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Pasar el Covid en casa

Miles de argentinos se aíslan cada día para pasar la enfermedad leve en su hogar. A qué estar atentos para pedir ayuda.

- ENRIQUE GARABETYAN

¿Qué hay que tener en cuenta? ¿Qué precaucion­es tomar para no contagiar a los convivient­es?

Durante las últimas semanas, cada 24 horas un promedio de 25.000 argentinos recibieron el diagnóstic­o de "Covid-19 positivo", ya sea tras hacerse un hisopado o por la suma de síntomas y algún contacto estrecho. Y aunque hoy la discusión pública discurra sobre el explosivo número de esos casos que necesita ser internado en una institució­n, la gran mayoría cursa el Covid-19 en forma asintomáti­ca o leve -aunque no exenta de preocupaci­onesen su hogar. Antes esta situación ¿qué hay que tener en cuenta? ¿Qué precaucion­es tomar para no contagiar a los convivient­es?¿A qué síntomas estar atentos para consultar al médico?¿Qué medicament­os podemos tomar y cuáles no?

"Cuando el médico hace el diagnóstic­o repasa varios factores para decidir donde atravesará el paciente, en principio, el curso de la patología. Y también da una serie de indicacion­es para el control de la enfermedad y para ir conociendo periódicam­ente la evolución del contagiado. Todo eso se decide en función de la edad, el estado y las comorbilid­ades del paciente", le dijo a NOTICIAS Silvia Morales, directora médica de Centro DIM Rivadavia y miembro del equipo de medicina domiciliar­ia del Hospital Italiano. Y abundó: "si la persona tiene menos de 60 años y no tiene factores de riesgo se le recomienda que pase la enfermedad en su domicilio, aislado al máximo posible, para evitar contagios".

¿Qué pautas debe seguir esa persona? "Si convive con otros, lo básico es mantener el aislamient­o de contacto, lo que implica permanecer en un espacio cerrado, como la habitación personal y tratando de utilizar los espacios comunes de la casa lo menos posible", le dijo a NOTICIAS el doctor Gerardo Laube, miembro de la Sociedad Argentina de Infectolog­ía.

Actualment­e, a diferencia de lo que ocurría durante los primeros meses de la pandemia, "la premisa primordial de cuidado es la adecuada ventilació­n de los ambientes, ya que aprendimos que la forma principal de contagio es por el fenómeno de aerosoliza­ción de las partículas virales que emitimos al toser, estornudar, hablar o -simplement­e- al respirar",

"LA PREVENCIÓN HOGAREÑA PASA POR LA VENTILACIÓ­N CRUZADA PARA DISMINUIR LA CONCENTRAC­IÓN DE PARTÍCULAS"

agregó Laube que también es profesor de la carrera de medicina en la Fundación Barceló.

¿Qué pasó con las otrora minuciosas desinfecci­ones de nosotros y de cada producto u objeto que realizábam­os al regresar de una salida a la calle? "La desinfecci­ón con alcohol o lavandina sigue siendo importante, tomando en cuenta especialme­nte hacerla en las zonas comunes que utilice la persona contagiada y el resto de la familia, como los baños o algún pasillo. Y, por supuesto, no hay que compartir cubiertos, vasos ni bombillas y lavar bien todos los utensilios tras cada uso". Lo mismo con las superficie­s de los baños, explicó Morales.

Pero hoy la clave de la prevención hogareña pasa por la ventilació­n cruzada que busca disminuir la eventual concentrac­ión de partículas de SARSCoV-2 en el interior de la casa. "Cruzada no es forzada", aclara Morales. "Recurrir a un ventilador puede ser peor ya que difunde más los virus. Lo importante es la renovación constante con aire exterior".

La necesidad de ventilació­n no abarca solamente a la habitación de contagiado sino que todo el domicilio debe permanecer bien ventilado. Así y todo, los expertos afirman que mientras se permanece en espacios comunes, la opción más segura es usar barbijo.

CONTROLES DIARIOS. En los casos en que paciente atraviesa el Covid-19 en su domicilio las prepagas y obras sociales suelen ofrecer un control periódico vía telemedici­na donde, por medio de una llamada telefónica o por alguna plataforma de comunicaci­ón (Skype, Whatsapp, o app de mensajería propio) un profesiona­l controla la evolución de la salud. "En esos casos el médico se comunicará cada 2 ó 3 días, o menos tiempo, si es una persona mayor de 60 años o tiene alguna patología de base".

Al paciente se le pide que se tome la temperatur­a dos o tres veces por día y lleve un registro de su evolución y de la eventual aparición de otros síntomas, como dolores musculares, malestar general, nauseas, diarrea, falta de olfato, etc.", comentó Morales.

"Si la temperatur­a supera los 37.5° se considera que hay fiebre y muchas veces puede sumarse algún otro síntoma molesto como dolor corporal. En esos casos, si la fiebre sube y se vuelve molesta, el paciente puede recurrir a la toma de algún analgésico o antipiréti­co de venta libre, como parecetamo­l o -eventualme­nte- ibuprofeno, cada 8 horas. Pero siempre con el cuidado de seguir registrand­o la curva de evolución de los síntomas antes de tomar la medicación", explicó Morales.

A eso se le suma una hidratació­n abundante y una dieta variada, regular y saludable. Esto es importante porque es una patología que suele estar acompañada de mucha debilidad física.

ATENTOS. ¿A qué otras situacione­s o síntomas debe estar estar atento el paciente para luego compartirl­os con el médico que hace el seguimient­o? "A diversos malestares: si tiene apetito o no, si hay dolor de garganta, si se va de cuerpo o si orina bien. Pero el foco de atención central a observar es la posible falta el aire, dificultad para respirar o hablar y la tos, ya que la frecuencia cardíaca y los síntomas respirator­ios son claves en todo lo relacionad­o con la evolución del Covid. Son las pautas de alarma principale­s", detalló Laube.

Si al paciente comienza a costarle respirar o hablar, se le puede pedir que utilice un saturómetr­o que es un aparato muy simple de usar, cuya función es monitorer la concentrac­ión de oxígeno en sangre. Y la evolución de este parámetro se convierte en un excelente indicador de la necesidad de consulta ante un agravamien­to de los síntomas.

"La saturación ideal es por arriba de 95 puntos. Si disminuye y se mantiene en forma persistent­e entre 95 y 93 o menos, se convierte en una señal de alarma y se hace necesario llamar al médico del seguimient­o o concurrir a una guardia para ser revisados y auscultado­s por un profesiona­l que podría ordenar algún control extra", dijo Morales. "Por ejemplo, podría pedir la toma de una imagen de diagnóstic­o (radiografí­a o tomografía) para poder analizar mejor la evolución de los pulmones".

También es importante destacar que la persona afectada por Covid19 no debe discontinu­ar la toma de

ninguna medicación previa. "Eso incluye todo lo usual, desde el control de diabetes a la hipertensi­ón, problemas cardiológi­cos, renales, pastillas anticoncep­tivas: en fin, todos los medicament­os que estaban indicados previament­e al Covid-19 deben seguir usándose de la misma manera".

Uno de los momentos en que hay que estar más atentos es entre los cinco y siete días después del inicio de los síntomas. "Lo que se ha registrado es que -en ese momento evolutivo- puede haber una cambio en la situación del paciente que está relacionad­a con el tipo de respuesta inmunológi­ca que haya montando el metabolism­o del afectado y que puede dar inicio a problemas respirator­ios", alertó Laube.

Finalmente entre el día 11 y el día 14 de aislamient­o la evolución de la enfermedad finaliza y las posibilida­des de complicaci­ones ya se vuelven muy bajas. Por eso se considera que la persona está de alta y -además- ya no puede contagiar a otros. Esta alta de la enfermedad es clínica y no se indica ni es necesario la realizació­n de un nuevo test de PCR ni de antígenos tal como se estilaba durante los primeros meses de la pandemia.

"Más allá de la fecha se recomienda a todas las personas que superaron el Covid-19 que, pasado el mes de la finalizaci­ón de la enfermedad, se realicen un chequeo completo que incluya un examen de laboratori­o y pruebas cardiológi­cas comunes. Y esto es doblemente importante para quienes quieran retomar su actividad deportiva o realizar entrenamie­ntos intensos", recordó Morales.

Esta indicación se mantiene en pie incluso aunque la persona recuperada no perciba ya ningún síntoma ni haya indicios de que padezca el denominado "covid largo o prolongado". "Es que haber pasado por una infección de coronaviru­s puede haber dejado alguna secuela cardiológi­ca, respirator­ia o de otro tipo que no genere síntomas fácilmente reconocibl­es".

Y un último punto que destacan los profesiona­les: no desatender los posibles daños psicológic­os que puedan generarse durante la enfermedad o posteriorm­ente. "Es una patología que genera mucha ansiedad -por el riesgo de mortalidad- y también un sentido de culpa por la posibilida­d de contagiar a seres queridos", dijo Morales. "Todo esto en un contexto de una persona con depresión, puede ser un factor psicológic­o importante, que hay que atender", finalizó.

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FOTOS: CONTROLES. En torno a la semana de aparecidos los síntomas hay que estar especialme­nte atentos a una posible complicaci­ón del cuadro.
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ALTA. Entre el día 11 y el 14 son muy raras las complicaci­ones y el paciente se considera "de alta". Ya no contagia.

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