“NO ME VUELVO LOCO POR EL GOL”
El Oso asume que aún no rindió como se esperaba pero destaca que “estoy contento con lo que hago porque ayudo al equipo”.
“NO PODEMOS JUGAR TODOS”, DIJO EL 27.
Estamos cerca, estamos cerca...”. Lucas Pratto es optimista porque siente que de a poco se va aproximando a su mejor nivel, ése que mostró en Vélez, en gran parte de su etapa en el San Pablo y que lo llevó a la Selección. Pero está claro que el delantero más caro de la historia de River es consciente de que aún no respondió a la gran expectativa que provocó su incorporación. Sin embargo, el Oso asegura que “yo vivo del gol porque soy delantero, pero no me desespero, no me vuelvo loco por el gol”. Además, el gigante de 29 años destaca: “Estoy contento con el trabajo que estoy haciendo porque ayudo a mis compañeros. No me deja incómodo hacer eso, no digo que sea lo mejor que puedo hacer, pero abro espacios y hago que jueguen los que vienen de atrás”.
Pratto entiende (en una charla con ESPN) que “cuando hay plata de por medio, y mucha, se habla mucho más”, pero repite que eso no es una presión para él: “Hay que estar tranquilo y mantener el equilibrio”. También explica que le costó encajar en el funcionamiento del equipo porque “no veníamos pasando momentos buenos a nivel colectivo”, comenta que se siente satisfecho “con el laburo que hago, me deja tranquilo dar una asistencia o un pase”, y recuerda que “en Vélez jugué con Chucky Ferreyra y con Mauro Zárate y fueron goleadores ellos y no yo”.
El delantero que apenas convirtió un gol con la Banda, en el 2-2 ante Godoy Cruz en su mejor partido en River, tiene claro que compite por el puesto con dos jugadores de “gran jerarquía como Nacho (Scocco) y Rodrigo (Mora)”, y a la vez reconoce que “no podemos jugar todos”. Entonces, vuelve a subrayar el rol de hacer el trabajo sucio que le toca hoy: “Soy el delantero de más choque de los cuatro (Mora, Scocco y Borré) y siempre tengo que estar al pie del cañón”.
Es evidente que el Oso no se sumó al equipo del Muñeco en sus mejores condiciones físicas y futbolísticas, aunque “de a poco me voy acomodando y entendiendo con los chicos”. Igual, confiesa que tanto para él como para el resto de los recientes refuerzos, principalmente Armani, el combo del triunfo contra Boca y el título de la Supercopa marcó fue una bisagra muy importante: “Los disfruté mucho. Fue especial porque fue mi primer superclásico y no sólo lo ganamos sino que logramos un título”. Por eso, está seguro de que a partir de ese resultado determinante y del rendimiento ante Belgrano “va a aparecer el equipo que quiere la gente, el entrenador y todos nosotros”.