Cecilia Nicolini:
Generó un choque diplomático con Rusia por su carta filtrada. Recelos con Cancillería, máster en Harvard y banca de Alberto. El pedido de explicaciones de Moscú.
secretos y polémicas de la funcionaria de las vacunas. El affaire Sputnik y su relación con Alberto Fernández y Carla Vizzotti.
Laprimera vez que Cecilia Nicolini pisó suelo ruso fue en 2009, cuando viajó con su hermana Fernanda para visitar a su amiga Tatiana Pigariova, jefa del departamento de Cultura del Instituto Cervantes en Moscú. Luego de aquel viaje, jamás pensó que volvería a pisar la Plaza Roja pero para tratar de conseguir vacunas en el contexto de una pandemia global y muchos menos creyó que quedaría envuelta en un cortocircuito diplomático entre Argentina y Rusia.
La semana pasada, Nicolini acaparó la atención pública por la filtración de un mail que le envió a un ejecutivo del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF por sus siglas en inglés), en el que escribía en duros términos, reclamaba el envío de vacunas Sputnik V a la Argentina, sobre todo segundas dosis, e incluso le recordaba que el país había elegido y apoyado a Rusia para generar confianza con su vacuna en Occidente.
La filtración del mail provocó molestias entre las autoridades del gobierno ruso porque la demora en la entrega de vacunas no solo afecta a la Argentina, sino también a otros países del mundo, pero al hacerse público el reproche, podría envalentonar a otros países en una queja similar. Es decir, la mirada de los rusos respecto de la filtración es diferente de cómo se vivió en la Argentina. Hoy, la prioridad está puesta en Bolivia donde la tensión por la falta de segundas dosis provocó manifestaciones en la calle. En Argentina no se llegó a eso aún. En una carta enviada desde el Fondo Ruso a Bolivia se les dejó en claro que ellos tendrán la prioridad para recibir el componente 2 de la vacuna apenas haya dosis disponibles para exportar. En Argentina habrá que seguir esperando.
Dentro del gobierno ruso también hubo otros cuestionamientos: ¿por qué la carta la manda una funcionaria de tercera línea? Nicolini tiene rango
de subsecretaria. ¿No hay canales oficiales para este tipo de gestiones? Cuando se conoció el hecho, en Cancillería tuvieron que salir a buscar explicaciones para entregárselas al embajador ruso en Buenos Aires, Dmitry Feoktistov, y también al embajador argentino en Rusia, Eduardo Zuain. En una entrevista radial, Nicolini dijo que el mail se trató de una “carta informal” y que fue una más entre otras “notas, llamados, Whatsapp y reuniones que tenemos con todos los fabricantes y productores para que puedan llegar vacunas a la Argentina lo antes posible”.
La molestia con Nicolini no es algo nuevo. La asesora presidencial llegó a la gestión de Alberto Fernández con la misión de colaborar en las relaciones internacionales y sobre todo articular el vínculo regional, porque ella había sido la coordinadora del Grupo de Puebla, el conjunto de líderes latinoamericanos de centroizquierda que impulsa el político chileno Marco Enriquez Ominami. Nicolini y Ominami se conocieron en la actividad académica y fue, a través de él, que ella llegó a Alberto Fernández. Uno de los primeros pedidos que le hizo Ominami a Nicolini fue colaborar en la primera gira europea del Presidente cuando este todavía era candidato. Fue en septiembre de 2019, cuando Alberto visitó Madrid y Lisboa. Nicolini vivió diez años en España y habla portugués, además de inglés. Este punto, aunque parezca insólito, es uno de los valores de Nicolini en la gestión. Dominar el idioma de Shakespeare le suma un punto extra por encima de sus colegas del Gabinete, como, por ejemplo, el canciller Felipe Solá, quien casi no participa en las negociaciones con otros países por las vacunas. En un mundo globalizado, esto no habla bien de Nicolini. Habla mal del resto.
Los testigos de las reuniones entre Nicolini con los proveedores de vacunas resaltan su ímpetu a la hora de negociar. El tono frontal y directo del mail filtrado es algo que suele verse también en los encuentros cara a cara. “Ella es buena despejando el ‘bullshit’”, resalta un testigo de esas reuniones. Nicolini estudió negociación en Harvard, y en el universo de la negociación el “bullshit” es todo aquello que se considera basura y que entorpece la búsqueda de resultados. La traducción en criollo sería algo así como “basta de cháchara”.
CARTA. Uno de los puntos más polémicos del mail que Nicolini le envió a Anatoly Braverman, la mano derecha de Krill Dmitriev, el CEO del Fondo Ruso, fue la apelación al componente nostálgico de la Guerra Fría, cuando le dice que el presidente de Argentina acaba de firmar un decreto que “permite firmar contratos con empresas americanas y recibir donaciones de los Estados Unidos. Las propuestas y entregas son para este año y también incluyen vacunas pediátricas, lo que es otra ventaja. Le pedimos a su equipo que comparta un protocolo para uso pediátrico que nos permita ejecutar un estudio aquí, pero todavía no recibimos nada”.
Para analizar el impacto de la carta de Nicolini en la negociación habría que hacer foco en, tal vez, uno de los puntos que más le interesaban al presidente Fernández: el 9 de julio. En su carta, Nicolini dijo: “Finalmente, la producción local fue un gran paso para los dos. Nuestro Presidente par
ticipó incluso en el lanzamiento, esperando más de dos horas. Estamos muy felices y apoyamos a Richmond –el laboratorio de Marcelo Figueiras–. Solo pedimos tener los primeros resultados antes del 9 de julio que es una fecha muy importante para nosotros, el Día de la Independencia, que significa mucho. Richmond envió las primeras dosis para pasar el control de calidad el 16 de junio. Nos han dicho que este proceso tardaría entre 10 y 15 días. Es 7 de julio y todavía no está listo y no estará listo para el 9 como lo pidió amablemente el Presidente, después de los días necesarios. Las dosis están en Rusia desde hace más de 21 días... esperábamos que usted estuviera especialmente al tanto de esto, fue la única y más importante solicitud del presidente Fernández, y nuevamente una decepción para él y para el país”.
La intención del Gobierno era darle un tono épico y utilizar políticamente la fabricación local de vacunas, de cara a la campaña electoral. No pudo ser, pero de todos modos los rusos no quisieron ser descorteses con el pedido especial del Presidente. El 9 de julio llegaron las vacunas. 53 mil. Algo es algo.
¿Qué pasó en los días posteriores a la carta? Los rusos no fueron muy diligentes luego del reclamo de Nicolini. El 12 de julio enviaron un lote de 550 mil dosis más del segundo componente y desde ese día, hasta el cierre de esta edición, no mandaron nada más. De un acuerdo de 30 millones de dosis, todavía falta que lleguen alrededor de 18 millones: 5,5 millones del componente 1 y 12,5 millones del componente 2.
En paralelo, entre el 4 y el 23 de julio, China envió 8 millones de dosis de Sinopharm, que son parte de un contrato por 24 millones de dosis hasta septiembre. Esta vacuna china fue una de las que se testearon en nuestro país en un acuerdo entre la fundación Huésped y el laboratorio Elea, de Hugo Sigman, Daniel Sielecki y Luis Gold. Este tridente, junto a la familia Bagó, están negociando con los chinos para fabricar en Argentina la vacuna Sinopharm en el laboratorio de Sinergium Biotech. Las negociaciones se oficializaron en mayo, luego de un Zoom entre la ministra de Salud Carla Vizzotti y Nicolini. La negociación estaría atravesando cuestiones de la transferencia de tecnología. De concretarse, sería la segunda vacuna que haría Sigman en el país, ya que en su laboratorio MabScience se lleva adelante uno de los procesos de fabricación de la vacuna de AstraZeneca.
La influencia de Sigman en la industria médica en Argentina no le es ajena a Nicolini. La filtración de su mail nace de una acción de Mauricio Monsalvo, secretario de Gestión Administrativa y uno de los destinatarios del correo electrónico, quien decidió subir el mail al sistema informático de documentación del Gobierno. Tal vez por impericia o a propósito, el archivo subido por Monsalvo fue el que se terminó viralizando (ver recuadro). Monsalvo llegó al ministerio de la mano del renunciado ex ministro Gines González García, el gran amigo de Sigman.
La filtración del mail le dejó a Nicolini varias lecciones. Entre ellas, no confiar en que todo el Gobierno tira para el mismo lado y que, a veces, las internas pueden entorpecer una cuestión tan delicada como la compra de vacunas. En Harvard hizo un máster en administración pública y además es especialista en comunicación política. Ahora, en la gestión, se podría decir que hizo un posgrado en el barro de la política.
EL ACUERDO CON RUSIA ES POR 30 MILLONES DE DOSIS. TODAVÍA FALTA QUE L LE GEN ALREDEDOR DE 18 MILLONES.