CENTU NO SE HACE EL OSO
Ricky, denunciado por intento de soborno, se puso a disposición de las autoridades. Racing le brindará más apoyo profesional para darle asistencia y contención.
Ricardo Centurión, los hechos lo demuestran, tiene tendencia a la autodepredación. Y ese carácter lo convierte en un bocado tierno: nada más sencillo que devorárselo luego de cada despiste. Le sucedió prematuramente no bien surgió en Racing, se reforzó durante el año que estuvo en Boca y ahora, en su tercer capítulo en Avellaneda, se renueva su condición de objeto para la vivisección. Centurión es el primer responsable de sus llagas. Y los que se sirven de sus tropiezos lo saben.
Ayer, por caso, quedó asentada la denuncia por intento de cohecho en la Unidad Funcional de Instrucción N°4 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, realizada por Juan Compá, jefe de Seguridad Vial de la municipalidad de Lanús, como consecuencia del episodio del lunes. A las 8 de la mañana de ese día, el futbolista pasó dos semáforos en rojo en medio de un sendero escolar en calles de Lanús, se negó a un control de alcoholemia luego de que se detuviera la marcha de su camioneta y pretendió “arreglar” con un agente para diluir la grave contravención.
El rumor de que Centurión podría recibir una severa pena de cárcel, de avanzar la causa, se desvaneció tan pronto se lanzó. Mariano Cúneo Libarona, penalista y dirigente de Racing, lo explicó así en charla con Olé: “Se trata de un intento de cohecho y no de algo efectivamente concretado, con lo cual la pena de va de uno a cuatro años. Lo más probable que Centurión deba cumplir una probation en proporción con su falta”. El abogado, además, anticipó que “mañana (hoy), concurrirá al juzgado para ponerse a disposición de lo que requieran las autoridades, lo cual demuestra su voluntad de someterse a la ley”. Cúneo Libarona, al respecto, indicó que “Centurión cometió una falta, pero también queda demostrado que el procedimiento tuvo irregularidades. Por ejemplo, los encargados del control de tránsito no hicieron ninguna denuncia ni lo detuvieron pese a la gravedad que denuncian. No sólo eso: la prueba fílmica, a las dos horas, estaba viralizada. Es una irregularidad notoria. Filmar el procedimiento es parte del protocolo. Pero todo lo demás constituye un vicio grave”, agregó.
Centurión va más allá de esta nueva transgresión. Y tal vez eso represente el único aspecto positivo porque, tal como anunció Víctor Blanco, habrá más apoyo profesional para que un joven de 25 años supere su adicción al alcoholismo y su nombre trascienda solamente por lo que mejor sabe hacer.