Olé

MUEVO YO, MAURO...

- POR JUAN SZEINFELD jszeinfeld@ole.com.ar

Zárate justificó en su debut por qué dejó a Carlitos en el banco: no metió goles, pero gestó un par y fue la figura del equipo. Fresco, hábil y dinámico, le dio sentido colectivo al 4-2-3-1.

Apenas cuatro minutos. Sí, eso tardó Mauro Zárate en confirmar por qué es el refuerzo top de este Boca. Un tiro libre. Un remate preciso. Un clara demostraci­ón de su botín de crack. Y el origen del primer gol de la noche. Es así. De la mano del ex Vélez, el equipo del Melli abrió el partido. Su disparo dio en el travesaño y Magallán lo cambió por gol, pero no hubo quién no fuera a felicitar al 19.

Zárate, que dejó a Tevez en el banco, justificó en todo momento por qué Guillermo lo eligió a él. Picante, fresco, rápido, también fue la llave del segundo gol de Boca. Su pase en cortada para el pique de Pavón, terminó en centro del 7 y el grito de Wanchope Ábila.

Que Mauro no haya convertido goles es, en este caso, un detalle. Porque igual fue la figura del equipo. Por empezar, porque asumió su rol de incorporac­ión top con carácter y decisión. Y después, porque cumplió con las expectativ­as que se tenían de él en la posición: pidió siempre la pelota (y por momentos tampoco la largó, al punto de tener que ofrecerle disculpas a Wanchope en una jugada en el área), tuvo dinámica para mostrarse y participar del armado, encaró con el arco de frente, abrió caminos y entendió cómo asociarse con el resto. En definitiva, le dio sentido individual y colectivo al 4-2-3-1.

Zárate logró, al menos ayer, lo que Tevez no había podido en el torneo pasado en esa función. Incluso, cuando Carlitos entró, alternó como nueve con él y hasta dejó al Apache mano a mano. Sí, Tevez muy bien, Mauro.

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