábrica automotriz en el Conurbano diciendo que lo quieren hacer pelear con Horacio Rodríguez Larreta todos los días. “Pero el tema no pasa por ahí, es epidemiológico", dijo. El gobernador de la provincia de Buenos Aires reconoce que un sector de la dirigencia "en vez de contribuir , suma dudas y discordia", pero remarca que entre quienes tienen responsabilidades, "esa política chabacana de sacar ventaja no está existiendo".
En los días previos, varios intendentes peronistas, e incluso el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, habían cargado contra la Ciudad de Buenos Aires. Larreta, fiel a su estilo, evitó el fuego contra fuego y resolvió el conflicto con un llamado telefónico. "Estamos trabajando bien con ambas partes, no hay conflictos ni mediación", marcaron desde Olivos, donde Alberto Fernández recibió a ambos en una reunión previa a la extensión de la cuarentena. El orden necesario para enfrentar otro periodo solo es posible si el mensaje es unívoco. Pero el doble discurso existe.
En el kirchnerismo entienden que los rivales ya no son Mauricio Macri o María Eugenia Vidal, sino el jefe de Gobierno porteño, que tiene una aprobación del 68% según un sondeo reciente de Opina Argentina, con 20 puntos por encima del gobernador de la provincia de Buenos Aires. A Larreta, el tándem con el Presidente lo potenció: mejora sus números entre los jóvenes adultos y en los sectores populares.
La gestión epidemiológica hoy se impone a la chicana, como entendió el GPS de Kicillof al recalcular.