Carrió recargada: por qué incomoda a todos en su espacio. La polémica por sus fotos de cumpleaños.
Genera temor hasta en su propio espacio con su estilo indomable. Desplantes, fiesta no autorizada en su chacra y pelea con Manes.
En lo que va de la campaña, Elisa Carrió tapó dos veces los problemas del Frente de Todos. La primera fue cuando criticó a Facundo Manes y distrajo la atención de los conflictos del oficialismo. La segunda, luego de que se destapara el escándalo del cumpleaños de Fabiola Yáñez en plena cuarentena estricta. Alberto Fernández no le encontraba la salida al laberinto, hasta que en el Gobierno recordaron el cumpleaños de la ex diputada, en diciembre. Ahí emparejaron las cosas: el Presidente se equivocó, pero “Lilita” también, fue el discurso. De esta manera, la cofundadora de Cambiemos no cumplió con uno de los axiomas más importantes de la política: no interrumpas a tu rival cuando se está equivocando.
En los distintos búnkers de Juntos no sorprende el espíritu indomable de la ex diputada. “Y pensar que se había jubilado”, bromea uno de los organizadores de la campaña del PRO. Carrió aplica su propia lógica para las cosas: cuando la coalición opositora empezó a agitar la idea del juicio político al Presidente por haber violado el decreto que él mismo firmó, ella se bajó: “Eso no se hace en campaña. Yo no soy golpista”, dijo, dejando en offside a los que avalaban la idea.
Los últimos días de agosto, un problema de salud la marginó de las recorridas. Se trata de una baja sensible para Juntos, porque es el momento en el que “Lilita” luce todo su sex appeal político. Pero por otra parte, los organizadores respiran con cierto alivio: es que ella maneja sus propias reglas. No respeta horarios ni pautas preestablecidas y genera contratiempos. Aunque nadie se le anima.
RIVALES INTERNOS. Si la Coalición Cívica logra imponer sus candidatos a
lo largo y ancho del país, es solo por el factor Carrió. “Nadie la quiere en la vereda de enfrente”, asegura un armador de la campaña opositora. De esa manera, “Lilita” va eligiendo sus listas en cada distrito, no importa si eso la enfrenta a los otros líderes de Juntos, como al mismísimo Mauricio Macri.
En Córdoba defendió a Mario Negri, después de que Florencia Arietto, ladera de Patricia Bullrich, lo descalificara. En Santa Fe, su lista es la que encabeza José Corral, aunque quede desalineada con el ex presidente, que apoya a Federico Angelini. Y en Entre Ríos le dio su bendición al precandidato a diputado Pedro Galimberti, en contra de Rogelio Frigerio. De hecho, siempre filosa, dejó una frase a los locales, señalando al ex ministro de Macri: “Miren que hay uno que los va a traicionar”, sentenció.
Pero su rival predilecto en esta campaña fue Manes, a quien acusa de querer llegar a la Casa Rosada sin los pergaminos necesarios.
Carrió aprovechó una frase de Manes para saltarle a la yugular. “Lilita” lo desminitió, amenazó con llevarlo a juicio y lo hizo dar testimonio a "Toty" Flores ante un escribano público. Fue la primera gran pelea opositora y provocó una reunión de Juntos para calmar las tensiones. Pero la ex diputada sigue sentada en el polvorín: pronto podría volver a estallar.
De hecho, a principios de agosto volvió a exhibir su famosa “carterita”, esa que agarró el día que se levantó de la mesa de "Pino" Solanas y que ella considera el momento clave de la fundación de Cambiemos. “Todo está en paz. Primero me retan, después me van a agradecer”, esgrimió.
ALIADOS. Por Manes, “Lilita” se convirtió en una activa compañera de campaña de Diego Santilli. Además tiene buena sintonía con Horacio Rodríguez Larreta, que es uno de los que mejor moderan sus ánimos. Sin embargo, al jefe de Gobierno porteño también se le plantó cuando lo consideró necesario.
El alcalde aspiraba a crear un frente amplio, sumando a José Luis Espert. Pero a este último le avisaron: “Carrió va a ser un problema”. Ante eso, el liberal quiso allanar el camino y le pidió una reunión a “Lilita”: “No recibo a gente que no conozco”, respondió. Adiós a la ilusión. Ahora, Espert y Milei amenazan con desviar miles de votos en el distrito clave de la elección, la provincia de Buenos Aires.
Tras viajar a Santa Fe, Carrió levantó fiebre y decidió volver a recluirse en su casa. A pesar de tener las dos vacunas, le teme al coronavirus: “Si me contagio, me muero”, repite. Solo cuando se sienta bien volverá a la campaña.
No hay un equipo de comunicación que le baje una orden. “Lilita” es la política más rebelde, incluso en la previa de una elección, donde cada acción de los políticos está pautada. Por eso genera tanta atracción. Y por eso, también, en Juntos temen que haya más sorpresas.