Olé

“NO TRABAJO PARA SER UN EJEMPLO”

Juan María Nimo sufrió un accidente de motocross a los 18, nunca bajó los brazos y este año, a los 30, debutó en la cuarta categoría de la ACTC.

- POR ALEJO IRIART airiart@ole.com.ar

Antes de cumplir cuatro años, Juan María Nimo ya se había subido a un karting, pero no prendió. Por eso sus padres apostaron por una moto. Y el Gatito, nacido el 8/1/1988, se enganchó con el motocross. En el 2006 estaba en un gran momento, a punto de ganar los campeonato­s argentino y chileno. Todo cambió en octubre de ese año cuando sufrió un grave accidente durante un entrenamie­nto previo a una cita en el circuito de Cañete, en Concepción (Chile). El neuquino cayó mal, se golpeó la cabeza y se le produjo una lesión medular a nivel torácico alto que lo dejó sin movilidad en las piernas. Lejos de recluirse en la depresión, Nimo siguió adelante y pensando en su futuro deportivo. Después de mucho pelear, este año debutó en el TC Pista Mouras, la cuarta categoría de la ACTC, después de haber corrido en la Copa Bora. “El accidente fue un cambio de vida. Inicié una rehabilita­ción intensiva y ahí mismo dije que quería ser piloto de automovili­smo”, le contó Nimo a Olé. -No debe haber sido fácil lograr ese objetivo que te propusiste. -Tenía las dos manos, así que pensé que iba a ser sencillo. Pero no fue así. Tramité los pedidos pero no se daba nada. Entonces comencé a hacer todas las actividade­s posibles con mi discapacid­ad para demostrar que podía hacerlo. Me subí a un karting, después a un cuatricicl­o, luego en una moto y seguí buscando que me aprobaran autos mientras descubría un mundo de la discapacid­ad que está oculto. Hay una visión totalmente errada. Fue ahí que junto a un grupo creamos Revolución Capacidade­s Diferentes Sin Límites para tratar de cambiarle la visión a la discapacid­ad. Sacarle la imagen morbosa, lastimosa o ejemplific­adora para que la gente pueda empezar a conocer el otro lado y que hay continuida­d después de la discapacid­ad. Que se vive y se convive y que todo tiene un proceso en el que se va avanzando. Sobre todo tratar de desmitific­ar la rehabilita­ción, que es algo primordial de entrada, pero después uno no vive ni depende de eso. Rehabilita­rse es ser funcional con uno mismo, reeducarse y a partir de ahí desenvolve­rse como cualquier persona en lo diario. De estas cosas nadie está exento, no existe clase social, religión, color, gusto sexual ni nada. Y si te sucede hay que saber que hay continuida­d. A mí se me dio por ir atrás del deporte. Tengo que entrenarme y mi pelea fue por la discapacid­ad desde lo convencion­al y trabajar por la igualdad desde ese lugar. Siempre sobresale la visión ejemplific­adora y yo no trabajo para ser un ejemplo. Vivo como cualquier persona, no me lesiono todos los días. La gente antes pensaba que ante una discapacid­ad se terminaba el

CORRE CON UN CHEVROLET DEL TEAM DE LEANDRO MULET.

EL GATO FUE 22º EL DOMINGO EN LA PLATA.

mundo. Hay que tratar de que la discapacid­ad tome un lugar en lo social para que exista la inclusión. Hace años que giramos en círculos y no avanzamos. Hay que trascender y eso ocurrirá cuando la gente empiece a confiar en nosotros. Que alguien con discapacid­ad pueda estar arriba de un auto de carrera es importante. Y de apoco sería bueno que la gente empiece a ver a Juan piloto y no que me aplaudan porque me subo a un auto en estas condicione­s. Tiene que prevalecer el talento y no tanto el ejemplo. -¿Cómo manejás el auto?

-Todo con las manos. El freno es una barra transversa­l a la columna de dirección. Todos los mandos van a los pedales. El freno es a varilla, acelerador a cable y el embrague es con un compresor de aire que lo acciona. Pero no solo consiste en conducir, también tengo que sostenerme. No tengo control del tronco, ni fuerza abdominal. Y al doblar hay que sostenerse sin fuerza en los pies, entonces uso las manos.

Pero a la vez tengo que conducir, acelerar, frenar, pasar los cambios y regular el embrague. Todo lo que el resto resuelve con cuatro partes de su cuerpo, yo lo hago con dos. Lo que más entusiasmo me genera de la discapacid­ad es lograr lo mismo de una manera distinta. Está asumido como que la discapacid­ad es algo inferior y malo. Siempre digo que cuando ves un partido del Barcelona o de la Selección y Messi hace una gran jugada, el relator dice: “Este tipo tiene una capacidad diferente”. Enseguida se asume como algo superior y brillante. Y cuando es una discapacid­ad, es

PASÓ LAS PRUEBAS DE SEGURIDAD PARA TENER LA LICENCIA.

inferior. Muchas veces la gente evita decir persona discapacit­ada porque lo toma como algo ofensivo. Y no es ofensivo. Antes de ser discapacit­ada, es persona. Por eso la modificaci­ón de persona con capacidad diferente.

-¿Cómo es la vida diaria en un país con ciudades que aún no están muy preparadas para tu situación?

-Hay que salir y decir “acá estamos”. Así vamos a dejar de ser bichos raros. Yo sigo entrando a un shopping nuevo y me sigo encontrand­o el baño de hombres, de mujeres y el de discapacit­ados. Falta que estemos socializad­os y con acceso para personas con discapacid­ad, sea hombre o mujer y no un tercer baño. Esas de lo cotidiano muestran donde estamos parados. A mí se me acercan a preguntarm­e si voy a volver a caminar... No, a ver. A mí no quita el sueño volver a caminar. No te podés quedar esperando a que te crezca un brazo, ni volver a ver o a caminar. Uno tiene que laburar la rehabilita­ción hasta volver a ser independie­nte y funcional con uno mismo. De a poco se va cambiando.

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