AMBAcentrismo
El AMBA, o Área Metropolitana de Buenos Aires, es casi un neologismo político que empezó a popularizarse un año atrás, en las primeras semanas de la pandemia. Engloba a la Ciudad que hoy gobierna Horacio Rodríguez Larreta y a 40 localidades de la Provincia que se ubican a su alrededor, y donde quien manda es Axel Kicillof. Un país dentro del país, con reglas propias y casi siempre a contramano del resto de la Argentina. Lo que discuten Gobierno y oposición en materia sanitaria y también económica se circunscribe a ese territorio densamente poblado, donde la presencialidad de las clases se convierte en pleito judicial, el aumento de las tarifas eléctricas subsidiadas tiene una lógica distinta a la del esquema federal (en algunas provincias se paga siete veces más que en el AMBA) y la polémica de cuántos bonaerenses hoy ocupan camas en hospitales porteños se vuelve una chicana muy parecida a la discriminación.
Ese país dentro del país además tiene dos liderazgos, los de Larreta y Kicillof, que fueron endureciendo su discurso y que aspiran a lo mismo, la Casa Rosada en 2023. Demasiados intereses en juego como para que ese gran foco infeccioso en el que vive casi el 40 por ciento de los argentinos pueda aspirar a una salida ordenada de la pandemia.
En definitiva, la trama del AMBA es la de un territorio cruzado por los contagios, y en el que dos fuerzas políticas ferozmente enfrentadas hoy priorizan la especulación electoral por sobre la búsqueda de consensos y soluciones. El desenlace es impredecible.