Shakespeare con humor
“Maten a Hamlet”, dramaturgia de D. Casablanca, M. Salazar, G. Wolf, M. Xicarts y S. Irigo. Dirección: S. Irigo. Centro Cultural 25 de mayo, Av. Triunvirato 4444.
Tras dieciséis años, la expectativa era grande y es superada con creces. La última vez que el grupo argentino Los Macocos se reunió sobre un escenario para estrenar un espectáculo fue en 2005, en el hoy languideciente y cerrado teatro Alvear, con “Super crisol (Open 24)”, propuesta que transcurría en un supermercado chino y con la que celebraron sus veinte años de existencia. Esta vez, la banda de teatro, arremete con “Maten a Hamlet”, inspirados en una de las piezas más populares de Shakespeare para desacralizarla y volver a contar la historia del príncipe de Dinamarca, a través del bienvenido matiz del humor. No es la primera vez que lo hacen con clásicos de la dramaturgia universal. Ya irrumpieron con una jocosa versión de “Androcles y el león”, de Bernard Shaw; y hasta con la leyenda de la mismísima princesa Turandot, que dio origen a la conocida ópera homónima de Puccini.
Aquí, cuatro bufones trashumantes y muertos de hambre desandan los caminos entregando su arte por unas monedas, comida y hospedaje. Uno de ellos es descendiente directo del famoso Yorick, bufón de la corte de Elsinor, cuya calavera aparece en aquella famosa escena en la que el taciturno príncipe, evoca los años de su infancia, cuando jugaba con aquel hombre “de infinita broma”. Así, la historia es contada como un relato paralelo en el que no queda títere con cabeza; y en el que se aprovecha la figura de los comediantes para demostrar cómo el poder puede quedar expuesto en su costado más oscuro. Recordemos que, en la obra original, el protagonista se vale de un grupo de actores para representar el asesinato de su padre y exponer 1 la complicidad de la madre con el tío para adueñarse del trono.
Con la habitual solidez 2 que los cuatro estupendos integrantes suelen exhibir, 3 muy bien dirigidos por Sebastián Irigo, se encargan de representar un sinnúmero de persona
4 jes, incluso femeninos y logran momentos deliciosos e imperdibles, en especial, cuando cae bajo su ironía la proverbial vanidad de los artistas.