Olé

Gago, el “detalle” que explica este partido

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Por méritos propios y errores ajenos, la tarde infernal de la Bombonera fue el encuentro de un equipo llamado Boca Juniors contra dos individuos sueltos llamados Lisandro López y Agustín Orion. Estos hechos, que son los que se acostumbra­n a reportar los diarios del lunes, tuvieron su origen de dos caras en la decisión de Guillermo Barros Schelotto de salir a atacar y en la de Zielisnki de esperar detrás del medio con los resortes listos para hacerlos saltar de contragolp­e. El 4-2 nos exime de agregar quién estuvo equivocado, aunque no describe los detalles del mejor partido que Boca jugó de local en lo que va del año. Los detalles, en los que dicen que siempre está Dios, fueron frondosos e iluminaron la tarde. El primero: Gago. Fue el encargado natural de darle forma artística al juego híper concentrad­o del equipo, flanqueado por la lucidez y el despliegue protector de Bentancur y Pablo Pérez. En ese nivel se definió el dominio territoria­l y el resultado, que no alcanzó los dos dígitos a nuestro favor porque Bou fue un gran goleador pero con una efectivida­d del 50%, y porque el dedo de un pie de Vittor sacó de la línea una jugada del tamaño de una catedral. Pero volvamos a Gago, para explicar por qué con él hay equipo. Lo hay porque cose todo lo que pueda deshilacha­rse, porque pega las juntas, porque sincroniza los engranajes y porque siendo casi un jugador senior preocupa a los rivales que lo rodean estresados. De he- cho, el planteo conservaci­onista de Racing lo mantuvo a raya hasta que se desató y armó la jugada del primer gol. Todo contra una defensa para la que marcar fue mirar, y mucho más en el segundo gol, en el que Bou giró con una lentitud congelante frente a dos centrales fantasmas. Hubo una alarma que se encendió cuando Lisandro López, tremendo jugador, puso el 1-3 que testimonió parcialmen­te su existencia más que la de la academia a la que representa. Pero quien dice 1 dice 2 y López hizo el segundo, un logro muy por encima de lo que indicaba la realidad del jueEsta fue la go de quienes vestían su misma camiseta. El pelimejor actuación gro se olió como un vaho de Boca como pasajero, hasta que llegó el gol de Carlitos que delocal en lo seamos que se repita el domingo que viene.

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