A subirse a la moto
Gianella hizo jugar a todo Boca y brilló en la paliza a Gimnasia, clave para empezar a salir de la zona roja.
En La Bombonerita se sufre. Afuera de la cancha, porque el primer calor fuerte del casi verano hace del estadio un horno, y adentro porque Boca está en el fondo de la tabla y los fantasmas de la permanencia empiezan a dar vueltas por más que falta más de media Liga. Claro que lo de anoche es para tener esperanza y confiar. Porque en el inicio de la Fase Nacional, el Xeneize jugó su mejor partido de la temporada y terminó aplastando a Gimnasia, uno de los de arriba, por un contundente 102-82 que da aire por el resultado en sí y por la forma en que llegó. Más allá de bajón en el tercer cuarto, en donde el Verde se le vino a cuatro tras estar 15 arriba, lo del Xeneize fue bueno y parejo durante los 40 minutos. Y si lo hizo fue porque se subió a la moto de uno que llegó hace poco pero que le puede cambiar la ecuación: Nicolás Gianella. Con el base en cancha, el equipo jugó a otra cosa. Porque a partir de su inteligencia, paciencia y lectura supo hacer siempre lo que pedía cada acción: acelerar, frenar, buscar la ventaja... Hizo fluir el ataque como nunca y mejoró al resto. Sus 19 puntos y 10 asistencias no terminan de dimensionar la clase de conducción que dio y las cuestiones positivas que desencadenó. Porque Lucas Pérez, el armador titular, pudo correrse a un costado para hacer pesar mucho más su genial mano (23 puntos). O porque Lampropoulos no tuvo una excesiva responsabilidad para generar juego y se dedicó a disfrutar del juego en parejas con Nico, sobre todo en un último cuarto deluxe, donde se combinaron para 18 puntos en el parcial de 33-17 que liquidó la historia. Otro que disfrutó la presencia del base fue Vasirani, siempre listo para anotar cerca del canasto y luchar todas (13 y 12 rebotes). Ojo, Gimnasia colaboró con su pobre labor defensiva, pero esta vez hay muchísimos méritos de Boca. Y de Gianella, claro. El Xeneize se sube a la moto de la mejoría.