FIRME, ANDRADA
“El arco de Boca mide mucho más”, tiró quien llega para ponerse el buzo y ¿jugar? “Vengo convencido a pelearla”, dijo. Ahora tendrá que atajar...
Eran las 23:45 del lunes, y tras quedarse con la clasificación por Copa Argentina con Lanús, seguía en cancha de Defensa y Justicia. A las 5AM estaba arriba y minutos antes de las 7:45 se presentó en la clínica Imaxe para hacerse la revisión médica. Y es que así es Boca. Al igual que sus objetivos, sus tiempos también son diferentes al del resto de los equipos. Y Esteban Andrada, en su primer día como arquero de Boca, ya comenzó a palpitarlo y experimentarlo.
“Sé que el margen de error es más chico que en otro club. Voy convencido a pelearla. Es un desafío muy grande. Dicen que el Mundo Boca te presiona y el arco mide mucho más, por eso quiero estar tranquilo y adaptarme lo más rápido posible”, afirmó el ya ex Lanús.
El arquero de 27 años pasó satisfactoriamente los estudios médicos, se mostró muy predispuesto a sacarse cuanta foto le pidieron los hinchas xeneizes que se acercaron al centro médico y contó que vive “un sueño”. De allí, con un pequeño ínterin para desayunar ya que estaba en ayunas-, se dirigió a La Boca a conocer a su nuevos compañeros y firmar el contrato para convertirse oficialmente en jugador xeneize.
En Casa Amarilla lo esperaban más periodistas, hinchas suplicando por una selfie y aún más flashes. “Acá salís en todos lados, uno convive con eso. Hay que estar fuerte de la cabeza”, tiró el ex Grana. Y aprovechó para dejar bien en claro que se enfila tras el gran objetivo del club de cara al semestre que comienza: “Jugar la final de la Copa Libertadores con el escudo de Boca sería algo soñado”.
Habrá sido, tal vez, el día que más fotos le pidieron en su vida. Al punto de que hasta tuvo que ayudar a un hombre que no le encontraba la vuelta a la cámara y necesitó que el 1 le diera una mano con el enfoque. Así, Andrada comenzó a familiarizarse con el Mundo Boca. La hora de sumar sus primeros minutos no tardará en llegar. Será el momento decisivo, el de responder a tanto cariño desde dentro de la cancha.