De Panterita a Pantera...
Walter también fue el claro ganador en el clásico de los Bou. Hizo dos goles, jugó y asistió. José, el papá, feliz.
Seguro que Don José se fue contento de la Bombonera. Sabía, como se lo había contado a Olé en la previa, que era posible que alguno de sus hijos se fuera con las manos vacías de este clásico. El quería, al menos, gritar algún gol. De Gustavo o de Walter. No importaba la camiseta. Sólo quería sentir la sensación de llenar su corazón con festejos. Y fue el menor, el de Boca, el que se robó todas las miradas. Y fue el mayor, el de Racing, el que anoche debió pagar la cena para toda la familia que se vino desde Entre Ríos para verlos. Como padre, seguro, a Don Bou lo habrá dejado tranquilo este resultado. Porque la Pantera ya es un jugador consagrado, figura y goleador de Racing, y la Panterita todavía está aprendiendo a salir a cazar por sus propios medios. Entonces, los dos goles que le hizo a la Academia son un bocado sabroso para seguir afianzándose como titular ante la ausencia de Benedetto. Los roles, a decir verdad, parecieron cambiados. El que jugó con la serenidad de los grandes fue el más joven. A todas las pelotas que tocó les sacó el jugo. Dentro del área fue implacable. Para su primer tanto, el 2-0, encontró un centro y giró el cuerpo sobre su propio eje para definir cruzado y bien lejos de Orion. Un gol a lo Batistuta. De primera, fuerte y esquinado. Perfecta ejecución. En su segundo, el tercero de su equipo, también le pegó fuerte, cruzado y la mandó a guardar. Todo esto fue entre los últimos cinco minutos del primer tiempo y los primeros del segundo. Además, cuando salió del área mostró una asombrosa capacidad para insertarse en el circuito de juego de los mediocampistas. Al mayor, de la vereda de enfrente, se lo notó apagado. Enjaulado, si de Pantera se trata. En el mano a mano no logró desequilibrar, una de sus principales virtudes, y con su remate no le sacó chispas al arco de Sara. Sólo en el 2-3 de Lisandro, con un tiro libre muy fuerte y con complicidad del arquero que dio rebote hacia el medio, mostró las garras. Demasiado poco para un delantero que venía con una serie de ocho goles en cuatro partidos ante Boca. El duelo, se ha visto, fue de Walter.