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“Laburo solamente para ser feliz”

Está en “Intrusos”, “Polémica en el bar” y en Pop Radio 101.5. El show del chimento y los costos de la autodeterm­inación.

- VALERIA GARCÍA TESTA @valgarciat­esta

El tipo tiene la clave para que le abran la puerta: a los 14 años le pidió al locutor Osvaldo Barbecini conducir junto a él una peña para recaudar fondos para su colegio y tras el evento, el hombre le propuso hacer un programa en Radiodifus­ora América de Pilar. A los 18, condujo el noticiero en el canal de cable de esa localidad. A los 25, entrevistó a Daniel Hadad y él le ofreció ser productor de Radio Diez. Y en la Argentina 2020, cuando se terminó intempesti­vamente su ciclo de cuatro años de conducción en “Confrontad­os” (Canal 9), fueron a buscarlo de “Intrusos” y “Polémica en el Bar” (América TV). En un minuto, Rodrigo Lussich tira tres títulos: dice “No me cuesta hacer autobombo”, “Soy un tipo rendidor a efectos de lo que la televisión necesita”, “Soy un distinto en un mundo clonado y poseído por prototipos”. Pero también va al hueso: “Me ha costado mucho que me dejen jugar como me gusta y como conductor, más todavía. Ese es el rol que más ambicionás, porque ser panelista es bastante ingrato y hace rato que siento que me ha hecho tocar la cabeza contra el techo. Ser conductor te da libertad, seguridad y un crecimient­o económico muy importante pero, al mismo tiempo, nunca me sentí tan encorsetad­o”.

NOTICIAS: ¿Fue un retroceso volver a ser panelista o tomó como un premio que lo convocaran para los 20 años de “Intrusos” cuando nunca había estado allí?

Rodrigo Lussich: Me pasaron esas cosas todas juntas. Son las

Los famosos son muy ingratos, muy psicópatas en esa reacción exagerada de que se metan en sus vidas. La mayoría son más cholulos de sí mismos que sus fans.

vocecitas que me suenan en la cabeza (risas). Una me decía: “Tu ego no lo va a soportar”, otra me decía: “Es perder para ganar, jugá tu juego que vas a poder descubrir cosas y te van a volver a descubrir a vos” y otra me decía algo que tiene que ver con mi esencia: “En la incomodida­d, florecés”. El achanchami­ento que da la conducción termina yendo en contra de los recursos que uno tiene, porque el conductor está puesto en función de abrir el juego y a mí me gusta más jugar.

NOTICIAS: Tal vez tenga que asumirse como un jugador.

Lussich: Sí, pero la diferencia entre los sueldos de los panelistas y de los conductore­s es abismal. Yo creo que 1 a 10, ¡por eso el cielo es la conducción! Ahora cuando terminó “Confrontad­os”, dije: “Más allá de la voz del ego y las contradicc­iones, tengo que salir a laburar mañana porque no tengo guita para quedarme empollando”.

NOTICIAS: ¿Fue a golpear la puerta de “Intrusos” o lo llamaron?

Lussich: Me llamó Rial el día que se supo oficialmen­te lo de “Confrontad­os”. Probableme­nte no hubiera agarrado otro programa, “Intrusos” es la industria del chimento. Rial me alentó muchísimo, es la primera vez que el capitán del equipo me dice: “Jugá que yo te sostengo”.

NOTICIAS: En medio del confinamie­nto, se reveló más su capacidad de entretened­or.

Lussich: Y ese es el rol que a mí mejor me cabe en un mundo de etiquetas del que trato de escapar. Estoy aquí para animar a la gente.

NOTICIAS: ¿Le ganó el periodismo, pero quería ser actor?

Lussich: En realidad no lo siento como una vocación frustrada porque durante todos estos años seguí haciendo teatro independie­nte y entrenamie­nto actoral. Sí es cierto que me resigné a no vivir de la actuación. Nunca podría exponerme a esa inestabili­dad laboral.

NOTICIAS: Tendrá que ver con su matriz estructura­da.

Lussich: Sí, segurament­e tratando de escapar del paradigma del hippismo de mis padres y la vida tan volada. Yo necesito cobrar un sueldo, tener un laburo.

Nació en Uruguay pero sus padres se separaron cuando él era muy chico. Su papá se fue a vivir a Florianópo­lis y su mamá compró un campo en Manzanares, provincia de Buenos

Aires, y vivía del cultivo y la cría de animales. Él recuerda su infancia y adolescenc­ia como “épocas súper movidas, hippies, nuevas parejas, gente que entraba y salía”, una vida muy loca para un chico que ansiaba una estructura familiar tradiciona­l. “Son cosas que me han hecho bastante fuerte y hacen que nada me parezca tan grave”.

NOTICIAS: Define al chimento como entretenim­iento, “no es medicina nuclear”.

Lussich: Es que no le puedo pedir rigurosida­d informativ­a al chimento, es algo absolutame­nte contradict­orio. Creo que es periodismo de edificio, de consorcio, es contar que la del quinto se acostó con el del cuarto y, en todo caso, ver después si es cierto. Por supuesto que si hay un tema que tiene que ver con una base periodísti­ca, se la trata de otra manera, pero el chimento es para hacer entretenim­iento. Además es cómo te lo cuento, porque el qué es bastante lavado y no se le va la vida a nadie. Inclusive si digo que fulana está embarazada y no lo está, tampoco estoy diciendo que salió a matar chicos… Los famosos son muy ingratos, muy psicópatas en esa reacción exagerada de que se metan en sus vidas cuando la mayoría son más cholulos de sí mismos que lo que la gente es de ellos.

NOTICIAS: ¿Les cree la crisis económica?

Lussich: No creo que sea lo mismo la situación de Flavio Mendoza, que tiene una estructura empresaria­l enorme y es millonario, que la de María Fiorentino que tiene más derecho a patalear porque no cobra el bolo y Estevanez (Quique) la critica. Pero le creo la crisis a todo el mundo porque la estamos pasando todos.

NOTICIAS: Después de cuatro años de conducción, ¿por qué no tiene colchón para sostenerse unos meses: gasta mucho o no se gana tanto conduciend­o en Canal 9?

Lussich: Es una conjunción: no llegué a ganar una plata grande como cobran conductore­s mucho más instalados o que están en canales con más exposición y, al mismo tiempo, subieron mucho mis gastos fijos. Con la plata tengo una relación bastante lúdica, no porque me la juegue pero sí por el disfrute del aquí y ahora. Quizá tenga que ver con el hecho de no tener descendenc­ia.

NOTICIAS: Alguna vez dijo que tenía ganas de tener un hijo pero que no lo haría solo. Ahora está en pareja con Juan Pablo, ¿es un proyecto real el ser padre?

Lussich: Sí, pero está más puesto en la palabra que en los hechos. Me sigue haciendo mucho ruido la logística, aunque el término sea frío. El subrogar un vientre es algo que no haría porque me parece una cantidad de guita fenomenal y no me termina de cerrar el método. La posibilida­d de adoptar creo que es la más probable y la más lógica, pero sé las dificultad­es y el desgaste emocional que conlleva. También está la posibilida­d de ver la forma natural. Juan Pablo sabe que va a ser papá y quiere serlo conmigo o “sinmigo”, como diría Herminio Iglesias; yo me quedo atrapado en todo ese barullo. Con años de terapia encima, dice que al ser uno de los mayores de sus siete hermanos, tuvo que ocuparse demasiado de ellos y asumir en forma temprana un rol que no le correspond­ía.

NOTICIAS: ¿Cómo están hoy esos padres hippies de los '70?

El achanchami­ento que da la conducción termina yendo en contra de los recursos que uno tiene. El conductor tiene que abrir el juego y a mí me gusta más jugar.

Lussich: ¡Esos hippies de los '70 hoy son hippies de 70, la diferencia es abismal! (risas). Tuvieron que transar mucho con el sistema pero siempre se mantuviero­n en un costado. En eso me saco el sombrero porque encontraro­n su manera de hacerlo. Mi vieja vive en una eterna cuarentena en medio del campo y está feliz. Y papá se fue a vivir hace 35 años al lugar donde siempre quiso, Florianópo­lis; tuvo hijos y nietos brasileros. Ahí es donde más orgulloso me siento de ser hijo de ellos, porque yo también hice la vida que quise, siempre hago lo que quiero, inclusive pagando los costos.

NOTICIAS: ¿Cuál fue el peor? Lussich: Segurament­e mi manera de no transar con el sistema es que juego al juego si me lo dejan jugar, cuando no, me voy o pasan cosas por las que termino saliendo. Si me hubiera quedado en un solo lugar, hoy ganaría el doble pero siempre he tenido esa pulsión que heredé de mis viejos de hacer lo que quiero. Creo que esa tendría que ser la base de todos pero vivimos en una estructura en la que estás cagado en las patas, pensando que si te vas de un lugar no vas a conseguir laburo y quedás muy diluido en lo que quieren los otros.

Hace unos días, en medio de una trifulca con Chiche Gelblung, Lussich se levantó de la mesa de “Polémica en el Bar” y se fue del estudio. Explicó luego que si trabajar para el conductor años atrás no había sido fácil, ahora que estaban allí como pares no se iba a dejar ningunear. Al cierre de esta edición todavía evaluaba su futuro en ese programa. Ese brote de autodeterm­inación no es nuevo: con 25 años, enfrentó a Hadad y le dijo que se iba de La Diez porque lo suyo no era la producción sino estar al aire y se quedó cinco años más al frente del micrófono. Por ese entonces, él todavía salía con chicas y se arrepiente de no haber tenido un hijo. “Eso es algo que me duele el corazón, es lo único que lamento del camino recorrido. Hoy tendría un hijo de veintipico de años, aunque tal vez no me podría haber dado los lujos de ciertas decisiones… Al no tener descendenc­ia, no trabajás para dejar herencia. Creo que la mayoría labura para dejarles algo a sus hijos”.

NOTICIAS: ¿Usted para qué tra

baja?

Lussich: Yo laburo solo para ser feliz, entonces cuando no soy feliz, no laburo más. Ojo, es una filosofía de vida cuestionab­le por parte de quienes dicen: “Trabajar es trabajar”. Pero evidenteme­nte esa felicidad que yo siento alguien la está recibiendo, es transitiva, sucede. Y teniendo en cuenta que he sido un tipo absolutame­nte atravesado por los rótulos, porque fui “el hijo de los hippies”, “el puto de la familia”, “el loquito que renuncia”, ahora quiero ser “el que entretiene a la gente”.

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SHOWMAN. Desde que llegó a “Intrusos”, recibe miles de mensajes diarios agradecién­dole llevar “aire fresco”. Él dice que se pone el overol, sale a picar piedras y les saca agua.
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ROMANCE. Había anunciado que se casaría con Juan Pablo Kildoff en noviembre próximo pero, cuarentena mediante, lo postergará hasta el año próximo. “No me quiero casar por zoom ni por canje”, sostiene.

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