TRABAJO DIFÍCIL
Los agentes judiciales que se encargan de investigar, perseguir y acusar a los criminales que atentan contra la integrdidad sexual de los menores de edad realizan una labor difícil para la cual es necesaria un perfecto equilibrio mental que ayude a lidiar con las situaciones que se les presentan. El área de pornografía infantil del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ), por ejemplo, cuenta con una psicóloga especialmente destinada para el equipo encargado de visualizar el contenido de imágenes sexuales que incluyen menores de edad. Es que la exposición a este tipo de material genera en los especialistas reacciones adversas. Según explicaron a
NOTICIAS, una situación típica es el caso de madres que están muy inmersas en casos de pedofilia y que generan conductas como llorar cuando abrazan a sus hijos o protegerlos obsesivamente. “A mi me cambió la vida trabajar acá. A veces pesa mucho. Con los chicos uno está más susceptible, tratás de ver distintas las cosas”, explicó Marina, una de las trabajadoras del equipo.
“Es muy duro. Pero mi satisfacción es que en cada investigación exitosa hiciste el mundo un poquitito mejor. No muchos pueden decir eso de su profesión”, señaló Enrique del Carril, director del CIJ, sobre la dualidad de su trabajo y cómo lo afecta en su vida diaria. ‘seducida’ por el adulto”, sostuvo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada cinco menores es víctima de abuso sexual antes de cumplir los 17 años. Está claro que no es lo mismo forzar a un menor de edad a tener relaciones sexuales o que lo haga con voluntad, tampoco es igual que el chico tenga 11 o 17 años. Sin embargo, de lo que no caben dudas es que se trata de una etapa de vulnerabilidad y que los adultos mayores son los responsables de su cuidado y de su protección.