El fallido regreso de ATAV
“Argentina, tierra de amor y venganza”. Segunda temporada. Telenovela. Producción: Polka. Con Federico D’Elía, Federico Amador, Justina Bustos y elenco. Lunes a viernes, a las 22:30 hs, por eltrece.
En 2019, por eltrece, se estrenó “Argentina, tierra de amor y venganza”, una telenovela de frecuencia diaria y alto presupuesto, producida por Polka, cuya trama estaba enmarcada en la Argentina de las décadas del treinta y del cuarenta. Eran tiempos de bonanza económica y evidente progreso que generaron oleadas de inmigración europea, en busca de un mejor porvenir en nuestro país, pero al que le sucedió una etapa de decadencia política y sangrientos conflictos civiles. Liderada por Gonzalo Heredia, China Suárez, Albert Baró y Delfina Chaves, con participaciones de Benjamín Vicuña, Fernán Miras y Mercedes Funes, escrita por Carolina Aguirre y Leandro Calderone, fue un suceso durante nueve meses. Tuvo todos los condimentos para generar interés, porque a las emociones enunciadas en el título y a las intrigas propias del género, se sumó la acción. Por eso, cuando se la repuso, logró nuevamente una importante audiencia.
Planteada como una saga, la idea original era que la segunda parte se situara en los sesenta con los hijos de los personajes ya conocidos, y la tercera en los ochenta con los nietos. Pero, la pandemia de coronavirus y, según argumentan, la imposibilidad de reunir al elenco original los hizo saltar directamente al último periodo.
Cambio de guionistas mediante, la continuidad comete el error de abandonar a los parientes de los actuales protagonistas a un lugar muy secundario y abre un abanico de muchos temas, disímiles entre sí. Desde el amor homosexual, los comienzos de la comunidad homosexual de Argentina y su lucha de
reivindicación de los derechos LGTBIQ+ hasta la irrupción del SIDA. Además, la vuelta de la democracia, el reclamo por los desaparecidos durante la última dictadura militar y la complicidad civil en los atropellos perpetrados en la misma. También, por si fuera poco, aparece el ambiente competitivo del teatro de revista porteño, los egos de los artistas, el arribo a Buenos Aires de alguien provinciano, la violencia de género intrafamiliar y sigue la lista.
El problema no es la cantidad ni el tipo de planteo temático, sino que se los aborda de forma epidérmica y simplificada. Así, las pasiones y los sinsabores quedan en un segundo plano e impera el trazo grueso en diálogos, por momentos inverosímiles, y en la mayoría de las caracterizaciones. Por ejemplo, buenos interpretes como Juan Gil Navarro o Gloria Carrá caen en el estereotipo al no estar bien dirigidos. De todos modos, a la irreprochable factura visual, se suman logradas actuaciones a cargo de Federico D’Elia, Toni Gelabert y del promisorio Nacho Di Marco. Pero no mucho más. Una pena.