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Unidad con fórceps

Los recelos entre ambos que persisten tras las PASO. Campañas por separado y pelea por quién toma las decisiones.

- CARLOS CLAÁ @carlosclaa

Horas después de definir las estrategia­s, de posar para las fotos de campaña y de pulir la lista definitiva de Juntos en la Provincia de Buenos Aires, Facundo Manes tomó un avión a España, para presentar su último libro. A su regreso, en una semana, su agenda estará saturada con actos de campaña. Pero esta vez habrá una diferencia sustancial: gran parte de las recorridas las hará con su nuevo coequiper, el que encabeza el espacio, Diego Santilli.

Después de unas primarias donde se sacaron chispas, bajó la tensión que había entre Santilli y Manes: “Están mejor ahora”, dice una fuente del armado que los vio interactua­r en las últimas reuniones. Las asperezas comenzaron a limarse cinco días después de las PASO, el viernes 17, en un café matutino en Capital que los protagonis­tas de la campaña compartier­on con Horacio Rodríguez Larreta y con Gastón, el hermano del neurocient­ífico.

Desde esa mañana, pusieron por delante el objetivo en común: saben que el oficialism­o apuntó sus cañones a dar vuelta la elección en la Provincia y ellos tratarán de impedirlo. “Hicimos una elección histórica, la mejor de nuestro espacio en Buenos Aires, no podemos perder esta oportunida­d”, sostienen. Pero lo cierto es que los recelos entre uno y otro continúan.

CAMPAÑA. El búnker de Juntos está conformado por dos mesas: una política, donde se reúnen las autoridade­s del partido y los jefes de campaña; y la otra, operativa, donde se deciden todas las cuestiones prácticas como la comunicaci­ón, las fotos y los spots.

La estrategia pactada indica que, desde el inicio, la oposición va a jugar fuerte. “Este fin de semana salimos con 4 millones de volantes que vamos a repartir en la Provincia y 75 carteles en las principale­s rutas, desde Panamerica­na a otras más chicas. Ya está todo aprobado y coordinado”, comentan desde la organizaci­ón para el inicio de la campaña.

Pero más que las cuestiones abstractas, lo que preocupa en el fondo es que la coordinaci­ón entre los dos principale­s candidatos fluya y no genere ruidos. “Esto no es Cambiemos, es Juntos. Por lo tanto nosotros ya avisamos que vamos a mantener nuestra identidad, a pesar de que ellos vienen con una inercia de conducción”, avisan desde el radicalism­o. Esta vez,

quieren compartir la mesa de decisiones con el PRO y no ser actores de reparto.

Desde el rincón amarillo aseguran que ellos tienen más aceitado el trabajo de campaña: “Tenemos un orden como pocos. Somos una máquina electoral”, argumentan. Y sospechan que el lento sistema de decisión de la UCR pueda someterlos a algún contratiem­po: “Se pueden ralentizar las cosas, pero la aceleració­n que produjo el Gobierno no te da tiempo para ser muy deliberati­vo”, agregan.

Hasta ahora, todo se discute: hasta el color de fondo en las fotos. El amarillo tradiciona­l del espacio que gestó Mauricio Macri no será excluyente. Ahora le agregarán tonos de rosa (el que usó Manes en campaña) o rojo, tradiciona­l del radicalism­o. No hay detalles librados al azar. Tampoco hay certeza de que en los 45 días previos al 14 de noviembre no haya inconvenie­ntes.

Por suerte para la salud de su campaña, no habrá tanto tiempo compartido, al menos en el diseño original. Santilli y Manes mantendrán su autonomía recorriend­o la Provincia, cada uno por su lado. Luego, una vez por semana, las agendas se cruzarán en un acto compartido.

“Si hay que ponerlo en números, van a hacer el 70 u 80 por ciento de las recorridas solos y compartirá­n el resto”, avisan desde el búnker. La idea es que, juntos o separados, los dos recorran toda la Provincia, de punta a punta.

SORPRESAS. La noche del domingo 12 de septiembre quedará en la

memoria de los dirigentes de Juntos para toda la vida. Así como en el oficialism­o el resultado de las PASO cayó como un balde de agua fría, en la oposición confiesan que tampoco esperaban la victoria.

Un colaborado­r de Santilli admite ante NOTICIAS que días antes de la elección recibieron una encuesta en la que estaban un par de puntos arriba del Frente de Todos, pero que al ex vicejefe de Gobierno porteño le pareció demasiado optimista. “No lo vimos venir. Cuando nos mostraron esos números pensamos que estaban en pedo”, se ríe ahora.

A dos semanas del resultado, en la interna de Juntos todavía debaten quién es el artífice del resultado histórico. Santilli fue el claro ganador por 674 mil votos de diferencia, pero el radicalism­o le remarca, en cada oportunida­d, que sin los electores del neurocient­ífico no había victoria. “Hubiera sido muy difícil que ganáramos si no había un radicalism­o de pie y un Facundo Manes, que se caminó toda la Provincia”, contestó Gerardo Morales en una entrevista realizada por Jorge Fontevecch­ia en el diario Perfil. Y agregó: “Le dije a varios dirigentes del PRO que si teníamos dos semanas más, con Facundo ganábamos en la Provincia. Hicimos una gran elección. Buenos Aires está casi pintada de ro

“VAMOS A MANTENER LA IDENTIDAD, A PESAR DE QUE EL PRO VIENE CON UNA INERCIA DE CONDUCCIÓN”, DICEN EN LA UCR.

“VAN A HACER EL 70 POR CIENTO DE LAS RECORRIDAS SOLOS Y COMPARTIRÁ­N EL RESTO”, CUENTAN LOS ARMADORES.

jo. Facundo hizo hacer un mapa de todo el país y ya no es solo amarillo y azul; ahora es amarillo, azul y rojo, el color radical”.

La idea de Morales sale del corazón del partido centenario. En la mesa chica se repite una frase con insistenci­a: “No sentimos que perdimos, sentimos que nos faltó tiempo”.

En el PRO relativiza­n la conclusión de la UCR: “Los dos candidatos mordieron votos de afuera de Cambiemos”, dicen. Y ponen en jaque la mayor crítica de Manes a Santilli y compañía: es que el neurocient­ífico aseguraba que tenía que luchar contra el “aparato” del gobierno de CABA. “Facundo dice que fue invisibili­zado en las primarias, pero nosotros hicimos una auditoría y él tuvo más presencia en medios nacionales que el ‘Colo’. No era un ‘David contra Goliat’, como él vendió”, critican.

La novela de desencuent­ros en la previa de las PASO tuvo capítulos dedicados a la negativa de Santilli a debatir públicamen­te, a acusacione­s sobre los fondos de campaña y hasta uno acerca del búnker donde esperarían los resultados. Ese domingo a la noche, el del PRO cedió al deseo de Manes y unificaron el espacio en La Plata. Eso le impidió a Larreta tener la foto de un festejo unificado que tanto anhelaba.

ESTRATEGIA. En las sucesivas reuniones en conjunto, desde las PASO hasta el reinicio de la campaña, la oposición intentó encontrar el motivo de la victoria en Buenos Aires. Descubrirl­o, pensaron, sería la mejor manera de plantear una estrategia acorde a lo que se necesita para no perder las legislativ­as en el distrito más poblado del país. “Creemos que hay algo que se rompió por la pandemia y la cuarentena extendida entre el kirchneris­mo, los jóvenes y la clase baja”, dice una fuente que estuvo presente en esos mitines. Y completa: “Eso que se rompió no lo van a poder suplantar con una heladera”.

Para sumar votos, desarrolla­ron un mapa con los lugares de recorrida a los que Manes y Santilli tendrán que ir solos, a los que tendrán que ir juntos y a las localidade­s donde es convenient­e que la dupla vaya acompañada por Larreta.

La primera movida del ajedrez será ir de nuevo a los 50 municipios estratégic­os: esos donde se concentra el 85% de la población de la Provincia y donde gobierna el peronismo.

Luego, la estrategia intenrará buscar a los que no fueron a sufragar y a los 300 mil votos que quedaron en el camino, con candidatos que no entraron a las generales, pero que creen que podrían seducir: los electores de Cinthia Fernández, Cynthia Hotton y Juan José Gómez Centurión. Esos dos puntos pueden ser clave el 14 de noviembre.

Las tensiones que puedan surgir en campaña entre Manes y Santilli no son el único problema de los armadores. El otro inconvenie­nte que resaltan es parte del gen argentino: el exitismo. “En las reuniones de campaña se insiste en que lo de las PASO no fue un cheque en blanco, que no hay que creérsela. Pero hay muchos que hacen una mala lectura. Hay mucha gente con ansias de reivindica­ción personal”, dice una fuente que tuvo despacho en la Casa Rosada durante la gestión de Macri.

Más allá de los cafés previos, la relación de confianza entre Santilli y Manes se irá desarrolla­ndo -o no- a lo largo de la campaña. El cansancio, las presiones, los egos, los nervios y la posibilida­d histórica de derrotar al peronismo pueden jugar una mala pasada. Hay 350 mil votos de diferencia con el Frente de Todos: la flamante pareja no tiene margen para cometer errores.

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INFOGRAFÍA: FERNANDO SANMARTÍN. FOTOS: NA, TÉLAM CEDOC.
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CONVIVENCI­A. Manes y Santilli quieren dejar atrás los cortocircu­itos de las PASO y construir una victoria en la Provincia. Ya tienen la estrategia de campaña para sumar votos.
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UNIDOS. U Una semana después de las primarias, los candidatos y dirigentes d de Juntos se reunieron en un hotel céntrico. Carrió, única ausente.
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Santilli cedió ante el pedido de Manes y compartier­on búnker en La Plata. Fue uno de los tantos capítulos de tensión en las primarias.
FOTOS: MARCELO ESCAYOLA. TIRA Y AFLOJE. Santilli cedió ante el pedido de Manes y compartier­on búnker en La Plata. Fue uno de los tantos capítulos de tensión en las primarias.

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