Salió a la cancha...
Tras su regreso al club, Gago dio otro paso más: realizó trabajos de campo en Casa Amarilla.
Todas son señales. Cada paso de Fernando Gago, a esta altura, se mide con la regla de los detalles. Si ya era un buen indicador su regreso al club y su pose con la cinta en la foto oficial de la Superliga, que ayer se haya mostrado en la cancha principal de Casa Amarilla, a puro trote, en plena recuperación de su desgarro en el isquiotibial derecho, es el indicio más claro de que volvió para seguir. O para lucharla otra vez.
El capitán, en efecto, resucitó de cuerpo, alma y espíritu. Al abandonar la pretemporada de EE.UU. (antes de tiempo y por su cuenta), no eran pocos los que aseguraban que en esa vuelta anticipada le había puesto punto final a su carrera. Pero unos días de descanso en familia, el apoyo de los hinchas, el respaldo de sus compañeros y hasta ese gesto de Pablo Pérez, quien lo fue a buscar a la casa para llevarlo a la fiesta del bicampeón, reavivaron su fuego sagrado.
Ayer ya se lo vio con mejor ánimo todavía. Salir al campo, a trotar, lo hizo sentir otra vez en carrera. Es cierto que es un paso que no cambia mucho el escenario. El plan del capitán es claro: primero buscará recuperarse del desgarro, sin apuros (si algo aprendió de toda esta experiencia es que adelantar los tiempos de recuperación suele ser contraproducente). Luego, llegará el momento de ponerse a disposición de Guillermo y salir a la cancha. Y a partir de ahí, llegará la etapa de la evalución personal, médica y futbolística. De cómo responde su rodilla derecha a la alta de exigencia, de cómo responde el resto del cuerpo y también su cabeza. Hasta entonces, no tomará ninguna decisión sobre su futuro. Hoy, más que nunca, Gago es día a día. Y ayer dio otra buena señal.