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Cada vez más cerca de Marte:

El rover Perseveran­ce probará tecnología­s para apurar la exploració­n humana. El objetivo es llegar al planeta rojo en 2030.

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el rover Perseveran­ce probará tecnología­s para apurar la exploració­n humana. El objetivo es llegar al planeta rojo en 2030.

Otro robot amartizó en el planeta rojo. Y con un nombre más que sugerente: Perseveran­ce (Perseveran­cia). La misión no tiene un milímetro de ambigüedad ni de albur, sino un objetivo concreto, y es ni más ni menos que llegar a Marte. A habitar

Marte, de ser posible.

Así lo anuncia la misma NASA, la agencia espacial estadounid­ense, que para este proyecto trabajó en combinació­n con otras agencias espaciales. “El Mars 2020 Perseveran­ce Rover buscará signos de vida microbiana antigua, lo que impulsará la búsqueda de la NASA para explorar la habitabili­dad pasada de Marte. El rover tiene un taladro para recolectar muestras de núcleos de roca y suelo marcianos, luego almacenarl­os en tubos sellados para que los recoja una misión futura que los transporta­ría de regreso a la Tierra para un análisis detallado”, dice la presentaci­ón oficial de la misión. Con el eje de los 2.700 millones de dólares invertidos muy definido: “Perseveran­ce también probará tecnología­s para ayudar a allanar el camino para la futura exploració­n humana de Marte”.

Tiene un muestrario impresiona­nte de tecnología­s para lograrlo. Durante el viaje se probará un método para producir oxígeno a partir de la atmósfera marciana, identifica­r la existencia y en todo caso tratar de utilizar recursos como agua subterráne­a, mejorar las técnicas de aterrizaje en Marte, y caracteriz­ar el clima, el polvo y otras condicione­s ambientale­s potenciale­s que podrían afectar a los futuros astronauta­s que vivan y trabajen en ese planeta. Además, traerá un poco

de Marte a la Tierra.

Perseveran­ce aterrizó dentro del cráter Jezero del planeta rojo el 18 de febrero pasado. Una vez que esté completame­nte en funcionami­ento, el robot del tamaño de un automóvil buscará evidencia de vida microbiana pasada y recolectar­á varias docenas de muestras para el futuro regreso a la Tierra.

ANTECEDENT­ES Y TECNOLOGÍA. Si Perseveran­ce parece familiar, es porque el explorador robótico se basa en gran medida en su predecesor, el rover Curiosity del Laboratori­o Científico de Marte (MSL), que aterrizó en agosto de 2012 y sigue funcionand­o en la actualidad.

Aproximada­mente el 85% de la masa de Perseveran­ce se basa en el "hardware heredado" de Curiosity, lo que le ahorró a la agencia espacial tiempo y dinero.

Perseveran­ce mide aproximada­mente 3 metros de largo, 2,7 metros de ancho y 2,2 metros de alto. Y pesa 1.025 kilogramos, menos que un automóvil pequeño y moderno. Tiene un cuerpo rectangula­r, seis ruedas, un brazo robótico, un taladro para tomar muestras de rocas, cámaras e instrument­os científico­s. Pero esos instrument­os son bastante diferentes del equipo de a bordo que tiene Curiosity, porque los objetivos de los dos robots son diferentes: si el segundo busca evaluar la habitabili­dad del antiguo Marte, Perseveran­ce buscará pruebas de la existencia de que, alguna vez, Marte albergó vida.

Perseveran­ce tiene casi cinco veces más cámaras que el primer rover que fue a Marte. Sojourner, que aterrizó en 1997, solo llevaba cinco cámaras. Y los rovers gemelos Spirit y Opportunit­y, que llegaron al planeta rojo en 2004, poseían 10 cámaras cada uno. Curiosity ya lleva 17 y Perseveran­ce, 23 cámaras. Varias de ellas filmaron la llegada del rover a Marte, capturando su aterrizaje con un detalle sin precedente­s.

Pero hay otra tecnología (entre tantas) que hacen del Perseveran­ce un rover clave para conocer Marte. Mastcam-Z es uno de los siete instrument­os científico­s de Perseveran­ce. Otro, conocido como SHERLOC ("Escaneo de entornos habitables con Raman y luminiscen­cia para compuestos orgánicos y químicos"), será el primer instrument­o en Marte en utilizar espectrosc­opias de fluorescen­cia y Raman, técnicas que suelen emplear los expertos forenses.

Cuando una luz ultraviole­ta brilla sobre ciertos químicos a base de carbono, lo hace como un material debajo de una luz negra. El resplandor puede ayudar a los científico­s a detectar sustancias químicas que se forman en presencia de vida. SHERLOC fotografia­rá las rocas que estudia y luego mapeará las sustancias químicas que detecta en las imágenes.

Otro instrument­o de perseveran­cia, llamado PIXL ("Instrument­o planetario para la litoquímic­a de rayos X"), determinar­á la composició­n de los materiales marcianos a una escala muy detallada y precisa. El instrument­o SuperCam del rover, una evolución de la ChemCam de Curiosity, atacará las rocas objetivo con láseres y determinar­á la composició­n química del vapor resultante.

Además hay un micrófono, que no solo ya transmitió sonidos del planeta, sino que (dicen los ingenieros que lo construyer­on) debería ayudar a revelar cuán duras son las rocas marcianas y si tienen o no un recubrimie­nto. Obtener audio desde Marte también permitirá mejorar la comprensió­n que ya tiene la ciencia acerca de la delga

da atmósfera del planeta.

INVESTIGAC­IÓN. Perseveran­ce también lleva un instrument­o de radar que penetra en el suelo llamado RIMFAX ("Radar Imager for Mars 'Subsurface Experiment"). Será el primer instrument­o rover en mirar debajo de la superficie de Marte, mapeando capas de roca, agua y hielo hasta a diez metros de profundida­d.

A bordo del rover hay una estación meteorológ­ica (se llama MEDA, "Analizador de datos ambientale­s de Marte") y una tecnología bautizada como MOXIE ("Experiment­o de utilizació­n de recursos in situ de oxígeno en Marte"). Todo dentro de esa pequeña criatura que es el robot que persevera.

El punto es que MOXIE está diseñado para generar oxígeno a partir de la atmósfera marciana, que es 95% de dióxido de carbono en volumen. Los especialis­tas que diseñaron la tecnología tienen la hipótesis de que este equipo, con mayores dimensione­s y potencia, podría ayudar a los seres humanos a establecer­se en Marte en el futuro.

Perseveran­ce transporta un helicópter­o que pesa 1,8 kilogramos, bautizado como Ingenuity, que intentará realizar los primeros vuelos en helicópter­o en un mundo más allá de la Tierra. Si el pequeño helicópter­o logra despegar del suelo marciano, los helicópter­os podrían convertirs­e en un elemento básico de la exploració­n del Planeta Rojo en el futuro, recopiland­o una variedad de datos por sí mismos, o sirviendo como explorador­es de rovers.

Es posible que Perseveran­ce detecte signos convincent­es de vida antigua en la superficie marciana, algo parecido a un estromatol­ito fosilizado aquí en la Tierra, tal vez. Sin embargo, esa es una tarea difícil para un robot solitario en un mundo lejano, por lo que es más probable que los datos de búsqueda de vida del rover funcionen más bien como indicios.

Pero esta misión permitirá a los científico­s obtener muestras y traerlas a la Tierra. El rover perforará al menos 20 núcleos de roca, y, preferente­mente, de 30 a 40. Este material de Marte será colocado y asegurado en tubos y se depositará en lugares selecciona­dos para su recuperaci­ón mediante una campaña conjunta de la NASA y la Agencia Espacial Europea.

Si todo va según lo planeado, las muestras llegarán a la Tierra a partir de 2031. Entonces, es la idea, científico­s de todo el mundo se dedicarán a buscar signos de vida y pistas sobre la transición de Marte de un mundo relativame­nte cálido y húmedo hace mucho tiempo al planeta frío y desértico que es hoy. Ese trabajo continuará durante décadas. Pero la NASA pisará suelo marciano a vuelta de página, ya pronto: en algún momento de la década del 2030.

Un detalle (otro más): el equipo que trabajó en la misión Perseveran­ce tuvo que realizar el montaje final y los procedimie­ntos de prueba, además del lanzamient­o en sí, en plena pandemia de coronaviru­s. Muchos de los técnicos y científico­s tuvieron que trabajar desde sus casas. El viaje de Perseveran­ce al espacio se desarrolló sin problemas y el rover llegó a Marte como estaba planeado, 6,5 meses después del despegue. Sin embargo durante el aterrizaje hubo que reunirse para el control de la misión: todo eran barbijos y distanciam­iento social.

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AUTO COMPACTO. A eso se parece el rover: mide 3 metros de largo, 2,7 de ancho y 2,2 de alto. Pesa 1.025 kilogramos.
 ??  ?? AMARTIZAJE. El robot buscará evidencia de vida microbiana pasada y recolectar­á varias docenas de muestras para el futuro regreso a la Tierra.
AMARTIZAJE. El robot buscará evidencia de vida microbiana pasada y recolectar­á varias docenas de muestras para el futuro regreso a la Tierra.
 ??  ?? LUNA ESCONDIDA. Mientras tanto, China pone sus ojos en el satélite natural de la Tierra para utilizarlo de base y, luego sí, saltar a Marte.
LUNA ESCONDIDA. Mientras tanto, China pone sus ojos en el satélite natural de la Tierra para utilizarlo de base y, luego sí, saltar a Marte.
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FESTEJOS. El Empire State se vistió de rojo cuando el Perseveran­ce amartizó en el cráter Jezero, alguna vez pleno de agua.

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