Pasar el Covid en casa
Miles de argentinos se aíslan cada día para pasar la enfermedad leve en su hogar. A qué estar atentos para pedir ayuda.
¿Qué hay que tener en cuenta? ¿Qué precauciones tomar para no contagiar a los convivientes?
Durante las últimas semanas, cada 24 horas un promedio de 25.000 argentinos recibieron el diagnóstico de "Covid-19 positivo", ya sea tras hacerse un hisopado o por la suma de síntomas y algún contacto estrecho. Y aunque hoy la discusión pública discurra sobre el explosivo número de esos casos que necesita ser internado en una institución, la gran mayoría cursa el Covid-19 en forma asintomática o leve -aunque no exenta de preocupacionesen su hogar. Antes esta situación ¿qué hay que tener en cuenta? ¿Qué precauciones tomar para no contagiar a los convivientes?¿A qué síntomas estar atentos para consultar al médico?¿Qué medicamentos podemos tomar y cuáles no?
"Cuando el médico hace el diagnóstico repasa varios factores para decidir donde atravesará el paciente, en principio, el curso de la patología. Y también da una serie de indicaciones para el control de la enfermedad y para ir conociendo periódicamente la evolución del contagiado. Todo eso se decide en función de la edad, el estado y las comorbilidades del paciente", le dijo a NOTICIAS Silvia Morales, directora médica de Centro DIM Rivadavia y miembro del equipo de medicina domiciliaria del Hospital Italiano. Y abundó: "si la persona tiene menos de 60 años y no tiene factores de riesgo se le recomienda que pase la enfermedad en su domicilio, aislado al máximo posible, para evitar contagios".
¿Qué pautas debe seguir esa persona? "Si convive con otros, lo básico es mantener el aislamiento de contacto, lo que implica permanecer en un espacio cerrado, como la habitación personal y tratando de utilizar los espacios comunes de la casa lo menos posible", le dijo a NOTICIAS el doctor Gerardo Laube, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología.
Actualmente, a diferencia de lo que ocurría durante los primeros meses de la pandemia, "la premisa primordial de cuidado es la adecuada ventilación de los ambientes, ya que aprendimos que la forma principal de contagio es por el fenómeno de aerosolización de las partículas virales que emitimos al toser, estornudar, hablar o -simplemente- al respirar",
"LA PREVENCIÓN HOGAREÑA PASA POR LA VENTILACIÓN CRUZADA PARA DISMINUIR LA CONCENTRACIÓN DE PARTÍCULAS"
agregó Laube que también es profesor de la carrera de medicina en la Fundación Barceló.
¿Qué pasó con las otrora minuciosas desinfecciones de nosotros y de cada producto u objeto que realizábamos al regresar de una salida a la calle? "La desinfección con alcohol o lavandina sigue siendo importante, tomando en cuenta especialmente hacerla en las zonas comunes que utilice la persona contagiada y el resto de la familia, como los baños o algún pasillo. Y, por supuesto, no hay que compartir cubiertos, vasos ni bombillas y lavar bien todos los utensilios tras cada uso". Lo mismo con las superficies de los baños, explicó Morales.
Pero hoy la clave de la prevención hogareña pasa por la ventilación cruzada que busca disminuir la eventual concentración de partículas de SARSCoV-2 en el interior de la casa. "Cruzada no es forzada", aclara Morales. "Recurrir a un ventilador puede ser peor ya que difunde más los virus. Lo importante es la renovación constante con aire exterior".
La necesidad de ventilación no abarca solamente a la habitación de contagiado sino que todo el domicilio debe permanecer bien ventilado. Así y todo, los expertos afirman que mientras se permanece en espacios comunes, la opción más segura es usar barbijo.
CONTROLES DIARIOS. En los casos en que paciente atraviesa el Covid-19 en su domicilio las prepagas y obras sociales suelen ofrecer un control periódico vía telemedicina donde, por medio de una llamada telefónica o por alguna plataforma de comunicación (Skype, Whatsapp, o app de mensajería propio) un profesional controla la evolución de la salud. "En esos casos el médico se comunicará cada 2 ó 3 días, o menos tiempo, si es una persona mayor de 60 años o tiene alguna patología de base".
Al paciente se le pide que se tome la temperatura dos o tres veces por día y lleve un registro de su evolución y de la eventual aparición de otros síntomas, como dolores musculares, malestar general, nauseas, diarrea, falta de olfato, etc.", comentó Morales.
"Si la temperatura supera los 37.5° se considera que hay fiebre y muchas veces puede sumarse algún otro síntoma molesto como dolor corporal. En esos casos, si la fiebre sube y se vuelve molesta, el paciente puede recurrir a la toma de algún analgésico o antipirético de venta libre, como parecetamol o -eventualmente- ibuprofeno, cada 8 horas. Pero siempre con el cuidado de seguir registrando la curva de evolución de los síntomas antes de tomar la medicación", explicó Morales.
A eso se le suma una hidratación abundante y una dieta variada, regular y saludable. Esto es importante porque es una patología que suele estar acompañada de mucha debilidad física.
ATENTOS. ¿A qué otras situaciones o síntomas debe estar estar atento el paciente para luego compartirlos con el médico que hace el seguimiento? "A diversos malestares: si tiene apetito o no, si hay dolor de garganta, si se va de cuerpo o si orina bien. Pero el foco de atención central a observar es la posible falta el aire, dificultad para respirar o hablar y la tos, ya que la frecuencia cardíaca y los síntomas respiratorios son claves en todo lo relacionado con la evolución del Covid. Son las pautas de alarma principales", detalló Laube.
Si al paciente comienza a costarle respirar o hablar, se le puede pedir que utilice un saturómetro que es un aparato muy simple de usar, cuya función es monitorer la concentración de oxígeno en sangre. Y la evolución de este parámetro se convierte en un excelente indicador de la necesidad de consulta ante un agravamiento de los síntomas.
"La saturación ideal es por arriba de 95 puntos. Si disminuye y se mantiene en forma persistente entre 95 y 93 o menos, se convierte en una señal de alarma y se hace necesario llamar al médico del seguimiento o concurrir a una guardia para ser revisados y auscultados por un profesional que podría ordenar algún control extra", dijo Morales. "Por ejemplo, podría pedir la toma de una imagen de diagnóstico (radiografía o tomografía) para poder analizar mejor la evolución de los pulmones".
También es importante destacar que la persona afectada por Covid19 no debe discontinuar la toma de
ninguna medicación previa. "Eso incluye todo lo usual, desde el control de diabetes a la hipertensión, problemas cardiológicos, renales, pastillas anticonceptivas: en fin, todos los medicamentos que estaban indicados previamente al Covid-19 deben seguir usándose de la misma manera".
Uno de los momentos en que hay que estar más atentos es entre los cinco y siete días después del inicio de los síntomas. "Lo que se ha registrado es que -en ese momento evolutivo- puede haber una cambio en la situación del paciente que está relacionada con el tipo de respuesta inmunológica que haya montando el metabolismo del afectado y que puede dar inicio a problemas respiratorios", alertó Laube.
Finalmente entre el día 11 y el día 14 de aislamiento la evolución de la enfermedad finaliza y las posibilidades de complicaciones ya se vuelven muy bajas. Por eso se considera que la persona está de alta y -además- ya no puede contagiar a otros. Esta alta de la enfermedad es clínica y no se indica ni es necesario la realización de un nuevo test de PCR ni de antígenos tal como se estilaba durante los primeros meses de la pandemia.
"Más allá de la fecha se recomienda a todas las personas que superaron el Covid-19 que, pasado el mes de la finalización de la enfermedad, se realicen un chequeo completo que incluya un examen de laboratorio y pruebas cardiológicas comunes. Y esto es doblemente importante para quienes quieran retomar su actividad deportiva o realizar entrenamientos intensos", recordó Morales.
Esta indicación se mantiene en pie incluso aunque la persona recuperada no perciba ya ningún síntoma ni haya indicios de que padezca el denominado "covid largo o prolongado". "Es que haber pasado por una infección de coronavirus puede haber dejado alguna secuela cardiológica, respiratoria o de otro tipo que no genere síntomas fácilmente reconocibles".
Y un último punto que destacan los profesionales: no desatender los posibles daños psicológicos que puedan generarse durante la enfermedad o posteriormente. "Es una patología que genera mucha ansiedad -por el riesgo de mortalidad- y también un sentido de culpa por la posibilidad de contagiar a seres queridos", dijo Morales. "Todo esto en un contexto de una persona con depresión, puede ser un factor psicológico importante, que hay que atender", finalizó.