“LA VI VARIAS VECES Y NO TENGO DUDAS: NO ES PENAL”.

La derrota contra Independiente generó mucha preocupación en el Mundo Boca. Y no tanto por el hecho de que Godoy Cruz -o el que sea- se arrime más a la punta, ya que en el club no temen que eso ocurra, pero sí por los fallos arbitrales. “Está claro que no nos benefician, pero es todo parte de un juego mediático con el que no me quiero involucrar. Ojalá los árbitros tampoco, y cobren lo que se ven en la cancha. Nada más digo eso”, fue el descargo de Barros Schelotto después de la NO mano que vio Penel en Avellaneda.

Ahora bien, ¿a qué se refiere Guillermo? A todos los fallos en contra que recibió (y los que no también) a Boca desde la “guardia alta”que expusieron Gallardo y D’Onofrio, y a la temeraria #AFABostera a la que se aferra la mitad menos uno del país. El técnico de Boca habla con argumentos y con pruebas fehacientes, y no con acusaciones infundadas que son parte, evidentemente, de una ola llena de intereses creados. En hechos, después de la campaña mediática de “a River lo perjudican y a Boca lo favorecen”, hubo tres claros ejemplos de que eso no es así. Y que por el contrario, se puede interpretar que es al revés. A saber...

En la final de la Supercopa, como para arrancar bien arriba, el penal que Loustau le cobra a Cardona sobre Nacho Fernández es de los que no se cobrarían si Boca tuviera el beneficio de los árbitros que muchos dicen que tiene. A tal punto que días después de ese partido en Mendoza, trascendió un video, desde otro ángulo, donde se ve que no sólo el colombiano no lo toca ni le hace foul sino que además el hombre de River salta. Más acá en el tiempo, y en Tucumán (1-1), Bebelo Reynoso amagó a darle con zurda, enganchó dentro del área y Álvarez se lo llevó puesto (hasta era falta de anaranjada...), pero Herrera, quien estaba bien ubicado, decidió que eso no era penal. Y para completarla, en el 2-1 a Talleres en la Bombonera, apenas arrancó el partido, y a la salida de un corner, hubo un empujón tremendo y notorio de un defensor cordobés sobre Bou en el área, que Beligoy tampoco sancionó.

Obviamente que lo que destapó la olla y desató esta preocupación de la dirigencia de Boca y del cuerpo técnico fue la jugada ante el Rojo, donde Verón saltó a cabecear en modo Superman, con la mano extendida hacia adelante y la pelota le terminó dando en el brazo, evitando que Nández cabeceara limpio. Y que encima, como si fuera poco, derivó en la calentura de Pablo Pérez y su posterior expulsión. A lo mejor los árbitros, con tal no quedar pegados con la #AFABostera terminan perjudicando a Boca con tal de no parecer que lo benefician.

Penel insiste en que no vio penal y habrá que admitir que no era fácil ver esa jugada. Igual, anteriormente no vio una mano de Komar en la Bombonera, y después sancionó otro dudoso penal -a favor- cuando Tevez se llevó puesto a un jugador de Temperley. Hasta Castrilli se expresó sobre la jugada del domingo: “Bienvenido será el VAR en la Argentina. Si hubiera estado, era penal para Boca”.

Sin embargo, Barros Schelotto no se quiere meter en este juego y bajó línea entre sus jugadores para que tampoco lo hagan. Por eso Nández, que en la intimidad les contó a sus compañeros que, como se ve en la foto que acompaña este texto, le cabeceó el brazo a Verón, prefirió comerse la bronca. Algo que parece raro, ya que en Boca se sienten perjudicados y tal vez el de ahora sea el momento de poner el grito en el cielo y levantar la guardia.