¿Acuerdo o tregua?
La relación del actual Gobierno con los empresarios nunca fue buena: la desconfianza es mutua y no dejó de esfumarse por más que los acontecimientos precipitaron treguas. Por ejemplo, el almuerzo en el que el Presidente convocó esta semana a ocho reconocidos dirigentes de empresa (algunos dueños, otros máximos ejecutivos) para conversar acerca de las perspectivas de la asignatura pendiente de la coalición en el poder: poner la economía en marcha. Incluso, los propios invitados, le pidieron definiciones acerca de la marcha de las largas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y trasladaron su preocupación por la inflación dura de bajar.
Para coronar el encuentro, Alberto Fernández comprometió su asistencia al cierre del 57° Coloquio Anual de IDEA, la entidad que agrupa a los principales empresarios y que oficia de caja de resonancia en una economía marcada por la incertidumbre. Justamente, el lema del cónclave de este año fue “Logremos una Argentina sostenible”, con especial énfasis en la creación de empleo privado formal.
Casi simultáneamente, los exfuncionarios Roberto Feletti y Débora Giorgi volvían a la cancha en la Secretaría de Comercio, para reemplazar a Paula Español con un “pedido” de congelamiento de 1.247 artículos hasta el 7 de enero. Preocupa el día después del 14 de noviembre, con una inflación anual que se proyecta en 50%.
En el ámbito empresarial, quienes fueron interlocutores de Néstor Kirchner recuerdan sus palabras: “no hagan caso a lo que digo, sino a lo que hago”.