ESPÍAS K LAS MISMAS MAÑAS
Una de las historias más conocidos durante el kirchnerismo fue la guerra de espías que se desató en la era K. Esta fue protagonizada por Antonio Stiuso, Fernando Pocino y, en los últimos años, César Milani. Los tres colisionaron porque representaban intereses distintos del organismo. Al principio, Stiuso era uno de los espías preferidos del pre- sidente Kirchner, pero, tras enviudar, CFK se recostó más en Fernando Pocino y César
Milani, dándole incluso más poder al Ejército.
Uno de los escándalos más relevantes de enfrentamientos entre estos actores fueron la causa conocida como Dark Star, donde se investigaba un grupo paralelo de Inteligencia encabezado por una agencia llamada C3 y que tenía relación con Pocino. En ese caso había escuchas a empresarios como Daniel Hadad. Milani también fue investigado por hacer Inteligencia ilegal y en esa causa llegó a declarar Stiu Stiuso, pero todo quedó en la nada. El espionaje, c como puede verse, es a algo común en ambos lados de la grieta.
Aires fue la instalación de bases de Inteligencia en el conurbano con el supuesto fin de investigar casos de narcotráfico, cuando lo cierto es que terminaron haciendo espionaje María Eugenia Vidal y el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo.
HIPÓTESIS. Lo que queda por dilucidar es si hubo diferentes grupos a lo largo de la gestión macrista o si todos eran brazos de un mismo jefe. En el caso que tramita en el juzgado Nº 1 de Lomas de Zamora, la organización llegaría hasta las más altas autoridades de la AFI, pero el temor de los agentes es que la trama se termine cortando por los eslabones más débiles de la cadena. La incógnita se develará cuando, acorralados por la Justicia, los espías decidan guardar los secretos o entregar a sus jefes. Tal vez una de las dudas más difíciles de explicar sea por qué seguían a Salvatore Pica, la pareja de Florencia Macri, la hermana del ex presidente.