Uno de los rescatistas contó lo que dijo el defensor de Chapecoense cuando llegó al hospital. Es uno de los tres jugadores sobrevivientes y ya está fuera de peligro.
Pocos sufrieron tanta agonía como él. Desde las 10 de la noche que se estrelló el avión, hasta a las 4 de la mañana cuando fue hallado, Neto no se dio por vencido. Esas seis horas batallando entre la vida y la muerte, entre la lluvia, el frío y la tragedia, le salvaron una vida que, para él, ya no valía tanto... “Nos dividimos en el hospital. El último en llegar fue Neto. Llegó en un estado lamentable, pero llegó lúcido y dijo que quería morirse. Tenía muchas fracturas e hipotermia”, contó Antonio Valencia, uno de los rescatistas del Aeropuerto de Medellín. Una de las verdades más crudas de la tragedia ocurrida el lunes por la noche. Después de sacar a cinco sobrevivientes entre los escombros del avión, el grupo de rescate colombiano se sorprendió al escuchar gritos cuando daban por sentado que no había nadie más con vida. Esa voz era la de Neto, quien nunca se dio por vencido: estaba oculto debajo del fuselaje y con vida. De inmediato iniciaron las maniobras para sacarlo de ese lugar y a las 6.30 fue trasladado a la Clínica San Juan de Dios de La Ceja, en Medellín. Allí, pese al cuadro complicado con el que llegó, es el que mejor evoluciona de los tres jugadores sobrevivientes (los otros son Alan Ruschel y Jack- son Follmann), aunque todos están fuera de peligro. Con un cuadro similar a Neto, el periodista Rafael Henzel se encuentra estable, pero todavía internado. Ayer, otro de los sobrevivientes como el boliviano Erwin Tumiri (técnico de la aeronave) fue dado de alta de la clínica Somer de Antioquia, y llegará hoy a Bolivia, su país natal, junto a Ximena Suárez, la azafata y sexta persona sacada con vida del vuelo de LaMia. Más allá del dolor de un accidente que conmovió al mundo, Neto, uno de los héroes de Chapecoense, sigue luchando, como un homenaje a sus 19 compañeros que ahora lo alientan desde el cielo...
QUE DESCANSEN EN PAZ