Pole dance: el auge del baile del caño que se dio a partir de las famosas que lo practican. Los últimos casos: Pampita, Luli
Los famosos volvieron al caño en ShowMatch. Cómo explotó el baile en el país.
Fuerza y elongación. Coordinación. Gracia y sensualidad, una buena percepción de los tempos. Lo que se necesita para hacer una buena performance en el caño es similar a lo que requieren muchas otras disciplinas artístico-deportivas. Sin embargo desde su irrupción, en Argentina pero también en otros países del mundo, el “pole dance” fue (acertadamente) vinculado a la cultura del cabaret, y brutalmente estigmatizado por eso. En los medios el “baile del caño” tuvo desde un principio más de baile que de caño, y en el folclore de la TV argentina es imborrable el lengüetazo que Nazarena Vélez le dio a la barra y su posterior topless -embebido en champagne que le tiraba su bailarín- dentro de una bañadera blanca. El por entonces Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) multó a los canales 13, 9 y América por emitir la performance, a la que calificó como “un acto obsceno”. Corría el año 2007 y ese baile le había dado a ShowMatch un pico de 40 puntos de rating.
Ahora, en el mismo show de Tinelli, las que actualizan el fenómeno son “Pampita” Ardohain (a pocos días de haber dado a luz), Rocío Marengo y “Luli” Salazar.
El novedoso “ritmo” en ocasiones exacerbaba lo erótico a límites que hoy resultan hasta extraños de ver, pero no era -ni de lejos- el único género que lo hacía. Aún así, el de Marcelo Tinelli fue el primer programa de televisión argentina que le dio cámara a esta disciplina artística, deportiva y multifacética, con raíz en los cabarets europeos de la pri
mera mitad del siglo XX y múltiples aportes de la acrobacia, la gimnasia artística y la danza contemporánea, entre tantas otras.
SEXUALIZACIÓN. Actualmente el caño está lejos de ser un “baile erótico”. Puede serlo, si así se desea, pero no es lo esencial. Con los años, quienes llevaron esta disciplina de los cabarets a los gimnasios y estudios de danza se encargaron de llenarla de técnica, complejidad y niveles que van desde el giro más simple hasta figuras dificilísimas de flexibilidad y fuerza. Lleva tiempo y constancia, como cualquier deporte. Pero todo el mundo puede hacerlo. Es en lo que más insisten las instructoras, pero sobre todo, lo que demuestra el crecimiento del deporte a nivel mundial, la amplitud de las categorías en los torneos y la progresiva extensión en la edad de sus performers (ver recuadro).
Pía Pecora es actriz, bailarina de “pole dance” y fue la primera coach de famosos en esta disciplina en 2007, 2008, 2009 y 2011. Era profesora de gimnasia aeróbica y desde 2006 practicaba caño de forma autodidacta, cuando todavía no había estudios en el país. Su llegada a Showmatch vino de la mano de la escuela de danza de Moria Casán, donde fue la primera instructora de caño. “La experiencia cada año fue diferente pero muy buena, pura adrenalina. Es para una temporada, por unos meses, porque es realmente muy demandante. Había que analizar la psicología de cada participante para lograr que aprendan algo, cada uno con su especificidad”, cuenta la performer a NOTICIAS. Es que, como ahora, había famosos que destacaban en otra disciplina y otros que hacía años no hacían una flexión. También había más y menos sensuales, con más o menos recato.
Pecora advierte que bailar reggaetón “es a veces mucho más zarpado que el caño. Mi objetivo fue que la disciplina se conozca también por lo deportivo y no necesariamente por lo erótico. Se fue generando una diferencia con lo deportivo a partir de los conocimientos que yo y otras más pudimos aportar. Me gusta que haya marcado ese sello, que se haya mantenido en el tiempo. Pensé que iba a ser una moda, y hoy en día sigo dando ‘pole’. Estoy orgullosa de eso”, afirma la pionera.
VISIÓN “POLEDANCER”. “Lo único que no me gustó de esta edición de ShowMatch es el mensaje de que 'el pole es muy difícil y estamos todos lesionados'. Se lesionaron primero porque vienen con un entrenamiento constante sin parar, y segundo porque pretendieron hacer cosas que en una clase, en un entrenamiento real, te llevan meses. Tiempo, paciencia y meses de preparación física. En un proceso normal y progresivo, eso no pasa”, explica a NOTICIAS Mara Latasa Saloj (42), directora de Art
Dance Studio, el primero en el país dedicado a la disciplina. Licenciada en Marketing y con un posgrado en Economía, también es profesora de danza contemporánea. Cuando a los 27 viajó a Estados Unidos por trabajo descubrió, durante una caminata, un gimnasio con barras. “Ya en ese momento hacía investigación de mercado así que empecé a indagar, y descubrí que en Australia había estudios de danza, en Inglaterra había bailarinas de cabaret que habían puesto su estudio para enseñar pole; algo similar pasaba en Canadá pero en EEUU todavía era muy incipiente, no encontré casi nada. En ese momento no había ni redes sociales”, recuerda.
Decidió alquilar un local en CABA, reunió a un grupo de bailarinas y se dedicó a formarlas con lo que había, videos de Youtube y algunas clases con profesores locales y del exterior. Visionaria, se embarcó en organizar el primer torneo nacional. Buscaba “dar vuelta” la idea de que la disciplina era algo única y exclusivamente sexual: primero compró una licencia en el exterior y después quedó a cargo de la suya propia, el Argentina Pole Championship y a nivel internacional, el Panamericano. Del primer torneo argentino participaron 18 bailarinas; del último, en 2019, 270.
De la gesta de estos últimos años resultaron ganadoras cuatro argentinas que después se consagraron campeonas mundiales de caño con performances de altísimo rendimiento. Latasa Saloj pide “no olvidar” que el tango también nació de los burdeles: “Lo bailaban las putas que trabajaban en los cabarets con los compadritos que iban, y hoy es una danza respetada a nivel mundial, de una belleza artística increíble”. Difícil hallar una mejor comparación.
Lo que está mal no es el arte, en este caso el pole dance. Los que estamos mal somos nosotros como sociedad”. MARA LATASA
SALOJ