Trastienda del Larretazo
La furia de Macri tras la decisión del jefe de Gobierno de desdoblar las elecciones.
A penas había pasado medio día del anuncio de Horacio Rodríguez Larreta de desdoblar las elecciones porteñas, cuando Mauricio Macri se juntó a cenar con dirigentes del PRO en la casa del ex ministro de Trabajo, Jorge Triaca. La conversación solamente giró en torno al impacto que había provocado el jefe de Gobierno porteño.
En el asado, Macri no ocultó su enojo. Y deslizó cuáles serán los pasos a seguir: mayor cercanía a Patricia Bullrich en la campaña para hacerle sentir el rigor al dirigente díscolo. “Hay que presionarlo mucho”, coincidieron los comensales, entre los que había consultores a los que el ex presidente escucha con atención.
También hubo un momento de evaluación: recorrieron las declaraciones de muchos políticos para medir las reacciones. Cuáles habían sido vehementes contra Larreta y quiénes habían empezado furiosos para ir morigerando sus palabras con el correr del día. Generó especial atención, y varios chistes, la posición de Diego Santilli, quien en su afán de pelear por una candidatura en la Provincia necesita del apoyo de todos: ordenó a los suyos tomar distancia para tratar de que el escándalo lo salpique lo menos posible.
Después de todo, las últimas horas en el PRO fueron las más calientes del último tiempo. A pesar del esfuerzo de Larreta por asegurar que “la unidad de Juntos por el Cambio está más garantizada que nunca”, su rebelión ante Macri dejó heridos. Con el tiempo se podrá evaluar el éxito o no de su arriesgada decisión.
MATAR AL PADRE. “Tomé la decisión de que los porteños votemos el mismo día que se vota en las elecciones nacionales. Y lo vamos a hacer con boleta única electrónica”,
decía mirando a cámara Rodríguez Larreta, en un mensaje grabado que se publicó el lunes 10 a media mañana. La filmación, realizada una semana antes de que viera la luz, se mantuvo en estricto secreto. Toda una hazaña en la era de las filtraciones.
El anuncio sorprendió al mismo Macri, quien antes de su publicación había preguntado al respecto y no le habían confirmado lo que sucedería en las siguientes horas. Se sintió traicionado. “Yo no creo que Horacio haga eso”, advertía el domingo en una entrevista en Radio Rivadavia, consultado por el rumor que corría.
A pesar de que el argumento principal que utiliza el macrismo tiene que ver con la incorrección de “cambiar las reglas del juego en un año electoral”, en realidad, lo que al ex presidente lo ofusca tiene que ver con la lucha de poder. De hecho, admitió que le molestó que el jefe de Gobierno no lo llamara para preguntarle su opinión. Y luego de la aparición del video fue contundente: “Me siento desilusionado”.
“A Mauricio le jode más que no lo consulten, que la decisión en sí de Horacio”, analizaban en el PRO luego del cimbronazo. Macri teme que, de ser electo presidente, Larreta lo desplace del lugar que pretende el ex presidente. Considera que, si se bajó de la carrera, era para ocupar un espacio de mentoría que su ex funcionario no está dispuesto a darle: le molesta pensar que, para una parte del espacio que fundó, ya se convirtió en un jarrón chino.
En el entorno de Larreta se dedicaron a aguantar la embestida, los primeros días. Era lógico que sucediera: “Pero es mejor que pase ahora y no con la campaña más avanzada”, creen. Por eso se animó a presentar sus credenciales tan pronto. “No hay que pasar por alto el apoyo a Horacio de los demás partidos de Juntos por el Cambio”, sugieren los larretistas (ver recuadro). Es que el radicalismo y la Coalición Cívica lo bancaron.
En la superficie se discute apenas una cuestión práctica sobre los sufragios que vienen en la Ciudad de Buenos Aires: la decisión de realizar elecciones concurrentes y la metodología de la boleta única electrónica. Sobre la cuestión, hay opiniones de archivo que unos y otros pueden usar para echarse en cara sus actuales posiciones. Que Macri desdobló cuando lo necesitó o que Larreta exigía antes que no se cambien las reglas del juego en un año electoral.
Pero eso es apenas la punta del iceberg. Debajo de la superficie lo que se discute es el liderazgo en el PRO. Larreta mostró los dientes por primera vez y pidió autonomía. Se plantó para no convertirse en el Alberto Fernández de Cristina.
CONTRAGOLPE. “Mauricio había prometido mantener un equilibrio en nuestra interna y por ahora lo viene cumpliendo”, dicen cerca de
"A MAURICIO LE JODE MÁS QUE NO LO CONSULTEN, QUE LA DECISIÓN EN SÍ DE HORACIO”, DICEN EN EL PRO.
Larreta. Saben que esa promesa ya se rompió, pero lo que nadie puede aventurar es hasta dónde inclinará la campaña.
Ahora Macri planea el contraataque que implicará mostrarse más cerca de Bullrich y, en caso de que María Eugenia Vidal se decida a competir, brindarle herramientas también a la ex gobernadora. Pero todavía no hacen público cuán explícitos serán esos apoyos.
“Nadie que tiene la lapicera circunstancialmente puede decidir solo, sin consultar al resto”, protestó
el ex presidente en un Zoom de su espacio, el martes 11. En la reunión virtual del PRO, Macri mostró su furia contra Larreta, quien ni siquiera fue invitado al encuentro. “Cómo no va a estar acá, es una falta de respeto”, protestó el ex presidente antes de que le explicaran que lo habían dejado afuera.
En representación del jefe de Gobierno estuvo el funcionario de Ciudad, Eduardo Macchiavelli, que se llevó todos los reproches. “Vos como buen larretista defendés lo indefendible”, lo cruzaron los demás participantes del encuentro. Es que Macchiavelli intentó llevar la discusión al plano técnico, a la cuestión de por qué es conveniente el desdoblamiento de las elecciones, pero los demás lo llevaron a la discusión política: “Estamos poniendo en riesgo la continuidad del PRO en la Ciudad”, protestaron.
Con la medida adoptada, sugieren los enojados, se favorece la dispersión de votos en Juntos por el Cambio y, por lo tanto, se le da una chance a Martín Lousteau de acercarse a Jorge Macri, el candidato amarillo.
A pesar de que las encuestas lo favorecen por ahora, Jorge Macri se sintió el máximo perjudicado por la decisión de Larreta.
Se lo hizo saber en un encuentro que tuvieron el lunes por la tarde en las oficinas del Teatro Colón, previo a irse de viaje al exterior. El reproche caló tan hondo en el jefe de Gobierno, que este terminó por enrostrarle que todavía debe demostrar que cumple con el requisito de haber vivido en Capital Federal cinco años, tal como lo exige la Constitución de la Ciudad.
Así lo hizo saber Larreta en una entrevista radial: “Yo hablé con él y de alguna manera nos mostró toda la evidencia que dice que puede ser candidato, pero la última palabra la tendrá la Justicia”.
Detrás de la pelea política de Macri y Larreta hay un sistema nuevo por adoptar para las próximas elecciones. Tendrán ahora que estudiar cuán fiable es el el voto electrónico y cómo se aplica.
La abogada y especialista Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparency International, puso el foco en una cuestión que incluso podría ser judicializada: “La decisión sobre el uso de la boleta única no es facultad del jefe de Gobierno, sino del Instituto de Gestión Electoral”, indicó.
En el Frente de Todos están tan expectantes con la pelea de fondo entre los líderes del PRO que nadie se planteó discutir esa decisión. Es más, quienes protestaron con ínfulas fueron los de La Libertad Avanza, que consideran que, al desdoblar las elecciones, perjudicarán a su candidato local, Ramiro Marra, que no recibirá el arrastre de votos de Javier Milei. En el 2018, cuando la Legislatura porteña aprobó el voto electrónico, su web fue hackeada: “Todo sistema informático es vulnerable y será vulnerado”, escribieron antes de dejar inutilizada la página. Tendrá que haber una auditoría exhaustiva para que no haya reproches en la elección y despejar el fantasma de la manipulación de los votos.
Aunque, al menos por ahora, el objeto de debate está lejos del método. En el PRO sólo están pulseando por ver quién es el jefe, dilema que también atraviesa a la Casa Rosada. El problema, para ellos, es que están jugando al límite: el secreto es que se doble, pero no se rompa.