BUSCANDO EL EQUILIBRIO
El sistema previsional nacional está en déficit. Más específicamente, en 2020 recaudó en concepto de aportes salariales 4,7% del PBI y de impuestos que se dirigen automáticamente a su financiamiento, un 2,8% del PBI. Es decir, obtuvo ingresos genuinos por 7,5% del PBI. El pago de jubilaciones y pensiones contributivas y no contributivas fue de 9,5% del PBI. Es decir, tiene un déficit de 2% del PBI. Este es el piso de déficit fiscal que tiene el Tesoro Nacional.
Pensar en generar más ingresos es muy difícil. El empleo asalariado formal está estancado hace 10 años y pensar en más impuestos es inviable porque la presión tributaria ya es récord. No queda otra que revisar por el lado del gasto.
Aquí hay muchas reglas antiguas a modernizar. Una es terminar con los regímenes especiales que jubilan gente con menos edad, menos aportes y mayores beneficios. Otra es la duplicación de beneficios. La coexistencia de las jubilaciones por moratoria con la pensión por cónyuge está duplicando los os beneficios. Hoy ya hay 1,2 millón m de personas que tienen jubilación ju propia con pensión por po cónyuge. La duplicación seguirá se s creciendo a medida que vayan va v falleciendo más titulares cuyos cu cónyuges tengan ya una jubilación ju u con lo cual el déficit seguirá se s creciendo.
Otro factor de desequilibrio es ees la diferenciación de la edad jubilatoria ju por sexo. Habiendo tomado t conciencia de que la distinción ddi por sexo ya no es necesaria, ne hay que igualar la edad ed jubilatoria en 65 años para todas las personas, independientemente die de si se reconoce varón, va mujer o no se reconoce en ninguna categoría sexual.