Covid y costo político
En el momento más delicado de la pandemia, la dirigencia cansa con sus contradicciones. Gobierno y oposición dirimen si hace falta más o menos cierre, pero nadie quiere afrontar el costo político de controlar que se cumplan las restricciones dictadas por el presidente Alberto Fernández. A pesar de que se había anunciado que las fuerzas de seguridad –incluso los militares– saldrían a la calle a poner límites, lo que se observa es una llamativa laxitud. Hay manifestaciones diarias de cientos de personas, horarios de circulación que no se cumplen, contagios que no bajan, y hasta un entierro como el del ministro de Transporte, Mario Meoni, que reunió en Junín a una multitud de políticos a los que les pareció muy normal semejante aglomeración de gente.
El Gobierno no solo no predica con el ejemplo sino que además teme, en un año electoral, tomar medidas antipáticas o, al menos, hacerlas cumplir. Las encuestas de opinión muestran que una amplia mayoría está en contra de las nuevas restricciones, sobre todo el cierre de escuelas, pero paradójicamente también señalan que en estas semanas aumentó en forma sensible el miedo al Covid. Sensaciones incompatibles de una sociedad saturada y preocupada por la salud y el futuro económico.
La pregunta es si el país, al que los expertos sitúan a un paso del colapso hospitalario, será capaz de actuar a la altura de esta gravedad. O si, por temor a pagar los costos de sus decisiones, la clase política seguirá en piloto automático en medio de la tormenta.