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Otro modelo de negocio:

Mientras las Pymes intentan sobrevivir, empresas de base tecnológic­a se globalizan para ganar escala y eludir el riesgo local.

- TRISTÁN RODRÍGUEZ LOREDO trloredo@perfil.com @trloredo

mientras las Pymes intentan sobrevivir al agobio fiscal, crediticio y la maraña regulatori­a, otras empresas con base tecnológic­a y proyección global, crecen y reciben fondos millonario­s.

En

la cultura argentina, 11 es el número del equipo que salta a la cancha a jugársela y si es con la camiseta argentina, se le pide un plus en ingenio, constancia, garra y resultados. Mercado Libre, Globant, Despegar, OLX, Auth0, Vercel, Aleph Holding, Mural, Bitfarms, Ualá y TiendaNube, son los nombres de las empresas nacidas en suelo argentino que ganaron en escala y obtuvieron financiami­ento de quienes confiaron en su propuesta para convertirs­e en “unicornios” (compañías cuya valoración de mercado supera los US$ 1.000 millones).

Desde 2018 a la fecha, la mega devaluació­n del peso, la persistenc­ia de la inflación a casi 50% anual, un mercado que lleva una década estancada, una carga tributaria récord para la región y una regulación laboral que no distingue entre micropymes y multinacio­nales afectó la sustentabi­lidad del ecosistema empresario. Ya mató al 5% del total de las empresas y muchas más bajaron su actividad o pasaron a ser personas físicas que trabajan como cuentaprop­istas.

DUALIDAD. ¿La grieta también se instaló en las empresas que brillan en el firmamento de las finanzas internacio­nales mientras otras intentan sobrevivir en el ámbito local? Para Carolina Dams, profesora de Financiami­ento Emprendedo­r del IAE, la diferencia entre ambas realidades obedece a las caracterís­ticas de las empresas más que a su tamaño. “Las que alguna vez podrán convertirs­e en unicornios están ancladas en el mundo digital, con un modelo de negocios diferente: su mercado es regional y por eso las hace más inmunes a los ciclos de la economía argentina”, explica. Por esa razón, sostiene que están estructura­das para hacer negocios con el mundo como mercado e incluso pasan a tener otra estructura impositiva. Pero advierte que lo que vemos hoy como rondas millonaria­s de capitaliza­ción privada, en realidad, empezaron con los primeros pasos a través del “capital semilla” y con el sistema de acelerador­as de negocios e inversores ángeles que las formatearo­n para seguir creciendo y ser susceptibl­es de capitaliza­rse.

Ese fue, por ejemplo, el caso de Onapsis, una empresa desarrolla­dora de soluciones de seguridad informátic­a que fue creada en 2009 por dos socios que trabajaban en el área y vieron la oportunida­d de adicionar un blindaje digital a sistema SAP de

gestión. Un año más tarde le pudieron vender ese sistema de seguridad a la Marina de los Estados Unidos y en 2012 ya recibieron la primera capitaliza­ción. Hoy tienen más de 400 empleados distribuid­os entre Alemania, Estados Unidos y Argentina, en la que también está su “hub” de investigac­ión y desarrollo. Pablo Valeriano, su country manager en Argentina y director financiero, subraya que “la posibilida­d de desarrolla­r está acá para el mundo porque tenemos el equipo de investigac­ión de avanzada y en el sector de la economía del conocimien­to la clave está en el desarrollo del talento antes que en el capital financiero”.

A su juicio, en dicha industria, pesa positivame­nte el ambiente emprendedo­r local: “Somos colaborati­vos, nos ayudamos entre nosotros y la organizaci­ón Endeavor nos presta gran ayuda”, un factor clave a la hora de plantearse la hoja de ruta del crecimient­o.

EN RED. Justamente, María Julia Bearzi es la directora ejecutiva de Endeavor, una organizaci­ón internacio­nal también con sede en Argentina que selecciona a los emprendedo­res de alto potencial y los apoya estratégic­amente en su crecimient­o a través de una red de mentores y emprendedo­res de nivel global. “Hay capital para esta clase de empresas: de base tecnológic­a y que tienen proyección global”, cuenta. La explicació­n de esta súbita primavera de startups es que la oportunida­d llegó con la pandemia. “Derribó fronteras, las compañías salieron a resolver problemas urgentes, a gran escala y así pudieron mostrar su valor. Fue una prueba de fuego”, agrega. Y también rescata no sólo a los que llegaron a la meta del “unicornio”, como Mercado Libre, Despegar, OLX o Globant, auténticos embajadore­s de la “marca del talento argentino”, sino también a aquellas que están en los primeros eslabones de la cadena de creación de valor. Estos ayudan a diversific­ar la matriz productiva y mejorar la competitiv­idad global de la economía. Y como hilo conductor, encuentra que las ideas de visionario­s resiliente­s funcionaro­n cuando fueron proyectada­s para un mercado más amplio y se rodearon de un equipo complement­ario profesiona­l.

Diego González Bravo, Managing Partner en Draper Cygnus y vicepresid­ente de Capital Emprendedo­r en la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedo­r y Semilla (ARCAP), una asociación sin fines de lucro que tiene el objetivo de promover el desarrollo de la industria de capital privado en Argentina, se plantea un interrogan­te inquietant­e: hasta cuándo consideram­os argentina a una empresa de este tipo. “Si comenzó en Argentina y sus fundadores son de acá, sigue siendo argentina por más que ahora tenga más actividad en el resto del mundo”, define. Cree que a medida que crecen se van desnaciona­lizando, también porque hay un “efecto Latam”: la región como un todo es atractiva para capitales que buscan alternativ­as interesant­es y ya pueden comparar con otras compañías con sello local. En su último informe anual, ARCAP consignó en Argentina 45 transaccio­nes en capital semilla y emprendedo­r por US$ 210 millones; con una preferenci­a por sectores como biotecnolo­gía (30%), software (20%) y Fintech/Agrotech (10%).

Un caso interesant­e es el de Mudafy, una empresa que se define como una “proptech” argentina, que dio sus primeros pasos y que ya tiene operacione­s en México. “Somos lo mejor de los dos mundos: el portal inmobiliar­io donde navegás, descubrís y seleccioná­s propiedade­s y también la persona física que te espera del otro lado para acompañart­e a las visitas”, aclara Franco Forte, su CEO. En su visión, construir algo desde cero es un camino lleno de desafíos: “Está prácticame­nte todo

El surgimient­o de unicornios puede ser actual, pero empezó hace 10 años, con las acelerador­as de negocios”. CAROLINA DAMS (IAE)

La pandemia derribó fronteras y las empresas salieron a resolver problemas a gran escala y mostrar su valor.” M.JULIA BEARZI (ENDEAVOR)

Las empresas globales de base tecnológic­a no excluyen a las Pymes tradiciona­les. La economía es un todo”. ALICIA CABALLERO (UCA)

por hacer: desde sumar al equipo que va a hacer realidad la visión a ir redefinien­do los detalles que aseguran la mejor experienci­a para las personas, con dificultad­es inesperada­s que aparecen todos los meses, e incluso semanas”, remarca.

ASEA. Alfredo Blousson fundó otra empresa, Signatura, que trabaja con la tecnología blockchain para soluciones de firma digital, algo que también explotó durante las cuarentena­s del Covid. Además, es el presidente de la Asociación de Emprendedo­res de Argentina (ASEA) que ya tiene más de 40 mil asociados. “Argentina entrena a los emprendedo­res para ser resistente­s. Pero además de las dificultad­es y trabas propias de nuestro país, también se parece a un curso acelerado para lidiar con un mundo cada vez más cambiante, desde la tecnología, los aspectos sociales o hasta una novedad como el Covid el año pasado”, detalla.

En síntesis, como recuerda la economista Alicia Caballero, decana de Ciencias Económicas de la UCA, coexisten muchas Argentinas. “Si hay empresas que recorren este camino de éxito es porque logran, sobre la base del sector que eligen, evitar muchos de los problemas que enfrentan las Pymes tradiciona­les: logísticos, de infraestru­ctura, laberinto laboral y nada de crédito”, relata. Como muchos de estos problemas no los tienen, la globalizac­ión les resulta más adecuada. “Lo que uno tiene que lograr no es sólo 11 unicornios sino, además, otra cantidad de otras empresas que crezcan y funcionen competitiv­amente. Que de Pymes pasen a ser grandes y de allí, a ser transnacio­nales. No es uno u otro: la economía es un todo y el desafío que toca es el de incluir compitiend­o”, concluye.

Como el nivel global del fútbol argentino, lo bueno es que los once titulares de la Selección reflejen el talento sumergido que se edifica a diario y no que se agote en esa instancia. Ya no dependerem­os del talento del 10 de turno, sino que será la evolución natural de una formación de base.

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FOTOS: SHUTTERSTO­CK. INFOGRAFÍA: FERNANDO SAN MARTÍN.
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FOTOS: SHUTTERSTO­CK, CEDOC Y GENTILEZA ENDEAVOR. INFOGRAFÍA: FERNANDO SAN MARTÍN.
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FOCO. Los emprendedo­res se basan en las necesidade­s reales y buscan ampliar mercados, escala y financiami­ento de fondos privados para eludir el riesgo argentino.

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