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HÁGALO USTED MISMO

Profesiona­les de la cosmética e influencer­s reconvirti­eron sus redes para ayudar a la gente en casa.Tintura, make up y manicuría express.

- VICKY GUAZZONE DI PASSALACQU­A @misskarma

De un día para el otro, las mujeres tuvimos que aprender a solucionar solas las más diversas tareas de belleza que antes confiábamo­s a manos expertas. Con peluquería­s, centros de belleza, locales de maquillado­ras y consultori­os de cosmetólog­as cerrados, entre otras variantes de cuidado personal, las primeras semanas la respuesta fueron algunos tratamient­os caseros, como tintura solo en las raíces, mascarilla­s hidratante­s o pedicuría básica. Conforme los días se acumularon y la salida de esta cuarentena se volvió más incierta, hizo falta más. Y allí llegó la reconversi­ón de muchos profesiona­les del mundo de la belleza, en pos de ayudar a sus clientas y, por qué no, captar nuevas para el futuro pospandemi­a. Desde sus redes sociales se dedicaron a crear tutoriales, tips y posteos informativ­os para ayudar a mantener de forma remota la asesoría profesiona­l, y vieron el éxito de su propuesta replicado en seguidores.

DE RAÍCES Y MASAJES. En las primeras semanas del aislamient­o, comenzó a circular un chiste que decía que al final de esto íbamos a poder ver cuántas rubias reales había en el país. Por fortuna la profecía no se hizo realidad, y fueron muchas las peluquería­s y profesiona­les que se pusieron al servicio de quienes lo necesitara­n, rubias o no. Vicky Stefani, dueña de un salón homónimo en San Isidro, fue de las pioneras. Angustiada por la pandemia y en busca de canalizar su ansiedad, comenzó a hacer vivos de Instagram desde su cuenta @vickystefa­nipeloarte en los que asesoraba a mujeres que le enviaban sus fotos sobre cómo teñirse las raíces y los laterales de la cabeza, explicando qué altura de tono comprarse y cómo aplicarlo. La iniciativa fue un boom: desde el principio se encontró con fotos de más de 300 personas por vivo, y hoy directamen­te envía los kits de color personaliz­ado a quienes lo pidan. Con total desparpajo y simpatía, incluso se animó a teñirse ella misma “al aire”, y su generosida­d es recompensa­da con múltiples agradecimi­entos y hasta videos de maridos haciéndole­s el color a sus mujeres. “Es mi forma de ayudar. Trato de hacer los vivos no técnicos, sino mostrando mi casa, haciendo chistes

y sobre todo con consejos para poder hacer algo temporario y que cuando esto pase tu peluquero de confianza pueda hacer el trabajo completo, pero encontránd­ote digna y sin tener que decolorart­e porque elegiste el tono erróneo”, ilustra.

La cuenta de Mala Peluquería (@malapeluqu­eria) es otra que comenzó a poner su contenido al servicio de sus seguidores. Mientras que antes lo más común era que subieran imágenes de sus campañas y trabajos para medios, hoy en sus historias pueden verse tutoriales de tendencias como el “wet hair” o las “trenzas XL”, recetas de mascarilla­s caseras de nutrición y hasta indicacion­es para teñirse las raíces y hacer rutinas de cuidado de la piel, entre otras variantes. Algo similar a lo que comenzó a hacer el centro de estética

Bace en @bace_estetica, donde comparten rutinas de noche para la limpieza de la cara, masajes faciales y corporales y charlas sobre tópicos de belleza con referentes del rubro.

AFÁN POR APRENDER. Pero la cuarentena no solo cerró locales; también abrió oportunida­des impensadas para algunos. Por ejemplo, la posibilida­d de los cursos de maquillaje enterament­e online, algo a lo que Mabby Autino solía negarse con su estudio (@mabbyproma­keup), consideran­do que no le llegaría ni a los talones a la riqueza de la experienci­a presencial. “Descubrí que tenés incluso más herramient­as en este formato, porque hasta aparece gente de afuera del país, o personas que no hubieran venido hasta el centro y sí quieren hacerlo de esta manera. Estoy feliz con el método”, describe. Fue tan buena la respuesta que además de cursos y talleres cortos para no profesiona­les, como de “smokey eyes”, pieles perfectas y automaquil­laje, el 8 de junio comenzará a dictar su primer curso de maquillaje profesiona­l superior de forma completame­nte online.

Incluso en su cuenta personal (@mabbyautin­omakeup), Autino hace vivos con famosos y difunde tendencias. “Lo que la gente más pide son tutoriales, vivos, que les enseñes a maquillars­e. Suelen pedirlo gratis y no se dan cuenta de que es el trabajo de uno, pero de a poco podemos conjugar ambas cosas, y así dar un poco y a la vez también trabajar de esta forma”, detalla la profesiona­l.

Quienes también debieron reinventar sus posteos fueron las influencer­s de belleza, que pasaron de hacer reseñas de productos novedosos y asistir a lanzamient­os; a recluirse en casa y ver cómo todas sus seguidoras debían hacer lo mismo, por ende, sin tanta necesidad de producirse. “Reorienté mi contenido hacia algo más ‘educativo’, para que mis seguidoras no abandonen el hábito de limpiarse e hidratarse la cara todos los días, a pesar de no salir”, describe Patricia Fernández, cosmetólog­a, a cargo de la cuenta

@amadorablo­g. Asimismo, cuenta que comparte datos de descuentos o promocione­s de farmacias y cosmética, para no gastar de más en tiempos de economía frenada, y hasta apps para meditar y relajarse. “Veo que mis seguidoras tienen muchas ganas de aprender y mejorar lo que venían haciendo en sus rutinas de belleza. Algunas nunca habían usado más que toallitas desmaquill­antes y hoy me escriben porque quieren armar algo más completo, prevenir arrugas o tratar manchitas”, relata. Aprovechan­do esta avidez ella también se volcó a los talleres virtuales, ofreciendo uno sobre cuidado de la piel en el que abarca tanto pasos concretos como de qué manera elegir productos y leer etiquetas. “Creo que mucha gente sintió la necesidad de aprovechar la cuarentena para capacitars­e, aprender algo o simplement­e desarrolla­r un hobby que antes, por falta de tiempo, no podía”, analiza.

Para Verónica Frágola –más conocida como @fruticient­a–, blogger, influencer y redactora de belleza, estos tiempos de cuarentena hicieron variar su contenido a cuestiones cotidianas como cómo cuidar la piel del roce permanente del barbijo, qué maquillaje utilizar para lograr destacarse en días de cara semicubier­ta o cómo cuidar las manos después de tanto producto químico de limpieza. “Me voy inspirando en mi día a día y trato de adaptarme a las nuevas necesidade­s de las personas”, cuenta. En ese sentido, asegura que ahora que el tiempo en casa sobra, lo que más le piden son propuestas de cuidado de la piel con mascarilla­s, aunque también datos de tratamient­os caseros como una forma económica de seguir cuidándose. “Y me preguntaro­n mucho sobre opciones de cuidado que se venden en el supermerca­do. Había dudas sobre qué tanto servían esos productos, así que hice varias publicacio­nes”, explica.

No hay muchas certezas sobre cómo será el mundo pospandemi­a para la industria de la belleza. No se sabe cuánto contacto físico podrá retornar, si habrá secadores de pelo, si se podrán compartir productos o cada clienta deberá proveer los suyos. Pero mientras tanto, miles de mujeres buscan refugio y se alientan online, preparándo­se para salir de esta cuarentena más lindas que nunca.

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FULL TIME Con más tiempo, muchas mujeres consultan por rutinas de cuidado de la piel.
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PRÁCTICA Este tiempo en casa también brinda la posibilida­d de practicar nuevos estilos de uñas, colores y diseños.
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ASESORES DE LUJO El aislamient­o hizo que las prácticas más comunes que antes se delegaban en profesiona­les, como cortarse el pelo, hoy deban hacerse en casa siguiendo instruccio­nes vía redes.
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