CGT en clave electoral
El acto por el Día del Trabajador no deparó sorpresas en cuanto a lo que el Gobierno espera de parte de los sindicalistas aliados. Desde el atril, los popes de la CGT no sólo evitaron cualquier atisbo de crítica al presente, sino que dispararon contra el otro lado de la grieta con serias advertencias a Juntos por el Cambio y al liberal Javier Milei.
Se opusieron al plan dolarizador del economista reconvertido en cuco de la clase política –y personaje de tapa de esta edición– también contra el ajuste y la reforma laboral que en voz baja anuncian los candidatos de Juntos por el Cambio. Pero no hubo mención a la crisis actual ni sugerencias para que sus representados la atraviesen con un costo menor.
Hacía ocho largos meses que la conducción de la CGT no se reunía antes de este acto, y pese a la inflación creciente y la merma en la capacidad de consumo de los trabajadores, atraviesa un ciclo de quietud.
En sus tres años y medio de gestión, el actual gobierno no enfrentó ninguna medida de fuerza por parte del sindicalismo. Es todo un récord si se lo compara con los 13 paros que la CGT le hizo al gobierno de Raúl Alfonsín, los 8 que sufrió Fernando de la Rúa y los 5 que debió enfrentar Mauricio Macri.
Asumidos como brazo gremial del peronismo, los “Gordos” tampoco ocultan su actual preferencia por alguien que no estuvo presente en el acto en la cancha de Defensores de Belgrano pero se perfila como el candidato de consenso del Frente de Todos, Sergio Massa. Hasta el silencio de la vicepresidenta parece avalarlo. Y es sabido que lo que el peronismo decida, la CGT acatará.