Primeros chispazos
Algunas medidas, proyectos de ley e ideas que surgen del Ejecutivo o de diputados K tensionan la armonía inicial de la cuarentena.
Al comienzo de la cuarentena, los empresarios se deshacían en elogios al gobierno de Alberto Fernández por confinar a la sociedad de forma anticipada, antes de que sucedieran tragedias como en España e Italia, y por atender sus necesidades para afrontar los primeros días de derrumbe de la facturación. Sin embargo, con el correr de los meses han comenzado a crisparse algunos ánimos, no todos, por medidas, proyectos e ideas que surgen del oficialismo, no necesariamente del Ejecutivo.
Las restricciones al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), por el que se subsidian el 50% de los sueldos hasta un monto de $ 33.750; la sugerencia de considerarlo una capitalización de empresas a cambio de acciones; la iniciativa de un impuesto extraordinario por única vez para atender la pandemia a los 12.000 argentinos más ricos y la prolongación de la cuarentena y del congelamiento de precios despiertan rispideces. En el empresariado prefieren evitar críticas públicas porque consideran que es momento de apoyar a un presidente popular y moderado como Fernández y de evitar una mayor influencia de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Hay dueños de grandes empresas que distinguen entre lo que hace el
Presidente y lo que impulsa el kirchnerismo, y por eso no se asustan con cualquier declaración. Por ejemplo, con la que soltó la diputada Fernanda Vallejos de capitalizar grandes compañías. Algunos consideraron que se trataba de un globo de ensayo de una legisladora aislada, sin apoyo del jefe de bloque, Máximo Kirchner, y otros vieron detrás la mano de la ex presidenta. “Es algo que confunde en una economía incierta, donde el ATP es un subsidio a empleados cuando no los podés echar”, opinó un gigante de la alimentación. La prohibición de despidos durará al menos cuatro meses. Algunas pymes reaccionan bajando las persianas.
Unos empresarios destacan que el Gobierno aclaró que no había ningún proyecto de ley detrás de la idea de Vallejos y que el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, salió del paso cuando le preguntaron al respecto, pero otros advirtieron que no lo descartó. Ciertos CEOs de multinacionales o empresarios del campo o identificados con el gobierno de Mauricio Macri
UNAS 280 EMPRESAS SE BAJARON DEL PROGRAMA ATP DE SUBSIDIO AL SALARIO. REPRESENTAN EL 0,1% DEL TOTAL DE LAS INSCRIPTAS.
se le pusieron los pelos de punta con lo que tacharon de intención estatizante. Hay que ver en qué medida los alienta a bajarse del ATP.
RECORTE. Sindicalistas como Pablo Micheli y Omar Plaini criticaron el programa por subsidiar a grandes empresas y fueron tapa de Página/12. Pocos días antes, el comité del programa ATP, que encabeza el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, dispuso que la AFIP, que conduce Mercedes Marcó del Pont, impusiera nuevas restricciones para aquellas compañías que quieran subvenciones para abonar los sueldos de mayo. Para los de abril solo se prohibía por un año la distribución de dividendos, la recompra de acciones y la compra de dólares con el contado con liqui o por la Bolsa, pero para mayo se extendió por dos años. Entre los hombres de negocios consideran razonable que se impida la compra de dólares, pero divide opiniones que se bloquee el reparto de ganancias dos años.
En los últimos días, el órgano recaudador también excluyó del subsidio los sueldos de más de $ 250.000. Una medida lógica para la mayoría de los empresarios y también para aquellos analistas que comparan con los $ 20.000 que entre abril y junio recibirán los desempleados, trabajadores informales, monotributistas de las categorías bajas y empleadas domésticas por el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
Pese a las quejas por lo bajo de grandes empresarios, hasta el 22 de mayo solo se había bajado del ATP el 0,1% de las 280.000 compañías inscriptas. Es decir, unas 280. Hay que ver el tamaño de esas firmas. Algunas de ellas fueron multinacionales que recibieron la orden de sus casas matrices. Ciertos dueños de corporaciones nacionales habían preferido mantenerse al margen del ATP y asumir los sueldos con sus recursos pese a la debacle de la facturación porque temían el escrache.
Algunas compañías abren el paraguas sobre la dificultad que tendrán de pagar el medio aguinaldo a fines de junio. Otras advierten problemas previos para abonar los sueldos de mayo, incluso con la ayuda del ATP, y evalúan hacerlo en tres cuotas. Reclaman que se subsidie más del 50% del salario, como en países ricos que subvencionan hasta el 90%. También recuerdan que las capitalizaciones del Estado a empresas rescatadas en esas naciones son voluntarias y no compulsivas, como el nuevo caso de la aerolínea alemana Lufthansa.
Otro motivo de chisporroteos fue el proyecto de ley que impulsó Máximo Kirchner para gravar a los más ricos, que encargó a Carlos Heller y que ya recibió el respaldo de Fernández y del ministro de Economía, Martín Guzmán. Ningún empresario lo ha planteado en las conversaciones con el Gobierno, pero se conoció un comunicado en contra del Foro de Convergencia, que nuclea a 31 grandes entidades empresarias. La mayoría de los dueños de las grandes fortunas sostienen ya pagan muchos impuestos y que el Ejecutivo debería ayudarlos a invertir el día después de la cuarentena. Señalan que hay colegas que mudan su residencia fiscal a Uruguay y Paraguay para evitar el gravamen de Bienes Personales. Y no solo empresarios: también Susana Gimenéz. Deberá el Estado controlar que pasen fuera del país los 270 días que deben permanecer allí en el
primer año de mudanza. Pero algunos empresarios admiten que está bien que tributen más las personas que más tienen, y menos las empresas, y otros reconocen que es momento de ayudar a los que peor la están pasando.
Los que se resisten ya despliegan su lobby en el Congreso para que la iniciativa sea modificada. Dicen que hablan con referentes de todos los bloques y destacan el buen diálogo con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, pero también con intermediarios de Máximo Kirchner. Incluso hay quienes rescatan la escucha del hijo de los dos ex presidentes, que frecuenta a banqueros como Jorge Brito y Sebastián Eskenazi. Para empezar, el proyecto ya descartó gravar a empresas, como se planeaba al principio. Las constructoras, mientras tanto, abogan por que lo recaudado se destine no solo a atender la emergencia sino también a la reactivación de la obra pública.
La extensión de la cuarentena estricta en el área metropolitana de
Buenos Aires (AMBA) ha despertado resistencia de pequeños comerciantes de la capital y el conubarno, pero también de grandes empresarios. Hay compañías que insisten en que pueden transportar a sus obreros para reabrir fábricas y obras.
La prolongación de los precios máximos en la canasta básica también es fuente de disputa. Compañías de alimentos sostienen que fijaron sus precios en noviembre pasado con un dólar mayorista de $ 59, cuando ahora cuesta 67, por lo que prevén desabastecimiento. Aunque también admiten que después del sobrestockeo de comienzos del confinamiento la demanda se ha aplacado.
FUTURO. Pero más allá de las medidas, los proyectos y las ideas que provocan chispas, también hay empresarios preocupados por el día después de la pandemia, el consumo y la imposibilidad de reabrir compañías. “Estamos más complicados que en 2001”, afirma un poderoso industrial. Reclaman un consejo económico y social con el Gobierno y el sindicalismo. “Si no resolvemos problemas estructurales, el paciente se va a morir. Hay muchas posibilidades de que no seamos Venezuela, pero hay un delicadísimo equilibrio”, comenta el dueño de unas de las 20 grandes fortuna de la Argentina. Otro colega aplaude que el sindicalista de los empleados de comercio, Armando Cavalieri, vuelva a abogar por la flexibilización, como hizo en los 90.
A los grandes empresarios les preocupan las internas en el amplio Frente de Todos. Pero destacan el buen diálogo que vía Zoom mantienen con Fernández, Guzmán, Moroni y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Alegan que más allá de los conflictos por la cuarentena resulta clave que se llegue a un acuerdo para salir del noveno default de la historia, del 22 de mayo.