Testigos protegidos:
José López será el próximo arrepentido K en recobrar la libertad. Los amenazados.
con la salida de José López, el ex funcionario de los bolsos en el convento, se reaviva el debate por la seguridad de los arrepentidos K.
Desde
que asumió Alberto Fernández, el Programa de Testigos Protegidos ha sido un dolor de cabeza. Para unos y para otros. Los cuidadores protestan por los gastos y los recursos que generan los cuidados. Estos últimos, por lo que consideran falta de atención y hasta amenazas de los primeros. Un tira y afloje constante.
José López, el ex secretario de Obras Públicas que se hizo famoso por los bolsos con plata negra en el convento de General Rodríguez y que está a punto de dejar la cárcel, engrosará la lista de los ex funcionarios con paradero desconocido. Es que su ubicación será todo un enigma tras la excarcelación, porque su testimonio como arrepentido en la causa cuadernos le dio ese privilegio.
Víctor Manzanares, Oscar Centeno y Mariano Martínez Rojas son otros que han obtenido ese beneficio. En cambio Leonardo Fariña y Alejandro Vandenbroele se bajaron de su condición de "protegodos" con el cambio de Gobierno, entendiendo que no pueden ser cuidados por aquellos a quienes habían denunciado.
COLABORADORES. Para José López los beneficios de ser un arrepentido no son nuevos. En agosto de 2018, le apuntó a Néstor y Cristina Kirchner y a Julio De Vido. Con eso, se ganó el derecho a salir de su celda de
Marcos Paz y seguir cumpliendo su arresto en una casa del mismo complejo penitenciario, pero con ciertas comodidades: televisor, cocina y patio. Ahora, una vez que acuerde cuál será el monto de su fianza (apeló la decisión judicial para no pagar los 85 millones que le habían establecido),
irá a una casa con paradero desconocido y acompañado por Los Lobos, un grupo de policías dedicados a la custodia de estos testigos.
Un camino similar hizo el ex contador de los Kirchner, Víctor Manzanares. Estuvo una semana en la casita de Marcos Paz que luego le dio cobijo a José López y después se marchó al sur, escoltado por Los Lobos.
El cambio de gestión también le generó preocupación. Aún hoy, su abogado Roberto Herrera no puede explicar una situación que los atemorizó: un día recibió un llamado al celular que el Ministerio de Justicia le dio para tener comunicación directa y cuyo número nadie más conoce. Al atender, lo amenazaron con datos muy específicos. Ninguna autoridad política se hizo cargo del asunto.
Mariano Martínez Rojas se sumó al Programa en junio de 2018, cuando reveló parte de los negocios que se hacían en la Aduana durante el kirchnerismo. Había estado prófugo en Estados Unidos y volvió con la idea de convertirse en un testigo protegido. Aún hoy goza de los beneficios procesales que incluye el arrepentimiento.
DENUNCIADOS. Oscar Centeno, chofer de Roberto Baratta e iniciador con sus escritos de la causa de los cuadernos, sigue siendo un testigo protegido. El aislamiento lo volvió más espiritual y reflexivo. Ya vivió en el sur y en el norte del país. Sus gastos son motivo de protesta en el Ministerio, desde donde han filtrado datos para mostrar que lleva una vida “cómoda” a costa del Estado.
Lo mismo sucedió con el ex socio de Amado Boudou, Alejandro Vandenbroele. Tanto revelaron de su vida como testigo protegido, que decidió renunciar al programa. “Mi permanencia en el programa de protección, lejos de velar por mi seguridad, la ponía en evidente riesgo”, escribió.
También Fariña se bajó antes de que el kirchnerismo volviera al poder. Tras eso, publicaron las direcciones en las que vivió y lo acusaron de malgastar dinero público. Ser un arrepentido conlleva riesgos.
LOS QUE SE BAJARON DEL PROGRAMA ENTIENDEN QUE NO PUEDEN SER CUIDADOS POR AQUELLOS A QUIENES DENUNCIARON.